Yo la vi primero

Película que se queda en la superficie y se abona a la ocurrencia e, incluso para estar desarrollada en forma de comedia, la idea poseía mucho mayor recorrido.
La anécdota ocupa el lugar que corresponde al meollo y el chascarrillo se instala como dueño de la acción.

Pero hay que agradecer que, por momentos, el largometraje también sabe jugar con detalles interesantes y con situaciones desenfadadas no exentas de buen sentido del humor y de comicidad manifiesta.
Actuación correcta, dirección eficaz y entretenimiento asegurado.

Aunque se lamenta la oportunidad desperdiciada al no haber dado mayor empaque a la producción.

"Yo la vi primero" empieza con un pequeño recuerdo que nos hará sonreir a todos: la de ese primer amor de niño tan tierno e inocente y, de repente, la tragedia de un accidente. Cuando se despierta después de un coma de años, el niño ya hombre, genial Manuel Summers que nunca ha estado mejor en una película, solo recuerda la última escena de su vida de niño y quiere retomar su vida donde la dejó, a pesar de que su "primer amor" ya es una mujer casada, pero que "él vio primero".

Como la vida misma, la película es una comedia-drama o un drama con toques de comedia. Manuel Summers está espléndido como ese señor mayor que todo el mundo ha de tratar como niño y que ha de aprender lo que es la vida en un curso acelerado.