La voz del interior (Music Within)

Steven Sawalich es otro debutante en el largometraje que aborda en este caso, con "Music within" uno de esos retratos "bigger than life" basados en hechos reales que supongo que pocos conocen o conocemos. Estamos ante la historia de Richard Pimentel desde su infancia hasta 1992, periodo largo durante el cual descubre su vocación de orador y sumergido de lleno tras perder el oído en Vietnam en el apoyo a los minusvalidos. Ante esto se nos plantea otro film-biopic bastante esquemático, otra vez su lucha social, su trabajo acaba actuando en detrimento de su vida sentimental, otra vez cae en la soberbia y reacciona para darse cuenta, otra vez una infancia traumática... No es cuestión de negar los hechos si no de intentar explicar que tal vez hay carencias en las formas expresivas o narrativas para relatar una historia que evidentemente es interesante de una forma nueva o creativa que realmente llegue a impactar a un espectador ajeno al tema. En "Music within" hay momentos de emoción y otros más sofocantes, aburridos. El termino medio es pasable, hay notables interpretaciones como la de Michael Sheen y en líneas generales pasa entre el acierto y el desacierto. Probablemente no perdure mucho en la memoria de quien la vea pero allí está, deja el documento y poco más.

A excepción de algunos errores incomprensibles, como que los personajes no envejezcan durante el trascurir de los años (especialmente el protagonista), es una película medianamente recomendable, pero solo por su guión.

Sin duda lo mejor de la película trascurre en la primera parte, durante la que se muestra el principal desarrollo del protagonista. Pasado este punto, se mantiene estático durante el resto de la película, hasta el desenlace final. A ratos entretenida, a ratos aburrida.

Otro punto flaco es la gran previsibilidad en algunas partes. Supongo que narrar hechos reales limita las innovaciones, pero se vé poco original en todos los aspectos.

En resumen, una película en la que solamente destacaría la evolución del personaje principal (mientras existió), y que salvo ciertos detalles, podría acabar perteneciendo al género de las "películas de sobremesa".

Esta película habla de temas sociales a priori interesantes, pero lo cuenta tan mal que toda la carga social del argumento se hunde. Es como cuando estando afónico se te ocurre una idea genial y al contarla no se entiende nada.

El tratamiento narrativo es descaradamente esquemático: no se desarrollan ni los personajes ni las situaciones, no hay transición dramática entre las partes de la historia. El resultado es una acumulación deslabazada de escenas que desaprovechan y convierten en superficial un argumento con muchas posibilidades.

La verdad es que acaba dando lástima la afonía cinematográfica del director. John Huston es uno de los directores que mejor cuenta una historia, trate el tema que trate; si el director de esta película hubiera revisado las películas de Huston, seguro que su despropósito narrativo de aficionado hubiera sido menor (nadie dijo que dirigir fuera fácil).

Para escribir esta crítica, me forcé a ver la película hasta el final; para aguantar, me tuve que atar a una silla con correas delante de la TV y, con unos ganchos, obligar a mis párpados a permanecer abiertos. Igual que el protagonista de la Naranja Mecánica. Así colocado, cada vez que la película saltaba sin el menor sentido del ritmo ni del drama de una situación a otra, yo soltaba un fuerte carraspeo de desaprobación. Al terminar la película tenía la garganta destrozada. Me he quedado afónico.

Escribo estas últimas notas mientras me tomo el jarabe para la garganta:
-Se hace un uso machacón de la voz en off y de tópicas canciones pegadizas de los años 40 y 60.
-Las escenas están construidas sin pizca de sutileza y con un montaje torpe.
-En cuanto a los actores, he visto mejores interpretaciones en el teatro de aficionados de mi pueblo.

Es sorprendente como los seres humanos vemos las cosas desde prismas opuestos, aportando nuestras razones y nuestros puntos de vista, que en ocasiones parecen categóricos pero que son meramente subjetivos. La voz del interior (vaya mala traducción) no es el "gran" cine americano impuesto por grandes empresas económicas o por la poderosa industria del cine que a mí personalmente tan poco me interesa y tan bajo valoro, Music Within es cine intimista, de detalles, de reflexión, de grandes actores (y el que no lo crea así que intente imitar a un paralítico cerebral y verá las consecuencias), de frases lapidarias (...tarda media hora en atarse los cordones de los zapatos...), de empatía hacia los más desfavorecidos. Es curioso, a todos mis amigas y amigos discapacitados que han visto el film les ha parecido maravilloso, por el conocimiento de la realidad, el repaso que da a la "otra" historia y por lo bien que refleja las injusticias a la que los discapacitados se han enfrentado desde el Neolítico hasta hoy mismo (en España esas injusticias siguen vigentes, para nuestra vergüenza).
Estamos ante una película de mucho nivel, solidaria, que nos hace recapacitar y que plantea una realidad que en general nos desagrada, hoy en día es mejor mirar para otro lado y aplaudir el cine que nos imponen...