Principio y fin

Digno de admiración y análisis por la audacia del director para entregar una película que lleva al espectador a sentir compasión o rencor por los integrantes de una familia de clase baja. Los roles establecidos y trillados, son expuestos de forma poco usual en un cine rosa, aquí la madre abnegada y comprensiva se muestra egoísta, manipuladora, hostil y con actitud alevosa para con sus hijos. Los cuatro hermanos Botero tienen un futuro designado por su madre pero cada uno buscará una salida la atmósfera asfixiante de su entorno.

Personajes etiquetados por la sociedad, que los hace desdichados y se burla de ellos: el delincuente, la fea, el gañan, la niña consentida, el estudioso, la señora respetable, todos expuestos a la cámara tal como son, sin prejuicios ni ataduras. El perfil psicosomático de los personajes es resuelto de manera extraordinaria, con actores debutantes en cine y otros con una experiencia desbordante. Se enfatiza el trabajo de Ernesto Laguardia (Gabriel Botero) actor de televisión, en su papel del hijo consentido de los Botero; el trabajo garantizado de la Sra. Julieta Egurrola interpretando a la madre egoísta pero a la vez sufrida; la actuación de Bruno Bichir como el hijo sumiso y dispuesto a sacrificar su felicidad por la familia.

Está película llena de tristeza, frustración e ilusiones rotas, es otro punto de vista para retratar a la familia, en donde las situaciones color de rosa están ausentes y que nos acerca a una realidad cruda y poco alentadora de una sociedad banal y superficial.

Se ha hablado mucho de un repunte en el cine mexicano; Sexo, pudor y lágrimas, abrió las especulaciones; La Ley de Herodes, lo reafirmó y Amores Perros lo engrandeció. Es cierto que la peor década de cine en México fueron los ochenta, pero todas las décadas han tenido altas y bajas.

Después de la década del olvido en México (El terremoto mas catastrófico de la historia, por citar un ejemplo), llegan los noventa, década cual se tiene la oportunidad de redimir la cultura, en especial el cine. Del CUEC (Centro Universitario de Estudios Cinematográficos) viene un gran director que junto a un gran equipo (su hermano, Carlos y el prestigioso Lubezki), Alfonso muestra sus capacidades en su aclamada obra prima. De Jalisco, aparece otro director genuino, que demuestra su gran imaginación (15 años después, creando una de las mejores películas de fantasia, que incluso Stephen King aclamó) montada en un otra ovacionada y galardonada opera prima. Entre toda esta ola de nuevos directores y de nuevo cine, nos llega una de las mejores películas del cine mexicano; la capacidad del director (esposo) y guionista (esposa) de mostrar tan bien representada la idiosincrasia de una familia en decadencia y agonía, hace suponer que su primera colaboración no es chiripada.

Principio y Fin, es una de esas películas que al terminar de verla, te sientes triste de no haberla dirigido, que otro se lleve el crédito de tan notable y sobresaliente obra, pero solo Ripstein junto a su talentosa esposa Paz, pudieron lograrlo.

La película comienza con la inevitable, pero sorpresiva muerte del patriarca. Sumidos en agonía e intranquilidad de que van hacer en un futuro, ya que los tres hijos (el cuarto se la vive de farra) estudian y la madre no trabaja, la única solución es sacar a la joven de estudiar y ponerla a trabajar de costurera, mientras que los dos hijos son la esperanza para sacar a flote a la pobre familia. La historia se va haciendo contraproducente- hablando de la familia, claro esta-, ya que a uno de los dos hijos se tiene que retirar del estudio (el mas listo, pero mas postergado por parte de la madre) y comenzar a trabajar en Veracruz (jamás se ha oído mejor “Perfume de gardenias” que en la bellísima escena en el puerto).

No quiero decir más de que como se va hundiendo más y más la familia, pero si les puedo decir que vean esta extraordinaria obra, que en la opinión de un servidor es la mejor película mexicana de todos los tiempos. Me da mucha tristeza los pocos votos que hay, y seguramente la poca gente que la ha visto.

Termino diciendo que si en México hubo un repunte, fundamentalmente se debería hablar de esta película como la causa principal.

La guionista y el director forman una pareja, creo que también en la vida privada, de creadores que se entienden a las mil maravillas en la difícil traslación de las miserias y pasiones sexuales de sus personajes. Así en varias películas entre interesantes y excelentes.

Pero aquí lo magistral viene de lejos, de una obra maestra literaria del Premio Nobel Naguib Mahfuz, adaptada a las peculiaridades de México: en ambos sitios las diferencias de clases, los prejuicios sociales y sexuales, el drama de la falta de dinero, de la necesidad de aparentar un poder que no se tiene y la necesidad de ser amado aunque sea prostituyéndose, aunque sea bajo la brutal penetración de un desconocido que sea capaz de decir te quiero...

Actores y realización conmueven y mantienen el interés hasta el último momento. Y, a diferencia de otras películas de esta pareja, el sexo miserable no adquiere tanto protagonismo, está empapado de otras miserias. Aunque la escena del baño es inmejorable.

Film mexicano de A. Ripstein, sobre una mujer que queda viuda con sus hijos casi mayores y los esfuerzos por salir adelante.
Basada en la misma historia de 'Rocco y sus hermanos', del gran L. Visconti, este film lo veo de un nivel similar. Un guión sólido (la historia es dura pero creíble), muy buenas actuaciones para personajes muy bien caracterizados, planteos sobre la familia, el amor, la culpa, el destino, etc., importantes. Así, se logra una película impecable en todos los rubros; sus contras son la extensión (más de 3 hs.) y, si se lo toma como crítica, ser MUY amarga.

Puede resultar contradictorio decir que esta película de Ripstein, sin ser la más visceral y sórdida, resulté la más triste, cruel y dura; a la vez, siguiendo con la contradicción, posee una belleza insólita gracias a una fotografía funesta y a los elementos mencionados. El destino trágico, siempre presente en los dramas, desde la óptica de un cineasta que lo ha retratado de gran manera en anteriores ocasiones, aquí no es la excepción. Imaginaba encontrarme con el típico argumento donde los lazos familiares lo pueden todo; me encontré con algo que si bien habla de ello, los modos son muy distintos. El fin seguirá justificando los medios para lograr los sueños de algunos, sin importar la vida de los demás. Esta historia por donde se tome arrastra miseria humana, ruindad, pobredumbre y desazón. Ripstein se supera a sí mismo con este excelente ejercicio cinematográfico, nada que reprochar a la fotografía, la puesta en escena, los diálogos o las actuaciones. Deja sensaciones que no se consiguen fácilmente sin recurrir al recurso barato o sensiblero, aquí se pulsa el sentimiento vivo gracias al cine, un cine que me dejó el alma nublada pero satisfecha.
Ya lo he dicho en anteriores críticas, pero repito que el cine mexicano tiene verdaderas joyas por ser descubiertas o revalorizadas; "Principio y fin" (belleza de metáfora) es una de ellas. Está a la par de cualquier drama que me digan sin importar el país o la época.