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Tres días de gloria

Drama. Romance. Thriller. Bélico Picard, un condenado a muerte, se fuga de la cárcel, pero es capturado de nuevo. Mientras tanto, una vía férrea vital para los intereses alemanes es saboteada. Los nazis, como represalia, toman 100 rehenes franceses y amenazan con ejecutarlos si los aliados no entregan al saboteador. Picard se ofrecerá para hacerse pasar por el saboteador con el fin de liberar a los rehenes y, al mismo tiempo, salvar su vida. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
9 de mayo de 2019
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra muestra más del talento de Raoul Walsh, que de un exiguo guión de un hecho heroico, que podría hasta haber sido cierto, como es entregar una vida para salvar un ciento, decorada como la redención de un ladrón y asesino que iba a ser guillotinado y que escapa a la muerte gracias a un bombardeo, y que tras ser nuevamente capturado decide entregarse como autor de un sabotaje a un tren nazi tras volar un puente sobre el que transitaba.

Con maestría, Walsh nos presenta a un concienzudo Paul Lukas, un inspector francés que persigue al criminal, Errol Flynn, que va pasando de su impulso a buscar la libertad y sortear a la justicia, a ponderar que su muerte guillotinado no sirve para nada, y que si hay que morir, mejor hacerlo salvando cien vidas que es lo que cobraban los nazis por la cabeza del saboteador, y de ahí, a pergeñar una estrategia que convenza a la Gestapo que es el verdadero culpable del atentado, toda una pequeña red de hechos que se producen en sólo tres días para que un asesino se redima, y además anónimamente.

Como siempre se debe incluir un romance, y más en aquéllos tiempos con el mundo en guerra, para lo que elige a una desconocida Jean Sullivan que realiza un más que digno papel.

Notable, 7.
andeltor
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14 de septiembre de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es "Gloria incierta" una película que como todas las de Raoul Walsh en principio es agradable de ver. El comienzo es muy interesante con Errol Flyn eludiendo la guillotina en el último momento y dando lugar a una huida del incansable inspector interpretado por Paul Lukas. Los primeros treinta minutos de la película tienen ritmo y un pulso narrativo excelente pero, ay, a partir del momento en que el amigo Flynn decide convertirse en un héroe (¿o no?), la narración a mi juicio patina bastante. Las subtramas que se proponen como la de la busqueda de un falso saboteador que permita salvar a los rehenes o las continuas idas y venidas de Flynn de un lado a otro del pueblo donde se encuentra, a mi personalmente me aburrieron un tanto. Por último el desenlace es muy abrupto y no me queda nada claro cual ha sido la razón para que nuestro protagonista cambie de parecer en el últmio segundo de todo aquello que ha ido pregonando durante toda la película. En fin, estamos ante una film propagandístico propio del momento histórico en que se rodó, pero que dista mucho de otros títulos de referencia y a los que puede recordar tímidamente como la excelente "Esta tierra es mía" o la magnífica "Los verdugos también mueren". En cualquier caso es un aceptable divertimento que tampoco generará ningún perjuicio a quien la vea.
Juanjix
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3 de octubre de 2015
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alegato antinazi por parte del gran Raoul Walsh a través de la redención de un asesino que, como un falso saboteador, "pretende" entregase a los alemanes para salvar la vida de cien rehenes.

Pero las aspiraciones del protagonista son las de escapar del patriota policía que lo custodia -y que le da la posibilidad de aspirar a la "gloria"- a la mínima posibilidad que se le brinde. Pero en una estancia de tres días en un pequeño pueblo en ruta hacia París surge el amor y... todo se complica.
Hasta ese momento todo parece correcto: Walsh narra esta atrayente historia casi con su acostumbrada soltura, el film es modélico en su primera parte, desde el comienzo hasta la llegada a la villa francesa, y Errol Flyn y Paul Lukas recrean sabiamente sus personajes y la relación entre ellos.
Lo único achacable, ya en su segunda parte, es un ritmo algo lento, la reiteración de similares peripecias y los decorados poco creíbles de las calles del pueblo francés.

Pero, quizás por un extraño montaje que recorta varios minutos la duración de la película, o porque Walsh así lo estima, el final es desastroso, desmintiendo lo subrayado durante todo el film y, en especial, desmoronando una romántica y esencial escena de amor anterior.
De golpe, sin conocer el espectador los verdaderos motivos, al personaje protagonista se le enciende una pasmosa vena religiosa y patriótica y Walsh -el guionista, el montador o el productor- da al traste con toda la película dejando un gusto de innegable y triste incoherencia.

Y, claro está; nada que ver esta obra con otras de similar temática como "Esta tierra es mía" (1943), de Jean Renoir o "El hombre atrapado" (1941), de Fritz Lang, por enunciar solo dos ejemplos de obras maestras, plenas de coherencia, poderío y pasión.
Estos "Tres días de gloria" o "Uncertain Glory", a pesar de haber sido realizada por el enorme Raoul Walsh, baja mucho el listón. Así es.
Luis Ángel Lobato
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3 de diciembre de 2022
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La capacidad de fabulación de Walsh es legendaria. De una historia con cuatro matices te monta una película estupenda. El guión es interesante, pero la manera en que lleva a cabo el propósito fílmico es insuperable. Una película de aventuras en el contexto de la IIGM, con un Errol Flynn tan maravilloso como siempre. Acompañado de un Paul Lukas imperial, una guapísima Faye Emerson como mujer fatal y Jean Sullivan, en la película que era su debut, una actriz que hizo más teatro y televisión que cine. Son sólo cuatro las películas en las que intervino.
Ver una cinta de Walsh es un festival para los que nos gusta el cine: ritmo, cadencia, personajes, situaciones, mensaje.
A diferencia del héroe de Hawks, generalmente amigable, divertido y muy social, el de Walsh es más pragmático, menos idealizado, más común. Le afectan las cosas, tiene un trasfondo de moral más empática, frente al de Hawks que es netamente un individualista.
El que aquí presenta es un héroe circunstancial, no es un héroe moral. No hace las cosas porque debe hacerlas, como en los personajes de Ford o de Hawks -no sabría diferenciar unos héroes de otros, me parecen idénticos, o muy parecidos-, sino porque los acontecimientos le atropellan, y en ese momento elige la mejor versión de sí mismo.
Me ha encantado la película.
ÁAD
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25 de enero de 2021
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nada más empezar la película, Errol tiene que interpretar a un personaje "malo", y por ende, según la censura de aquella época, no podía tener un final feliz para este personaje. Todo el mundo lo sabe.

Es aquí la jugada que están haciendo en Hollywood con varias películas, en poco tiempo. Poner un personaje "malo", con un actor reconocido y famoso (hasta la fecha, ningún actor con prestigio, quería que su personaje fuera el malo), pero que luego tiene corazón, se arrepiente, o lo que sea dentro de su papel en la película.

Pues aquí, más o menos pasa lo mismo. Una brillante idea se le ocurre al personaje de Errol y aquí entra en dilema todo el argumento. Con mentiras, verdades... pero al final, siempre vence la verdad (en el mundo del cine, claro).

Distraída, con un Errol en sus fantástico y pletóricos 35 años, donde saca a relucir todo su sex-appeal, donde la crítica de entonces elogió su actuación, y donde ya por fin, se consagró como un actor y no un mero títere de Hollywood que sólo hacía papeles para que las chicas se enamorasen de él. Es por decirlo de alguna forma, su papel maduro.
edugrn
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