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El cazador (The Rover)

Thriller. Western. Drama Diez años después de la caída de la economía occidental, las minas australianas continúan su actividad y atraen a los hombres más desesperados y a los más peligrosos. En medio de una sociedad moribunda, sobrevivir es una lucha de cada día y sin leyes. Eric abandonó todo. Ahora es un vagabundo, un hombre solitario y amargado. Cuando una pandilla le roba lo único que le queda, su coche, decide perseguir a sus miembros. Para encontrarlos ... [+]
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Críticas 26
Críticas ordenadas por utilidad
3 de noviembre de 2014
25 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mundo en su recta final tras los efectos arrasadores del colapso económico. Agonizando ya. Consumiéndose a sí mismo. Sin esperanza, sin futuro. Quizá pueda producirse un renacimiento, una reconstrucción, a partir de una vuelta a la condición primitiva del hombre. Pero el estado de las cosas en el universo perfilado por David Michôd (“Animal Kingdom”) no tiene arreglo, pues la descomposición es evidente: tierras quemadas y personajes condenados y malheridos, atrapados en una dinámica de caída permanente. Extinguiéndose. Y el paso siguiente, fijaos, podría no ser otro que el posapocalipsis mad max de su compatriota George Miller.

El comienzo, desconcertante, con la extraña entrada al karaoke oriental ubicado en pleno desierto, punto de encuentro marciano que operaría como puerta a otra dimensión, me recuerda, en cierto modo, a Nicolas Winding Refn y su manera de enfocar Bangkok como espacio ajeno, un tanto sobrenatural incluso, en la fundamental “Sólo Dios perdona”. Y es que descoloca la fusión de dos culturas tan distintas, lo cual diría que resquebraja aún más la identidad de los aussies.

Es posible que la propuesta, una suerte de mixtura western & crime drama, adolezca de alguna caída de ritmo (que acelera y desacelera a conveniencia), algún parón molesto y que se alargue más de lo prudente, pero su potencia como misil a la línea de flotación de la sociedad económica y, por extensión, a nuestra naturaleza humana no es poco bagaje. Inquietante puesta en escena donde la escasez y la devastación son prácticamente totales: paisajes infinitos y áridos, construcciones destruidas, mínimas comunidades de infraseres aislados, violencia que estalla sin previo aviso, comunicación verbal inexistente o de difícil fluidez, calor sofocante, suciedad incrustada, recursos agotados y hasta determinados elementos bizarros (el enano, la mujer) son residuos de una civilización ya en fase de coma, que muta en algo grotesco antes de vivir los últimos estertores. Una barbarie que, como apuntaba antes, iniciará un nuevo mundo o una barbarie que adelanta los síntomas del miserable final del mismo.

Un estado de crisis que se expresa tanto en ese escenario hostil como en su protagonista, encarnado por un Guy Pearce demacrado, de físico retorcido y consumido, de movimientos zombificados, casi autoprivado del habla y que persigue un objetivo: recuperar su coche (lo único que le queda) a toda costa, que le han robado tres tipos en plena huida. A partir de ese incidente, da inicio una road movie sequísima y desapacible que representa la nada, el cero, el fin. Lo de menos es la trama, que es ínfima: simplemente supone la excusa para mostrar una civilización acabada mediante la imagen abrasiva de Michôd y una música que puntea el merodeo por el infierno. Y al lado de Pearce, un sorprendente Robert Pattinson en un rol de retarded ciertamente convincente.

Su final, inesperado, conmovedor, aporta los últimos vestigios de una humanidad enferma.

Y una vez más, el cine australiano de género ofrece hipnóticos terrenos visuales, un tono de extrañeza muy característico de aquellos entornos salvajes e inmensos y una sensibilidad especial que sólo podría proceder del país de los canguros, cuya tradición cinematográfica resulta imprescindible en estas lides.

http://videodrome.wordpress.com/
Max Renn
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25 de octubre de 2014
21 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de fotografía espléndida. Hago notar a los jueces del próximo oscar a la mejor fotografía que vayan pensando en Natasha Braier pues sin duda se lo merece con creces. Si en algo destaca esta película es en su fotografía de 100.

Luego está el fondo del argumento de esta película abstrusa y violenta, el cual se hace nítido en el último minuto de la cinta cuando al fin descubrimos que este filme en realidad es un homenaje al Lucero de Rafael Farina, aquel del que la canción decía:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
pezpozo
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11 de octubre de 2014
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
El protagonista de esta película es un tipo duro, y a los tipos duros es mejor no tocarles las narices. Que te roben el coche es algo cabreante, pero no todo el mundo sería capaz de perseguirte durante cientos de kilómetros para recuperarlo. El protagonista si.
En las profundidades de la Australia rural, tras una especie de cataclismo tipo mad-max, el dinero no siempre es aceptado como moneda de cambio, y la legalidad tiene una línea bastante delgada.
Gran actuación de Guy Pierce, y sorprendentemente también de Robert Pattinson, al cual tenemos encasillado como guapito chupasangre, pero con este personaje se libra perfectamente de dicha etiqueta.
Película oscura y violenta, bastante recomendable, aunque es algo lenta en algunos momentos, por lo que, a los amantes del cine de acción puede que les aburra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tunante
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1 de septiembre de 2014
13 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando ya lo dábamos por perdido, Guy Pierce vuelve a demostrarnos su gran calidad de histrión. Esta vez con una road movie australiana "The Rover".
La premisa es en apariencia sencilla Un trió de maleantes - uno de ellos herido - al huir de su último y mal logrado trabajo, sufren un aparatoso accidente, entonces para continuar la fuga, deciden robar
un auto estacionado frente a un bar a la orilla de la carretera . El meollo del asunto es que el dueño del auto (Guy Pierce) hará hasta lo imposible por recuperarlo.
Ambientada en una éra donde reina la anarquía y con el desierto australiano de fondo, la cinta nos remite a Mad Max pero sin la parafernalia, es también un western muy obscuro y plagado de singulares personajes a los que el director David Michôd les da el toque exacto para hacerlos perdurables en la memoria del espectador atento.
Cabe destacar también, la actuación coestelar de Robert Pattison, que se aleja de su típico rol de niño bonito para entregarnos una actuación más que digna al interpretar a un cuasi tarado, abandonado a su suerte por sus compinches y rescatado/utilizado por nuestro anti héroe para recuperar su "valioso" automóvil.
Un excelente guión, con una adecuada dirección y excelentes actuaciones hacen de "The Rover" una cinta muy recomendable. Sin llegar a ser una cinta de acción o suspenso propiamente dicho, si es un drama que roza con los anteriores géneros y nos brinda 1:40 de tensión.
Espartan480
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2 de septiembre de 2014
11 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Rover, el segundo largometraje de David Michod, que sorprendió con su interesante debut Animal Kingdom, se circunscribe dentro del cine futurista y podría definirse como un western post-apocalíptico con tintes de drama nihilista.

La historia nos sitúa en Australia, diez años después del colapso mundial, es curioso contemplar en el film cómo a pesar del hundimiento de la sociedad todo se sigue rigiendo por los combustibles fósiles y los dólares americanos, y donde se nos presenta a un tipo anónimo (aunque en los créditos finales aparece como Eric), solitario y taciturno, interpretado por Guy Pearce, que vaga por desérticas e inhóspitas carreteras de un mundo descompuesto. En un momento determinado se cruzan en su camino tres delincuentes que huyen después de dar un golpe, robando el coche de Eric cuando el de estos queda atorado como consecuencia de un accidente. Eric se lanza en una desesperada persecución por recuperar su coche, con la compañía, fruto del azar, de Rey (Robert Pattinson), que es uno de los integrantes de la banda, que se encuentra herido, y al cual sus compinches, entre los que se encuentra su hermano, daban por muerto. A lo largo de la búsqueda del coche, la violencia y los instintos más salvajes afloran deparando un reguero de sangre y muerte.

Michod nos propone un film mucho más próximo a un híbrido entre el atípico western La Propuesta y la excelente pero depresiva adaptación de la novela de Cormac McCarthy, La Carretera, ambas del director, también de origen australiano, John Hillcoat, que de la anarquía trepidante y salvajismo punk de Mad Max.

Como en Animal Kingdom, David Michod, vuelve a mostrar un talento enorme en la composición de las escenas (asombroso el uso del gran angular). A través de una planificación muy cuidada, un uso exquisito de la fotografía (pocas veces se nos ha mostrado Australia tan maravillosa y árida a la vez), una dirección artística minimalista que realza el deterioro y suciedad imperante y una banda sonora oscura y repleta de sonidos enigmáticos y chirriantes, se transmite formidablemente bien la sensación de vacío, desamparo y amenaza que tanto la sociedad como los personajes manifiestan.

Además de lo mencionado, los dos actores principales, Guy Pearce y Robert Pattinson, nos brindan dos actuaciones sencillamente magistrales. El primero, como anacoreta errante que arrastra consigo un oscuro y complejo pasado que le atormenta, y el segundo, sin duda en el mejor papel de su carrera (donde demuestra que es muchísimo más que un rostro que ha encandilado a miles de jovencitas), como un pobre deficiente que no es consciente del despiadado mundo que le ha tocado vivir. (Un consejo: véase la película en versión original, pues cómo modulan la voz y enfatizan el acento estos dos actores para llenar de matices sus personajes es portentoso).

Con los mimbres mencionados deberíamos estar ante una de las grandes propuestas del año, yo así lo pensaba desde que supe de la existencia del proyecto y máxime después de ver el tráiler, pero por desgracia el páramo cruel, despiadado, angustioso y desolado en el que se ha convertido la sociedad, según la historia, donde humanos sin anhelos deambulan entre chatarras y ciudades fantasmas saqueando y asesinando, mostrando el lado más vil, agresivo y absurdo de la vida, sólo consigue contagiarme aburrimiento y sopor, debido a un guión que resulta frío e incoherente (en sus diálogos y acciones) en lugar de intenso y profundo. ¡No puedo empatizar con unos personajes herméticos cuyas motivaciones me son incomprensibles! Y si encima, sumamos un ritmo moroso con grandes altibajos que consigue que mire el reloj en varias ocasiones a lo largo del metraje la propuesta me resulta totalmente decepcionante.

Muy probablemente muchos no estarán de acuerdo con mi análisis y sabrán disfrutar y extraer toda su esencia a esta arriesgada y por momentos interesante propuesta del señor Michod, cuya personalidad propia y talento es innegable (y habrá que seguir de cerca), pero, por desgracia, el loable esfuerzo por facturar algo serio, adulto y distinto, dentro del trillado subgénero del futuro apocalíptico, se ha quedado en un indolente intento.
Vagabundoespiritual
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