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21 horas en Munich (TV)

Drama Juegos Olímpicos de Múnich de 1972. En la madrugada del 5 de septiembre, once atletas olímpicos israelíes son secuestrados por un comando terrorista palestino denominado 'Septiembre Negro'. Amenazan con matarlos a todos si no se produce la liberación de presos palestinos por parte de Israel. Durante 21 horas el mundo entero estuvo pendiente del trágico suceso. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
13 de septiembre de 2007
20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me acordé mucho de esta película cuando Spielberg estrenó "Munich", aunque ya la tenía grabada en la memoria desde pequeño.
La ví en la tele cuando tenía 15 años más o menos, y me impactó. No recuerdo si era buena o mala, pero para mí fue un shock: fue la primera peli que vi que no acaba bien... y eso marca. No te lo esperas y es una sacudida en tu vida. "Pero bueno, ¿no todos los cuentos acaban bien?" piensas.... y no. Sí, he dicho 15 años, antes no te destrozaban las ilusiones tan pronto. Que haya gente que no soporta un final feliz nunca debe ser un síntoma de que no han superado este trauma.

En fin, la historia ya se sabe cual es ya que es real, y los que han visto "Munich" esta peli puede servirles como prólogo.

Por cierto, creo recordar que el mítico Bud Spencer hacía un pequeño papel como atleta secuestrado ¿Me equivoco?
Gilbert
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4 de noviembre de 2013
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas basadas en hechos reales, cuentan con la desventaja de conocer el desenlace final. No obstante, "21 horas en Munich", te atrapa desde el principio al final. No recordaba los pormenores del suceso, pero tras su visión, parece que las autoridades podrían haberlo hecho mejor. Lo que sí lograron, es que repercutiera lo menos posible en el desarrollo de los Juegos. Interpretaciones correctas, al igual que la dirección. En resumen, buena película.
Jesus
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22 de abril de 2016
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Flojo y rutinario telefilm sobre el secuestro de los atletas inocentes hebreos y la posterior matanza por parte del comando palestino denominado “Septiembre Negro” durante las Olimpiadas de 1972 en Alemania, que pretendían chantajear al gobierno israelí a cambio de liberar a más de 200 presos palestinos. William Holden encarna a un patético jefe de la policía de Munich, mientras que Franco Nero encarna al jefe del comando terrorista. Pero, como es obvio, un país serio, un estado de derecho, una nación democrática – la única de oriente medio, pues todos los países árabes tienen dictaduras teocráticas – no puede ceder al chantaje y la extorsión. Lo que este torpe relato omite es lo siguiente:

1. Los servicios secretos alemanes, estaban advertidos de un posible acto terrorista por parte de un comando palestino, durante las Olimpiadas. Las autoridades alemanas hicieron oídos sordos y no reforzaron la seguridad de la villa olímpica.
2. Israel ofreció a Alemania tras la toma de rehenes en la villa olímpica, un comando de élite de las fuerzas armadas hebreas, para asaltar la villa y liberar a los rehenes.
3. Las autoridades alemanas se negaron, poniendo el asunto en manos de una incompetente policía chapucera y sin experiencia en este tipo de asuntos.
4. La comunidad internacional y las autoridades alemanas hicieron oídos sordos, ante aquella tragedia y continuaron los Juegos Olímpicos, claro, unos cuantos judíos muertos no podían estropear la fiesta del deporte olímpico.

Continúa en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Antonio Morales
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18 de marzo de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “21 Hours at Munich” (1976) de William A. Graham con William Holden, Shirley Knight, Franco Nero, Richard Basehart, Anthony Quayle, Noel Willman, Georg Marischka, entre otros. Película histórica y dramática, hecha para TV, que relata los acontecimientos ocurridos durante la toma de rehenes en el campus de La Ciudad de Múnich, Alemania; durante Los Juegos Olímpicos de 1972, por un comando terrorista palestino denominado “Septiembre Negro”, secuestrando a 11 atletas israelitas; pidiendo la liberación de 234 prisioneros alojados en cárceles israelíes; todo ello en un periodo de 21 horas, en que el mundo entero estuvo pendiente del trágico suceso. Basada en hechos reales, vemos mucha tensión, y mucho discurso por ambas partes del conflicto: Los terroristas y el mando de rescate; así como poca sorpresa debido a que los hechos son conocidos; sin embargo, la característica principal de la propuesta, es que fue producida a tan solo 4 años de los eventos históricos, usando los mismos lugares donde ocurrieron los hechos; entre ellos, La Villa Olímpica, y la base aérea de Fürstenfeldbruck, como material de archivo del momento, lo que le da una cuota de realismo bastante conseguido, así como la ambientación y el vestuario. No así, la narración, basada en el libro “The Blood of Israel” de Serge Groussard, que va del surrealismo puro a situaciones poco creíbles, como las balas, pues tras recibir más de 4 balazos por la espalda, es imposible moverse, o levantarse, vamos, estás muerto… o que un balazo a la altura del hombro izquierdo, no tenga ningún efecto visible en el sujeto; o Anneliese Graes (Shirley Knight), se muestre casi como recepcionista de un lobby, poco conciliadora, más mostrando la consecuencia del Síndrome de Estocolmo; como algunos diálogos risibles, fuera de lugar, en un “estira y encoge” en cuanto a decisiones se refiere, que resulta poco creíble que el secuestrador en jefe ceda tanto a muchas de las propuestas que no están en su plan inicial. No obstante la película se propone como un homenaje a los caídos, los atletas asesinados, masacrados vilmente por el odio y la sinrazón; pero también la película no deja granada sin explotar, y deja mal parado al gobierno egipcio por no querer recibir el avión con los rehenes y terroristas; y al mismo el gobierno federal alemán, por la forma poco profesional en que llevó a cabo el asalto, con final trágico. También deja mal parado al Comité Olímpico Internacional, que sorprendentemente, solo suspendió por 1 día, la competición olímpica, el 5 de septiembre de 1972, a pesar de que diferentes personalidades pidieron su cancelación. Dejado claro los intereses de la comunidad internacional; por lo que las autoridades alemanas hicieron oídos sordos, inclusive a muchas advertencias previas, ante aquella tragedia, y continuaron Los Juegos Olímpicos. De los actores, evidentemente sobresalen William Holden como el jefe de policía, Manfred Schreiber; y Franco Nero como Luttif Afif, alias Issa, en los personajes principales, abordando bien sus papeles; Anthony Quayle casi de cameo, al igual que algún otro actor televisivo del momento, que no llega a los diálogos, como Jan Niklas, Paul L. Smith, y David Hess. Pero es en el grupo de rehenes, donde la película adolece de realidad, pues en ningún momento se les ve psicológicamente impactados ante la situación tan terrorífica, de vida o muerte en la que se encuentran. NO olvidar que al memorial por los muertos que se celebró en El Estadio Olímpico, asistieron 80 mil espectadores y 3.000 atletas; donde se hizo ninguna referencia a los deportistas asesinados durante el discurso, y en vez se elogiaba la fuerza del movimiento olímpico. Este hecho enojó a los israelíes, y a mucha de la gente allí presente. Por su parte, los atacantes, que contaron con asistencia logística de grupos alemanes neonazis, asesinaron en el asedio a 11 atletas y entrenadores israelíes, y a 1 oficial de la policía de Alemania Occidental; 5 de los 8 miembros de “Septiembre Negro”, resultaron muertos por la policía durante el fallido intento de rescate de los rehenes. Los 3 secuestradores que sobrevivieron, fueron detenidos, pero liberados tan solo 53 días después, tras el secuestro de un avión de Lufthansa; siendo liberados, los terroristas fueron recibidos en Trípoli como héroes. Por lo que Israel respondió a los asesinatos, organizando las operaciones “Primavera de Juventud” y “Cólera de Dios”, con el objetivo de castigar colectivamente a todos los responsables de la masacre olímpica; por tanto, “21 Hours at Munich” (1976) muy bien puede servir como prólogo al filme “Munich” (2005) de Steven Spielberg; aunque está enfocada principalmente en “La Operación Cólera de Dios”, es una reflexión descarnada sobre “La ley del Talión” Queda la gran pregunta moral: ¿Los Juegos Olímpicos debieron continuar?
RECOMENDADA
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas.
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
Alvaro Zamora Cubillo
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19 de octubre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Múnich" (Munich, 2005), es un film sobrevalorado de un director sobrevalorado, Steven Spielberg, y juega como mínimo a dos bandas, además de plantear situaciones inverosímiles y grotescas, como la escena en la que los del Mosad y los terroristas palestinos se dan cuenta de que comparten el mismo piso franco en Atenas, y a Eric Bana, para disimular, sólo se le ocurre gritar que es vasco y de la ETA.

"21 horas en Munich", un telefilm estadounidense producido sólo cuatro años después de la matanza de septiembre de 1972, juega con mucha desventaja frente al desafortunado film de Spielberg. Es mucho menos conocido y su director, curtido en el medio televisivo, no es tan conocido ni tan valorado. Sin embargo, como dramatización de unos sangrientos hechos reales, y en fin, como relato, me parece mucho más honesto que el de Spielberg, y se beneficia tanto de un buen reparto de actores como del oportuno intercalado de imágenes de archivo, así como del adecuado uso de los escenarios reales de la capital bávara en el rodaje.

Ahora bien, el personaje de Shirley Knight parece metido con calzador en el guión, y sus diálogos con Franco Nero son un poco inverosímiles, pero a la vez son interesantes porque este personaje femenino adopta en cierto modo el punto de vista del espectador. También hay que decir que se omite que los terroristas palestinos también exigieron la liberación de los terroristas alemanes Andreas Baader y Ulrike Meinhof; pero es comprensible esa omisión porque al fin y al cabo este telefilm iba dirigido al público de los EE. UU., no al alemán, y posiblemente no se pretendía sobrecargar de información al espectador. Las autoridades de la RFA quedan ligeramente malparadas -"retratadas" en su chapucera actuación, pese a la elegante presencia de un envejecido William Holden-, y sólo el representante israelí, encarnado por un veterano Anthony Quayle, muestra autoridad, firmeza y experiencia frente al terrorismo.

En resumen, es un telefilme muy recomendable.
Pedro Triguero_Lizana
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