Tanganica

Tanganica no es ningún descubrimiento. Así de claro. Nada se gana, nada se pierde con ella. Lo que más fastidia es el insulso romance y las extrañas excusas que acontecen en este sucedáneo de safari que se nos presenta. Una gran ocasión perdida por el bwana, Van Heflin, que se encuentra por arte de birlibirloque con una fémina tan despampanante como Ruth Roman.

Y si nos adentramos más, diremos que esto ni siquiera es un safari a pesar del bwana, la chica y los portadores. Es una incursión en terreno peligroso al estilo Corazón de las tinieblas para acabar con una especie de revolucionario que tiene soliviantada a una tribu de guerreros.

Es imposible creerse el plan inicial de tal enfrentamiento. ¿Unos amables, pacíficos y obedientes portadores van a enfrentarse a una tribu guerrera ávida de sangre y triunfos? El hecho de una más o menos correcta narración hecha por el famoso deThot, con inclusión del obligado y aceptado montaje de imágenes documentales de animales salvajes en acción, es lo de menos. Uno quiere ver más pasión, algo que nos haga soñar con el África inexplorada de los tiempos de las colonias, de Iradier, Livingstone, del marfil y de los rinocerontes. ¡Qué venga Clark Gable, por favor!

Excelente film de aventuras, muy bien filmado por André de Toth, autor de algunas estimables películas, como esta, francamente conseguida, con escenas espectaculares, muy bien interpretada y con brillante fotografía a todo color a cargo de Maury Gertsman.
El guión, de William Sackheim y Richard Alan Simmons, que adaptan la historia de William R. Cox, es bueno y el ritmo el adecuado para sostener el interés desde que comienza hasta el final.
Gusta bastante y resulta muy agradable, no siendo nada ñoña por muchos animalitos que se vean en pantalla.
Una buena película que se recuerda con cariño.

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Aventura a través de la misteriosa selva africana que apenas concede un minuto de sosiego.
Las distintas tramas están muy bien combinadas y, en determinados momentos, al espectador se le permite poseer más información de la que dispone el protagonista lo que contribuye a un mayor refinamiento del dramatismo
A medida que la película avanza y la historia se complica, la labor de los guionistas (W. Sackheim y R.A. Simmons) resulta más meritoria y el buen criterio del director (A. de Toth) se pone de manifiesto con mayor entidad.

Señalar que también la interpretación de los protagonistas raya a buena altura y que el resultado final es un largometraje entretenido y de agradable visionado.

Típica película de hombre duro que tiene un objetivo noble en la vida. Para ello impondrá su férrea voluntad. Pero en el fondo es bueno.
Le acompañan nativos sumisos y leales que se enfrentan a otros, que claramente están equivocados.
Le acompaña una mujer sin ideas que, naturalmente, acatará su triste situación.
Hay un malo acorralado por la sociedad. Un antecedente de Kurtz, el del "Apocalipsis now".
No les estoy contando nada raro porque al primer minuto ya lo sabrán.
La historia está correctamente contada. Sale una visión poco salvaje del África y si un safari fuera así, en grupo, en territorio peligroso no hubiera avanzado ni un kilómetro. Todo convencional.
La interpretación de Van Heflin es correcta, la de su compañera no tanto. Debía llorar por las noches al releerse el guión.
Los "hermanos", desconocidos para mí, están correctos. No debían llorar, sino reír.
Los diálogos son tópicos, la música adecuada y el final también.
Todo típico de la época. Para que la vean las igualitarias.

Floja, salvaje, básica, llamativa, irregular, mediocre, chapucera, reiterativa, densa, plomiza y decepcionante producción de aventuras por Tanganica, un territorio plagado de animales salvajes en los que un hombre está empleando a los componentes de una tribu para hacerse con vienes preciados.
La premisa es el justificante ideal para ofrecer un relato de aventuras y peligros en los que poder disfrutar del visionado de las apariciones de diversos animales salvajes, en tomas que parecen de documentales.
Los responsables de la película casi no dedican tiempo a desarrollar los personajes y la historia va perdiendo interés por la falta de gancho de las situaciones que se van desarrollando.
Por muy interesante y atractiva que pudiera parecer la propuesta, la película cae en la reiteración de situaciones que ralentizan el avance del safari y no consiguen ofrecer resultados satisfactorios.
Los responsables de la película se empeñan en ser más burros que los animales que dan problemas en la película, haciendo que todo se vaya al traste y alcance una resolución tan ingeniosa como precipitada.
No es una película que vuelva a ver, puesto que me ha aburrido considerablemente y considero que está muy desfasada y que no ha sobrevivido al paso del tiempo.