El momento de matar

La suerte suprema en el arte de los toros, "El momento de matar".
Algo taurino hay en todo este Django (Hilton). No es solo Bull, el Toro (Barnes), su lugarteniente y amigo, es el aire general de la cinta que parece dividida en suertes, en fragmentos separados. Como el matadero de reses bovinas que cuelgan en las canales donde se desarrolla una buena parte de la trama con sus tiroteos correspondientes..
Sin embargo pincha en hueso, fracasa en la hora de la verdad. Resulta una mala faena.
Y eso que el comienzo es esperanzador, "Dos cabalgan juntos" por un desierto blanco "tabernario". Un pozo, unas palabras con el gallito del grupo, cruce de miradas, amago de desenfundar, lo impide el listo que sentencia: "Donde están ellos casi siempre hay muertos".
El resto es una historia casi incomprensible, donde el oro sudista que buscan (¿otra vez?) casi es lo de menos, porque la acción se centra en los Forrester y sus secuaces. Un padre bobo y un hijo gilipollas.
Muchísimos tiros pero nada en claro. Pésimo guion y muy floja realización. Ni ritmo ni personajes medianamente trazados. Una sola muchacha aparece por allí. Ni siquiera una mísera escena de cantina.
Pitos. No llega ni a bronca.
Huir.