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I Am Not Your Negro

I Am Not Your Negro
2016 Estados Unidos
Documental, Intervenciones de: James Baldwin
7,2
2.114
Documental El escritor James Baldwin cuenta la historia del movimiento afrocamericano en la América moderna, en forma de extensión de su libro sin terminar "Remember This House". (FILMAFFINITY)
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
8 de abril de 2017
31 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leí varios libros del norteamericano James Baldwin (1924-1987) durante mi adolescencia y fue un hallazgo impactante. Sobre todo sus novelas ‘La habitación de Giovanni’ y ‘Otro país’ y sus ensayos ‘Nadie sabe mi nombre’ y ‘La próxima vez el fuego’ me resultaron memorables. En España es poco conocido y no creo que este interesante documental contribuya a rescatarle del ostracismo. Quizás su enfoque nos pueda parecer ahora anticuado o ajeno, pero su personalísima voz merece atención y reconocimiento, ya que fue un pionero y supo poner el dedo en la llaga: amaba a su país, pero le exasperaba la ceguera e indiferencia de sus compatriotas hacia la realidad y vivencias de los afroamericanos y supo exponer esa lamentable situación a través de una escritura llena de rabia vindicativa.

Tomando como base un libro inconcluso de Baldwin sobre tres activistas negros junto a los que participó en el movimiento por los derechos civiles y que fueron asesinados durante los turbulentos años sesenta del pasado siglo – Medgar Evers (1925-1963), Malcolm X (1925-1965) y Martin Luther King (1929-1968) – esta ecléctica amalgama deviene en un ensayo audiovisual atípico sobre la insensibilidad y ceguera de un pueblo hacia sus semejantes desfavorecidos. Combina el texto inacabado – leído por Samuel L. Jackson – con imágenes del propio James Baldwin en entrevistas y conferencias, así como con otros documentos gráficos lacerantes hasta configurar un retablo sobrecogedor de aquellos años convulsos y fratricidas que zarandearon la sociedad y nos adentran en el presente incierto que ahora habitamos.

Lo mejor de la propuesta es comprobar la cruel pervivencia del racismo, con diferentes ejemplos que son bosquejados de pasada y en formas no siempre claras ni rastreables. Se abole así la distancia temporal y se establece una correspondencia entre lo que fue y lo que es, entre lo que se denuncia y la persistencia impune y corrosiva de lo denunciado. Pero pese a su buen planteamiento y la fuerza de muchas de sus imágenes, en conjunto esta obra se me queda corta, porque apela demasiado al intelecto y lo racional, dejando de lado el componente irracional y arbitrario de lo que retrata. Se admira más las buenas intenciones y los buenos propósitos que no el resultado final del proyecto.

Sin embargo, pese a lo irregular del resultado, no cabe sino elogiar su existencia. Siempre es útil y necesario recordarnos que las injusticias deben ser denunciadas y que el mal – si no se hace nada – suele ganar la batalla gracias a la impunidad del olvido y la comodidad e indiferencia de todos aquellos que no nos vemos afectados de forma directa por los atropellos descritos. Necesaria aunque imperfecta.
antonalva
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4 de mayo de 2017
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Documental dirigido por Raoul Peck, basado en los textos inacabados del escritor James Baldwin, que fue un ferviente defensor de los derechos de los afroamericanos en la segunda mitad del siglo XX. En el citado texto, Baldwin habla de tres activistas que lucharon junto a él por los derechos civiles y que fueron asesinados en los años sesenta: Megar Evers, Malcolm X y Martin Luther King.

A los textos de Baldwin les pone voz Samuel L. Jackson, que hace de narrador durante toda la película. No se trata estrictamente de un documental sobre el racismo, más bien es un ensayo acerca de la convivencia entre blancos y negros en Estados Unidos, una mirada directa al fondo de un problema que lleva siglos abierto y no termina nunca de cerrarse.

Raoul Peck compone la película a partir de los escritos de Baldwin y los intercala con montones de imágenes de los años 60 en las que aparece el propio Baldwin en entrevistas y discursos, así como impactantes documentos audiovisuales de aquellos años que sirven como apoyo a los textos de Baldwin. De hecho, las poderosas imágenes que utiliza y el acertado montaje hacen que la película sea casi más un ensayo visual que otra cosa, pues dichas imágenes aportan aún más información que las palabras.

La columna vertebral de la obra son los tres activistas asesinados: Evers, Malcolm X y Luther King. Tres personas que luchaban por lo mismo pero de muy diferentes modos. Tenían muy poco o nada en común, salvo el hecho de rebelarse contra la segregación racial del país en que vivían, y el de haber tenido un trágico y violento final. En ellos se sostiene la trama del libro de Baldwin y a partir de ahí se desarrolla el tema hasta hacernos entender que el problema sigue vivo y que es mucho más profundo de lo que parece, que va bastante más allá del modo convencional en que solemos mirar el asunto del racismo.

Peck no se sirve de testimonios actuales. Al contrario, todas las imágenes son de archivo, y son las palabras de Baldwin en la voz de Jackson las que nos van llevando de la mano por este viaje al núcleo del problema racial, desde un punto de vista mordaz que hace que se agudice nuestro desconcierto al comprobar los niveles de ignorancia y de carencias humanísticas que subyacen en la discriminación y el uso de la violencia para mantenerla.

La figura de James Baldwin termina por fascinarnos. Debo admitir que no le conocía antes de ver la película y que salí del cine hechizado por su inteligencia y su elocuencia. La escena del programa de televisión en la que destroza dialécticamente a un tertuliano que va de listo es para que lo hubieran sacado a hombros del plató. Esa escena por sí sola ya te devuelve el dinero de la entrada.

Hay que alabar el buen hacer de Raoul Peck, y lo que logra con unas pocas páginas escritas por Baldwin y un montón de imágenes de archivo. Su maestría a la hora de intercalar imágenes de todo tipo, fotografías, trozos de entrevistas, programas de televisión, anuncios, recortes de periódicos, clips cinematográficos, escenas de violencia callejera, en fin, un montón de material, corría el riesgo de convertirse en un montón de información inconexa y difícil de entender, pero Peck sabe darle forma a todo eso y el resultado es una obra cuidada y precisa en la que todo encaja.

Quizá es discutible el uso que se hace de John Wayne y Doris Day, a quienes se pone como paradigma de los hombres y mujeres blancos de la época, como modelos del hombre y la mujer blanca que todos querrían ser. Yo creo que Wayne y Day no tienen culpa de representar ciertos papeles en el cine. Pero a pesar de ello, uno no puede quedarse indiferente ante semejante cantidad de elocuencia expresada en una pantalla referida a una realidad aplastante.

“I am not your negro” tiene mucha potencia, y mi único pero es que todo está demasiado comprimido. El tema daba para una película bastante más larga, y me excito solo de pensar en que en vez de esta película de hora y media se hubiese hecho una serie de TV., de diez capítulos.

En todo caso, estamos ante un relato apasionante que me ha permitido descubrir a alguien tan sumamente interesante como James Baldwin, un tipo admirable con una enorme capacidad para utilizar la palabra oral o escrita como arma arrojadiza, cuyas críticas siempre eran constructivas, y cuya elocuencia con regusto a tristeza me asombra, al tiempo que me hace preguntarme: ¿Cómo puede ser que haya tardado tanto tiempo en conocer a este señor?

https://keizzine.wordpress.com/
keizz
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16 de abril de 2017
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La historia de los negros en América es la historia de América”, esta frase enunciada durante “I Am Not Your Negro”, define la idiosincrasia de Estados Unidos, donde la esclavitud fue legal hasta 1865. La nueva propuesta de Raoul Peck formó parte de la sección oficial del 17º Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria.
El haitiano Raoul Peck, que lleva años volcando su activismo en un cine politizado, teje en “I Am Not Your Negro” un potente “collage” cinematográfico en el que recupera la voz del malogrado James Baldwin, que dejó inconcluso un manuscrito de 30 páginas que contenía los recuerdos de los activistas por los derechos de los negros Malcom X, Martín Luther King y Medgar Evers, los tres asesinados antes de cumplir los 40 años. Esa voz que llega del pasado, de los años 50 y 60 del siglo XX está repleta de ira por la violencia policial que sufrió y sufre la raza negra.
“I Am Not Your Negro”, nominado al Óscar 2017, en la categoría de documental, es un filme que tiene espíritu de grito urgente. Sus imágenes, en las que se incluye una guagua de Alabama en 1955 en la que había zonas reservadas para los blancos, la paliza descomunal a Rodney King acaecida en 1991 en Los Ángeles por parte de la policía, o un encadenado de publicidad que etiqueta a los negros como serviciales…, deberían remover conciencias.
El montaje, que alterna imágenes de películas, programas de televisión, fotografías o imágenes publicitarias, es crucial en este filme por eso hay que destacar el trabajo de Alexandra Strauss. Ante la avalancha de imágenes de gran impacto se hace necesario un escapismo, por eso aparecen, en determinados momentos, imágenes que permiten que el espectador respire como una playa, un celaje o unos manglares.
El discurso de Baldwin, que en la película emplea la voz en off de Samuel L. Jackson, reclamaba su derecho a no ser etiquetado ni reducido a una identidad de grupo. Resulta execrable que todavía se siga reduciendo a la gente a estereotipos, ya sean negros, blancos, mujeres, hombres, cristianos o musulmanes, ricos o pobres.
Benjamín Reyes
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4 de abril de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este documental repasa en imágenes de archivo la lucha contra la discriminación racial practicada por los blancos contra los negros en los Estados Unidos de América, centrándose en las últimas décadas, y centrándose en líderes, activistas e intelectuales como Martin Luther King Jr., Medgar Evers, Malcolm X y James Baldwin. De hecho, cabe preguntarse si estamos ante una crónica del racismo, de la infame segregación racial practicada en el Sur de los EE.UU., y de las luchas por los derechos civiles de la población afroamericana en los Estados Unidos, o más bien ante una biografía de Baldwin, sobre cuya vida y obra bascula el relato, tanto en cuanto a la visión que Baldwin tenía de estos asuntos como en cuanto al destacado papel de Baldwin en estas luchas.

El resultado es estimulante y contundente, gracias a la lograda labor de montaje que da sentido a las imágenes, las ideas y palabras de Baldwin, la música, y la voz del narrador, el actor Samuel L. Jackson, de forma que todo el documental oscila entre la crítica rabiosa del racismo y hasta del sistema político, social, económico y cultural que lo hizo y lo hace posible, y la nostalgia por esos líderes que se fueron y que, en el caso de Evers, King y X, fueron asesinados. Por eso se aprecia una curiosa mezcla entre la crítica al sistema, y a una determinada idea de los EE.UU., la cual llega hasta la actualidad y hace presente las luchas de antaño, y una nostalgia poco disimulada por los "malos buenos tiempos" de los años 60.
Pedro Triguero_Lizana
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2 de mayo de 2017
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Yo no soy un negrata. Yo soy un hombre”, afirma James Baldwin en I am not your negro (2016), de Raul Peck, un documental que se basa precisamente en los textos de Baldwin sobre los tres grandes líderes antisegregacionistas asesinados en Estados Unidos: Medgar Evers. Malcom X y Martin Luther King, tres nombres que empiezan por “m”, la misma letra que inicia la palabra “murderer”. “Por eso los blancos deberían preguntarse por qué han inventado ese concepto”, continúa Baldwin en el filme de Peck. Se refiere, evidentemente al concepto negrata.

La sensación es que, lo cual se plasma así también en la película que estamos mencionado, que una vez que los negros dejaron de ser necesarios para recoger algodón la sociedad blanca ha querido deshacerse de ellos de la manera más repugnante posible y si en su mano estuviera el aplicar una solución final, cuyos derechos de autor hay que buscar en el régimen nazi, la aplicarían.

Pero la sociedad estadounidense ha llegado hasta donde ha llegado porque durante demasiado tiempo dispuso de una mano de obra barata.

En cuanto a cuestiones meramente fílmicas, esta película, cuyo género es el documental, según se ha comentado más arriba, tiene una importante textura narrativa, puesto que se articula sobre los recuerdos de Baldwin en los años más duros de la lucha por los derechos civiles.
Fco Javier Rodríguez Barranco
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