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La dimensión desconocida: ¿Podría ponerse de pie el verdadero marciano? (TV)

Ciencia ficción. Intriga Una fría noche de invierno, la policía recibe una llamada alertando que un objeto volador no identificado ha caído en el bosque. Al parecer, el aparato se hundió en un pantano y los agentes enviados a investigar sólo encuentran unas huellas que se alejan del lugar en dirección a un restaurante de carretera cercano. En el establecimiento, los únicos clientes son el chófer y los pasajeros de un autobús que se encuentra detenido a causa ... [+]
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
11 de enero de 2019
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos policías reciben una llamada informándoles de que un objeto ha caído del cielo. Cuando acuden a investigar, localizan unas pisadas que conducen directamente a un restaurante de carretera.

Serling recuperó la idea del infiltrado que tan buenos resultados le dio en el mítico episodio “The Monsters Are Due On Maple Street”, solo que aquí apostó por un tono más excéntrico y juguetón, practicando un humor absurdo que en algún momento incluso puede recordar a la “La hora chanante”.

Un grupo de personas, aisladas por la nieve, trata de averiguar quién de ellos no es humano. Además del citado episodio de la primera temporada, parece clara la influencia de Agatha Christie y sus “Diez negritos”, así como del relato de Joseph W. Campbell que dio lugar a las tres adaptaciones cinematográficas de “La cosa”.

“Will the Real Martian Please Stand Up?” es una de las escasas excepciones en las que la comedia tuvo éxito en la serie, y eso creo que se debe a que el humor se añade a la ciencia ficción y al misterio, no se superpone. Es un producto tan libre que hasta se permite promocionar sin disimulo una marca de cigarrillos (“Oasis”). Todo vale y, lo más importante, todo funciona.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jackie Daytona
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6 de febrero de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante propuesta de partida. En bar de carretera, aislados por la nieve, se encuentran los seis pasajeros de un autobús y ,,, un alienígena infiltrado. La patrulla policial que llega al lugar lo sabe y se lo plantea a los pasajeros. A partir de este arranque empieza una investigación en la que será el espectador el que deba fijarse en los detalles para descubrir a tan escurridizo alienígena. Y dejar volar la imaginación. Todos empezarán a sospechar de todos y quedarán las puertas abiertas a descubrirlo ... a tiempo. En tono de comedia, quizás negra por el final, alejada del terror de "La cosa", con buenos diálogos, homenajes a Ray Bradbury, y un guión tramposo con sorpresa final, como no podía ser menos.

Un buen episodio de los que hicieron que esta serie, en su primera edición en B/N fuese mítica.

PD:: Tom Regan, dos criticas más abajo, hace una excelente labor policial y nos muestra las pistas que dejó el guionista para indicarnos quién es el o la alienígena. Haberlas haylas.
Quinto Sertorio
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6 de mayo de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
144/03(03/05/21) Entretenido y juguetón 64 episodio de misterio de la popular serie antológica creada por Rod Serling para la CBS, escrito por Serling con dirección Montgomery Pittman (director de varios capítulos de la serie), teniendo como eje central la paranoia y el temor al diferente, en una especie de alegoría sobre la Caza de Brujas del Senador MCCarthy buscando comunistas de modo esquizofrénico, tema este del infya tocado por Serling en otros capítulos, por ejemplo en “The Monsters Are Due On Maple Street”, aunque la gran diferencia con este es su tono jovial y de humor fresco. Aunque también tiene muchos otros paralelismos con otras historias, como es la influencia del bestseller de 1939 de Agatha Christie “Los diez negritos” (llevada al cine en varias ocasiones), otra fuente puede ser el cuento de 1938 de John W. Campbell " Who Goes There?" (escrita bajo el seudónimo Don A. Stuart), llevada a la gran pantalla en dos exitosas ocasiones con “The Thing From Another World” en 1951, y en 1982 “The Thing”, habiendo además en 2011 una precuela también titulada “The Thing”.

Narración de apertura: Noche invernal de febrero, el presente. Orden de los eventos: una llamada telefónica de una mujer asustada que notifica la llegada de un objeto volador no identificado, luego la verificación que acaba de presenciar, con dos policías estatales verificando el evento, pero sin nada más esclarecedor que agregar más allá de la evidencia de algunas pistas que conducen al otro lado de la carretera a un restaurante. ¿Has oído hablar de intentar encontrar una aguja en un pajar? Bueno, quédate con nosotros ahora y serás parte de un equipo de investigación cuya misión no es encontrar esa aguja proverbial, no, su tarea es aún más difícil. Tienen que encontrar un marciano en un restaurante, y en un momento buscarás con ellos, porque acabas de aterrizar, en The Twilight Zone.

Es un juguetón episodio con carácter cuasi-teatral en el modo en que la acción se concentra en un solo escenario (una cafetería de área de servicio) y con unos pocos personajes, una narración que apunta más que acierta, donde en su discurrir ágil se abren unas expectativas que acaban de modo cortante, cual coitus-interruptus. Crea un clima de comedia azuzada sobre todo por el histriónico y divertido personaje de Avery, encarnado por un Jack Elam (habitual del western) desatado en su vis cómica (llega a hacer una referencia al escritor de ciencia ficción Ray Bradbury, del que es un gran seguidor Rod Serling, esta relación entre el creador de la serie y el escritor desarrollada en zona spoiler)) que a todo comentario le saca punta con ademanes y risas contagiosas, ayudadas por su particular rostro adornado por un ojo a la virulé. Crea el director y guión una sensación de temor paranoico bien manejado en como todos sospechan de todos, incluso la pareja de recién casados parecen ver detalles que les hacen intimidarse. Una mezcla ligera de intriga y humor que parece un pasatiempo sin ansias de trascendencia, ello con un ritmo trepidante que te hace desear más minutaje, pues cuando el clima se tensiona se zanja, para pasar a un epílogo más descacharrante que profundo.

En realidad, a pesar de haber siete pasajeros, apenas se les da vida a la mayoría, con lo que el suspense sobre quien es el asesino, perdón, el Alien, queda reducido a un dos roles (por lógica el conductor del bus queda anulado de la búsqueda), como el empresario cascarrabias con ganas de llegar a su destino, y el risueño cachondo, porque la mujer que dice no tener identificación, tiene la coartada de que el conductor es de la única (por su sex-apple) que se acuerda. Pero estas pesquisas no pasan de esbozos, sin mala leche alguna, sin dramatismos, sin hondura, muy esquemático todo, pero esto solo se roza, pues no se va más allá de algún reproche cándido de uno a otro. Con los recursos de los sorpresivos sonidos de teléfono y sobre todo como arranca la Jukebox de música sin que nadie la ponga en marcha, e incluso las luces del local se encienden y apagan solas, hasta desembocar en un jocoso momento de estallar los azucareros cual fuegos artificiales, como digo, todo elementos inocentes que no hacen daño, simples generadores de tensión grácil traviesa, de un marciano jugando con los presentes.

Aparte queda lo inverosímil de la situación, de que encuentren restos de un OVNI, hallen huellas que salen de la misma y todo esto lo investiguen dos policías de carretera, esto hubiera supuesto precintar la cafetería con todos dentro a la espera del FBI o gente de la NASA. Y ya el colmo es que como no lo encuentran, los dejan viajar. Hay que darle esta licencia de suspensión de la realidad para divertirse un ratito.

Spoiler:

Narración final: Incidente en una pequeña isla, para creer o no. Sin embargo, si un dandy de rostro amargado llamado Ross o un contador grande y bondadoso que maneja una espátula como si hubiera nacido con una en la boca, si cualquiera de estas dos entidades entra en sus instalaciones, mejor tome sus manos - los tres - o verifique el color de sus ojos - los tres. Los caballeros en cuestión podrían intentar llevarlo a The Twilight Zone.

‘Incapaces de retenerlos sin pruebas, los policías permiten que las siete personas más el conductor suban al bús y se pongan en camino. Los policías se ofrecen a seguir adelante para asegurarse de que el puente sea seguro. Algún tiempo después, Ross regresa al restaurante solo, sorprendiendo a Haley. El empresario toma asiento, pide un café y le explica al cocinero que, después de todo, el puente no era seguro, se derrumbó y todos, el autobús, los pasajeros y los policías, se precipitaron al río y se ahogaron... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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