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The Battery

Terror. Drama Dos ex-jugadores de baseball deben cruzar una Nueva Inglaterra que ha sido completamente devastada. El carácter opuesto de ambos hará que el viaje sea incluso más complicado. (FILMAFFINITY)
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Críticas 25
Críticas ordenadas por utilidad
28 de agosto de 2013
19 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Battery es el contrapunto a la mayoría de las películas de zombies que he visto a lo largo de muchos años, podría decirse que es la aportación que el cine indie y hipster, con pretensiones de cine de arte, hace a este subgénero del cine de horror. Es también una road movie y su ritmo es –como el de los propios muertos vivientes al andar– parsimonioso, contemplativo llegando incluso a ser tarkovskiano por momentos; se comporta mesurada de igual manera a la hora de tener que mostrar los grotescos del mundo en decadencia, de alguna forma busca llegar al espectador a través de otros medios que no sea el impacto visual con escenas de vísceras o cuerpos descompuestos como suele suceder en casi todas las películas de esta clase pero, sin embargo, tiene unos sorprendentes estallidos de violencia que dejan helado a cualquiera. The Battery, en realidad, hace uso del tema de los zombies para revestir una enternecedora narración sobre la amistad forjada entre dos hombres al estilo de Butch Cassidy and the Sundance Kid y The Odd Couple: Ben y Mickey son dos jugadores de beisbol que sólo tienen esto en común más el hecho de haberse encontrado juntos cuando sobrevino la plaga de zombies (la película nos sitúa varios meses después de este hecho, cuando ya el mundo está devastado): de ahí el título de la película, son como los polos positivo y negativo de una batería. Ben es un tipo relajado y desaliñado, un sobreviviente nato que pronto se adapta a la situación caótica, entiende que el mundo ha cambiado y se resiste a anclarse a un lugar fijo porque está latente siempre la amenaza de quedar enclaustrado en él por tiempo indeterminado en caso de ser rodeados por una horda de zombies; Mickey, que lleva siempre los audífonos para evadir la realidad, ya está cansado de ese viaje interminable y que parece que no los conduce a ningún lado, se niega a tener que matar por segunda vez a los muertos revividos y tiene la esperanza de encontrar a una mujer a quien amar aun en este mundo. En un momento de la película, en el que ambos discuten, Ben se define a sí mismo como realista y a Mickey, en tono despectivo, le dice que es un romántico empedernido. Ambos protagónicos son carismáticos y las situaciones en las que se les pone, aunque algunas ya sean tópicas en el cine apocalíptico, son bien llevadas y resueltas. Jeremy Gardner maneja con soltura la cámara en su primer largometraje y captura casi con delicadeza los momentos más íntimos y emotivos de Ben y Mickey. Gardner, incluso, ha conseguido filmar la que considero la mejor escena en una película de zombies:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Eric Packer
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11 de marzo de 2013
22 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película se podría definir como una pequeña gran genialidad, cargada de grandes momentos y que nos muestra mucho con muy poco. En medio de un apocalipsis zombie lo que menos importa son los mismos zombies, vivir en un mundo donde ningún lugar es realmente seguro y donde en cada esquina acecha el peligro, lo más importante es quien tienes a tu lado, quien es la persona que cubre tus espaldas. El fin del mundo puede ser tan maravilloso como inquietante.

Dos ex jugadores de beisbol con mentalidades totalmente opuestas, acaban luchando codo con codo para sobrevivir a un apocalipsis zombie. Una road movie cargada de amistad, increíbles parajes y zombies.

Magistral el debut de en la dirección de Jeremy Gardner, el cual también produce, escribe y protagoniza The Battery. Quede realmente sorprendido al saber que este film se había rodado contando con un presupuesto de 6000 dólares, cuando hay cortos que superan ampliamente este, y es así como se demuestra que el dinero no lo es todo a la hora de rodar algo.

Y esta no es su única virtud, estamos frente a una película post apocalíptica, donde el mundo está plagado de zombies, y son estos últimos los menos protagonistas del metraje, donde los verdaderos protagonistas son sin duda alguna la pareja de supervivientes y su día a día en un mundo lleno de caos y decadencia. ¿Cómo sobrellevar todo esto? Jeremy Gardner y Adam Cronheim, nos muestran que las pequeñas y cotidianas cosas son las que verdaderamente ayudan a no perder la cabeza. Grandiosas actuaciones, por parte de ambos. Realmente acabas cogiéndoles cariño a ambos, son como el ying y el yang, se complementan a la perfección.

Pero es que no acaba aquí la cosa, y no es que me guste alabar por alabar, pero cuando algo esta tan bien hecho y desprende tanto amor hay que reconocerlo, y la maravillosa fotografía de Christian Stella, cargada de gran luminosidad y captando unos paisajes realmente bellos, nos hace olvidar por momentos que el mundo llego a su fin. Pero tampoco puedo dejar de mencionar la música de la película, la cual acompaña los grandes momentos que viven los protagonistas y la gran elección en el repertorio musical por parte del compositor Ryan Winford ayuda a vivir algunas escenas realmente bestiales.

Por último vamos a bajar de la nube y a comentar algo que personalmente le hizo bajar ese magnífico ritmo, me refiero al tramo final. The Battery es poesía en estado puro, pero llegando a su apoteósico desenlace, creo que sobran algunos minutos, ya que podrían explicar lo mismo con algo menos, la idea es buena pero me pareció excesivamente alargada toda la escena. Aunque como antes he comentado, después de eso llega su final y no queda otra cosa que ponerse en pie y aplaudir.

¿Una road movie?, ¿Un buddy film?, ¿una de zombies? Sí, es todo eso y más. Bien cargada de grandes momentos y realmente engancha de principio a fin. Recomendadísima, aunque no te gusten los films de zombies, este no es uno al uso, vale la pena verla.

http://www.terrorweekend.com/2012/11/the-battery-review.html
TerrorWeekend
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15 de diciembre de 2013
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los fans de las películas de zombies se dividen entre aquellos cuyo principal interés son los zombis y aquellos para los cuales lo son los humanos. Es una diferencia esencial, la misma que hay entre el cine de acción a cascoporro y el drama intimista. Aunque me gustan las escenas moviditas y palomiteras como al que más -en el momento adecuado-, siempre me interesará y me intrigará mucho más la situación del último ser humano sobre la Tierra que la de ese mismo ser humano enfrentado a una horda de zombis. Y The Battery viene a ser más o menos eso: el dilema existencial, el horror mudo y casi siempre disfrazado de la convivencia, el abismo de las decisiones, la necesidad de compañía, aunque sea la de un mentecato. El ser humano enfrentado a sí mismo. Toda una invitación a la filosofía: ¿qué harías tú si fueras uno de los contadísimos supervivientes de la hecatombe y te encontraras con que tu único compañero es un tipo con el cual lo único que tienes en común es que a los dos os gusta el béisbol? ¿Y esa misma situación, con unos cuantos zombis apareciendo de la nada y con mucho apetito? ¿Cambiarían drásticamente esos cuantos zombis lo crudo de vuestra situación o sería, en esencia, la misma que la de unos accidentales compañeros de piso obligados a llevarse bien?

A Jeremy Gardner, director y protagonista de "The battery", le interesa esa situación. Le interesa el ser humano enfrentado a sus propios límites. Rodó "The battery" con un presupuesto de unos 5.000 dólares, los cuales le bastan y le sobran para componer una obra auténticamente genial, sin pegas ni reparos. Es, claro está, una situación imaginaria, pero quizá no tanto: no tenemos ni idea de cómo sería el día a día de dos supervivientes de la infección mundial que convierte a los muertos en caminantes, pero pienso que no sería muy diferente de las estampas que nos muestra "The battery": conducir sin destino, sin ir a ningún lugar; comer comida enlatada y cepillarse los dientes con agua mineral; entrar en las casas de gente conocida para mirar en sus dormitorios y espiar en sus cajones; pasarnos horas en un huerto de árboles frutales, sesteando, comiendo manzanas, fumando y jugando al béisbol, porque no hay ordenadores, ni Internet, ni videojuegos, ni televisión, ni hay teléfono y, si lo hubiera, tampoco tendríamos a nadie a quien llamar. Pasar horas y horas de aburrimiento y de conversaciones sobre lo que nos gustaría hacer o tener ahora mismo si pudiéramos elegir. Matar unos cuantos zombis y reprochar al otro no tener agallas para hacerlo. Oír una voz por la radio y que se nos dispare la imaginación porque estamos locos por ver a alguien con quien empatizar, conectar y de quien enamorarnos... y hacer chistes, claro que sí, ¿por qué no? Quizá con más motivo que nunca. Sí; si algún día, por fin, acontece el holocausto zombi, la vida después de él no debe de ser algo muy distinto de lo que nos describe "The battery".

Pero, además de las conversaciones, los minipartidos de béisbol y las bromas entre dos tipos que no son grandes amigos pero que están condenados a vivir juntos, en "The battery" hay horror, y el horror, cuando aparece, es enfermizo, es intenso como pocas películas de terror son capaces de mostrarnos, y, sobre todo, es un horror con el que todos podemos sentirnos identificados. Es un horror muy existencial, angustioso, como el del que espera el diagnóstico del médico tras encontrarse un lunar con repentino mal aspecto o como el del familiar de alguien que iba en un autobús siniestrado. Es el horror de quien espera lo peor, casi porque está abocado a ello, pero sin embargo mantiene viva la llamita de la esperanza. Nos sentimos horrorizados junto con esos dos hombres, Ben y Mickey, porque Jeremy Gardner y Adam Cronheim nos han agarrado del pescuezo y nos han metido en la película, y nos han convertido en el tercer pasajero de ese viaje a ninguna parte. O más aún: nos han hecho meternos debajo de la piel de Ben y Mickey. De repente, somos ellos, somos cada uno de esos dos últimos hombres. Sentimos su esperanza porque sentimos su horror. Un horror muy humano en una película que, a pesar de los zombies, es un drama tan realista que pone los pelos de punta.

Y es ahí donde está la verdadera grandeza de "The battery": en ser capaz de transmitirnos esa humanidad. Ben y Mickey no son personajes cualesquiera: son nuestros amigos, nuestros vecinos, son ese hombre desconocido, alguien cualquiera del metro o del supermercado, alguien a quien de repente vemos de verdad, porque es humano como nosotros. "The battery" es, en realidad, un canto al ser humano, a todo lo que nos hace humanos, a nuestra capacidad para el temor, el humor, la empatía y el coraje, a todo eso que hace que, aunque sepamos que tenemos todas las de perder, nos levantemos y luchemos.

"The battery" es la mejor película de terror que he visto en mucho tiempo, y es la mejor película -y punto- que he visto este año.
indrani
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29 de noviembre de 2013
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título de esta película alude a una frase que el protagonista cita, refiriéndose a que ante su fortuita aventura debían estar más unidos que nunca su compañero Adam Cronheim y él, el propio Jeremy Gardner. El autor es, a su vez, el guionista y actor principal de esta obra norteamericana del cine independiente de bajo presupuesto, 6.000 dólares, para ser precisos. Pretende pertenecer al género del drama postapocalíptico pero de todas las etiquetas atribuibles, la que más flojea es esta.

En sí, el film es la historia de dos amigos que tras una epidemia zombie emprenden un viaje con la intención de buscar la salvación en una Nueva Inglaterra evitando las ciudades. A diferencia de las clásicas películas de zombies, los personajes salen de los focos de infección y huyen al campo, donde transcurrirá la narración, excusa también para el escaso número de infectados que rondará los 50, para los cuales utiliza extras repetidos que serán maquillados por una artista amateur que aprendió a caracterizar zombies el día anterior al rodaje, nada de esto es visible a simple vista, son palabras del propio Jeremy Gardner, a quien tuve el placer de ver y escuchar en una conferencia tras la proyección, un tipo muy divertido pero que, en mi opinión sobreactuaba en la vida real y era, como alguien dijo allí "todo un personaje, pero un personaje creado, artificial".

Para las personas amantes del campo y la naturaleza, serán un punto muy positivo los escenarios, pues la acción de desarrolla en bellos parajes naturales con vacas pastando, lo que destruye el estereotipo de película de zombies grisácea y deprimente para ofrecer una estética verde y alegre. Allí veremos a un Jeremy, que por las pintas ya denota un cierto naturalismo (admitido luego en la entrevista), trotando como si de Heidi se tratase, bañándose desnudo en helados ríos... alguien le preguntó si fue estrictamente necesario la escena del desnudo integral, a lo que respondió "¿te hubiera parecido sincero y realista si hubiese puesto a ese personaje a bañarse en ropa interior, como en un principio se iba a hacer?". Hay una escena que llamó mucho la atención entre los espectadores por su calidad que es un baile que ejecuta borracho en una casa abandonada, uno de los mejores momentos, pues la combinación de su baile con la fantástica banda sonora que aparece es brutal y posee mucha fuerza y ganas de vivir y ser libre a pesar del exterior.

Adam Cronheim, interpreta al compañero de viaje de Jeremy, su alter ego que configura la parte realista, apagada y deprimente de la película y no porque sea mal actor sino porque caracteriza muy bien a un personaje de mentalidad burguesa, incapaz de ver la belleza de lo que le rodea, unido siempre a sus auriculares que simbolizan su apego a la civilización, Jeremy se burla además de la estúpida indistinción posmoderna de violencia y autodefensa; se dedica a fumar y a contemplar como su amigo gordo, sucio y primitivo pero agradable y feliz mata a los monstruos del camino con un bate de baseball.

El baseball tiene mucha importancia en el film pues los protagonistas eran catcher y pitcher, posiciones del deporte mencionado (no recuerdo quien se corresponde con cada una), esto constituía una metáfora, pues son dos posiciones complementarias que poseen unas características que se correspondían con la forma de ser de cada uno de ellos (las cuales me encantaría explicar pero, muy señores míos, no tengo ni zorra idea de baseball y no recuerdo lo que dijo el director). Además tiene mucho que ver con la cadencia de la película pues el baseball es un deporte lento y constante que incorpora de repente momentos de tensión y desasosiego. No sé por qué pero creo que Jeremy Gardner era un aficionado al baseball.

Lo único que veo criticable en la película es tanto el comienzo como el final, que son demasiado lentos, el principio es un encuadre fijo de Adam C. fumándose un cigarro entero sentado en un porche, mientras escucha música, este último elemento salva la escena. La última escena encuadra también el interior de un coche en el que Jeremy también se dedica a fumar. Es además, una escena agobiante y desagradable por la que el director se disculpó, pues según parece, se arrepentía haberla incluido de forma íntegra, era espesa y carente de fondo o sentido. Por lo demás, es una obra que merece mucho la pena ser vista y que destruye por completo el molde del gastado género postapocalíptico, elaborada en dos semanas en compañía de sus amigos con la libertad que aporta la autogestión y con el amor por cine de un loco aficionado con ganas de compartir experiencias y emociones.
supertramp96
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12 de noviembre de 2013
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película atípica de Zombies, que nada tiene que ver con la acción actual que se le imprime a este estilo de cine. "The Battery" no es apta para cualquier amante de los zombies o de películas de terror en general, y no me refiero a que sea gore y pueda resultar ofensivo para ciertas personas, me refiero a que es leeeenta, tiene un comienzo muy lento, un desarrollo muy lento y un final aún más lento, eso si, tiene un fondo muy bueno, digamos que en ciertos momentos las situaciones de los personajes se vuelven muy claustrofóbicas y te dejan un mal cuerpo, con lo cual la sensación es buena.

En cuanto a las interpretaciones, decir que son simples, pero muy logradas, sobretodo en lo que toca a la pareja protagonista (Jeremy Gardner y Adam Cronheim). Me pregunto si habrá futuro con Jeremy Gardner, que también hace las labores de guionista y director, espero que así sea, ya que me he quedado contento con "The Battery".

En resumen, si eres fan de los zombies y quieres darle una oportunidad a una película diferente, "The Battery" no te dejará indiferente.

Lo mejor: Ver una película de Zombies distinta del todo con las actuales.

Lo peor: En ciertos momentos se hace muy lenta y dan ganas de dejar de verla, pero al final la espera vale la pena.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Fuco
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