Fantomas contra Scotland Yard

Fantomas contra Scotland Yard cierra la trilogía. Esta vez el antagonista pretende extorsionar a millonarios escoceses y con el objetivo de proteger a un conde se desplaza Juve y su grupo a un castillo donde pasarán unos días para realizar investigaciones. Las confusiones delirantes del comisario con la posible presencia de fantasmas, sus planes para demostrar que no ve visiones y los juegos de su adversario constituyen los mejores gags. Pero no deja de ser en mi opinión el título menos eficaz de la saga, a pesar de que se haya buscado un nuevo escenario lejos de la ciudad. Eso sí, es donde existe más rodaje no es en el castillo sino en exteriores, en bellos campos verdes. El final hace honor a la leyenda del adversario más escurridizo del genial e inimitable humorista Louis de Funes.

Aburrida y cansina tercera parte de las aventuras de Fantomas, esta vez ambientada en Escocia.

En esta película los protagonistas son exclusivamente los gestos y las muecas de Louis de Funes, dejando a Jean Marais y Mylene Demongeot como simples comparsas en papeles de relleno, solo hay que ver el cartel publicitario para darse cuenta de quien es el verdadero protagonista del film.

El argumento es repetitivo con gags mil veces vistos y que dificilmente consiguen que aflore media sonrisa.

Hubo un proyecto para hacer una cuarta parte de "Fantomas" llamada "Fantomas en Moscú", pero después de la experiencia de esta cinta Jean Marais y Mylene Demongeot decidieron abandonar sus papeles.

Para olvidar

Divertida aventura en la que el malvado Fantomas vuelve a encontrar su talón de Aquiles en la figura del comisario Juve.
La película está planteada con sencillez pero con un notable sentido cómico que ofrece intriga, dinamismo y una acción trepidante que entretiene al espectador porque encuentra en la pantalla lo que ha ido a buscar.
El guión adopta la fisonomía de una distraída parodia y el director A. Hunebelle acepta el reto de esta tercera entrega.
La interpretación de L. de Funès, ajustada a su registro habitual, contribuye a acentuar el humor propio de la sátira.
En definitiva, comedia disparatada para pasar un buen rato jugando a dejarse seducir.

Desde luego es una película sólo para fans de Louis de Funès. Como en las anteriores entregas de la serie, es el comisario Juve y no Fantomas el verdadero protagonista. Algunos gags muy buenos de Louis de Funès son lo que mantiene a flote la historia y por lo que vale al pena verla. Jean Marais ya está un poco acartonado aunque intente seguir siendo el heroe de acción de sus buenos tiempos.
Por cierto, ¿cómo es que nadie se da cuenta de que Fantomas lleva una mascara con lo poco naturales que se ven las caras?

La primera de la saga tenía su gracia, la segunda era bastante regulera, pero esta última ya no hay por donde cogerla.

Vuelve Fantomas, con un plan para lograr que los hombres más ricos del mundo le paguen enormes sumas de dinero a cambio, básicamente, de no morir a sus manos. Dichos multimillonarios se juntan todos en el castillo de uno de ellos y llaman al comisario Juve para que les proteja.

Hasta ahí bien, es una trama que podría haber dado bastante de sí, pero la película se vuelve un interminable conjunto se sketches tontos y sin gracia donde Louis de Funès hace de las suyas, pero de la forma menos cómica y atractiva posible.

Dejándolo claro: la película me ha parecido insoportable. No me ha hecho gracia en ningún momento, las escenas se mueven entre lo tonto a incluso infantiloide, con una comedia que quizás hizo reir en su momento (o no), pero a día de hoy al menos, no lo consigue.

Tercera y (menos mal) última parte de una trilogía algo deficiente, que tiene en esta su máximo apogeo (pero en lo de mala película se refiere, vaya).