Wild Rose
1.808
Drama
Rose-Lynn Harlan (Jessie Buckley), tiene 23 años, talento, carisma y un sueño: salir de Glasgow y triunfar como cantante de country. Acaba de salir de la cárcel y tiene dos hijos pequeños a los que mantener. Marion (Julie Walters), su madre, quiere que acepte su realidad y se responsabilice de sí misma de una vez por todas; pero cuando un encuentro casual acerca a Rose-Lynn a sus sueños se enfrenta a una difícil decisión: su familia o el estrellato. [+]
13 de julio de 2019
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
En pleno boom de “biopics” de cantantes o musicales de distinta calidad, se estrena “Wild Rose”, cuya duración en cartelera ya aseguramos que será mínima, tanto como su repercusión, al menos hasta que pase un tiempo. Las razones son varias: su promoción ha sido muy discreta, la música “country” no tiene muchos adeptos por estas latitudes, y, además de no contar nada nuevo, la historia ya nos la han contado antes con menor acierto, como en las genialmente interpretadas por Meryl Streep, sean “Postales desde el filo” o “Ricki”, o con mayor acierto, como podían ser los casos de, por ejemplo “Georgia” de Ulu Grosbard o sobre todo “Alicia ya no vive aquí”, que supuso el “Oscar” para una estupenda Ellen Burstyn y que dirigió un emergente por aquel entonces Martin Scorsese. Los puntos en común con esta última son bastantes, desde ciertas situaciones a parecidos con el personaje central.
El guión de Nicole Taylor está bien construido. Quizás su mayor acierto ha sido no inclinarse demasiado en su lado dramático, y adornar con mucha moderación, el punto dulce o de humor que pudiera tener. “Wild Rose” en ese sentido es correcta, se ajusta bastante a la realidad, con su crítica social incluida como buen film británico (escocés para más exactos), aunque tenga sus dosis de escape y humor. El personaje central de Rose- Lynn se mueve entre la atmósfera de Marion, que es su madre, el barrio y sus hijos, y el mundo casi idílico de Susannah, la mujer para la que trabaja en tareas del hogar. Todo esto supongo que sonará exótico en Estados Unidos, sobre todo en Nashville, ciudad por la que su protagonista está obsesionada y uno de los bastiones del "country", pero este gusto por el estilo musical más americano se puede dar en cualquier país, y como ejemplo ahí está el tema que Alemania envió a Eurovisión en 2006, el "No No Never" de Texas Lightning.
Tom Harper dirige de manera correcta. Puede que en los créditos iniciales nos dé una falsa imagen y una primer contacto algo impostado a través de su protagonista, pero nada comenzar el film, eso queda en el olvido, centrándose hasta el final, con algunas escenas “musicales” logradas y hasta con el sentimiento requerido.
Sus factores técnicos, desde su montaje a la fotografía también son correctos y cuentan en todo momento con una ambientación que parece “real”, que en ningún momento se estiliza ni cae en el estereotipo.
El punto fuerte es el trabajo interpretativo, gracias, una vez más, a un “casting” bien elaborado y que incluye a los niños, porque hasta ellos están bien. Por supuesto Julie Walters demuestra, una vez más, que con un personaje bien trazado esta gran actriz es capaz de hacer un trabajo fabuloso. Y la bomba es su protagonista, Jessie Buckley, físicamente un cruce entre Lola Dueñas y Holly Hunter, que sin hacer demasiados “numeritos” a cámara, saca su personaje a flote gracias a su verismo dramático y a su espléndida voz, ya que nadie la dobla, cantando los temas sin "play back". Parece mentira que ni Walters y sobre todo Buckley, no hayan aparecido hasta la fecha nominadas por su labor. No sé si tendrán opción para el año que viene, pero si no se sumarán a la larga lista de injusticias cometidas en la tómbola de los premios. También, por ejemplo, hubiera sido “nominable” el tema “No Place Like Home”, compuesto tres chicas: C. Smith, K. York y la oscarizada actriz Mary Steenburgen.
Soy consciente que “Wild Rose” no tiene el tirón popular que tenía, por ejemplo “Full Monty” o “Billy Elliot (Quiero bailar)”, aunque también cuente en su reparto con una de sus protagonistas, Julie Walters, si bien en un cometido muy diferente. Ni tampoco tiene esa habilidad de taladrar el corazón que tenía la notable y olvidada por muchos “Little Voice”. Pero es un “musical” hecho con amor y complicidad en los que en ella han colaborado, con más dignidad que otros subproductos más famosos y en apariencia más relucientes. Lo dicho, nada nuevo en el horizonte, pero lo que hay está bien hecho. Que no es poco.
El guión de Nicole Taylor está bien construido. Quizás su mayor acierto ha sido no inclinarse demasiado en su lado dramático, y adornar con mucha moderación, el punto dulce o de humor que pudiera tener. “Wild Rose” en ese sentido es correcta, se ajusta bastante a la realidad, con su crítica social incluida como buen film británico (escocés para más exactos), aunque tenga sus dosis de escape y humor. El personaje central de Rose- Lynn se mueve entre la atmósfera de Marion, que es su madre, el barrio y sus hijos, y el mundo casi idílico de Susannah, la mujer para la que trabaja en tareas del hogar. Todo esto supongo que sonará exótico en Estados Unidos, sobre todo en Nashville, ciudad por la que su protagonista está obsesionada y uno de los bastiones del "country", pero este gusto por el estilo musical más americano se puede dar en cualquier país, y como ejemplo ahí está el tema que Alemania envió a Eurovisión en 2006, el "No No Never" de Texas Lightning.
Tom Harper dirige de manera correcta. Puede que en los créditos iniciales nos dé una falsa imagen y una primer contacto algo impostado a través de su protagonista, pero nada comenzar el film, eso queda en el olvido, centrándose hasta el final, con algunas escenas “musicales” logradas y hasta con el sentimiento requerido.
Sus factores técnicos, desde su montaje a la fotografía también son correctos y cuentan en todo momento con una ambientación que parece “real”, que en ningún momento se estiliza ni cae en el estereotipo.
El punto fuerte es el trabajo interpretativo, gracias, una vez más, a un “casting” bien elaborado y que incluye a los niños, porque hasta ellos están bien. Por supuesto Julie Walters demuestra, una vez más, que con un personaje bien trazado esta gran actriz es capaz de hacer un trabajo fabuloso. Y la bomba es su protagonista, Jessie Buckley, físicamente un cruce entre Lola Dueñas y Holly Hunter, que sin hacer demasiados “numeritos” a cámara, saca su personaje a flote gracias a su verismo dramático y a su espléndida voz, ya que nadie la dobla, cantando los temas sin "play back". Parece mentira que ni Walters y sobre todo Buckley, no hayan aparecido hasta la fecha nominadas por su labor. No sé si tendrán opción para el año que viene, pero si no se sumarán a la larga lista de injusticias cometidas en la tómbola de los premios. También, por ejemplo, hubiera sido “nominable” el tema “No Place Like Home”, compuesto tres chicas: C. Smith, K. York y la oscarizada actriz Mary Steenburgen.
Soy consciente que “Wild Rose” no tiene el tirón popular que tenía, por ejemplo “Full Monty” o “Billy Elliot (Quiero bailar)”, aunque también cuente en su reparto con una de sus protagonistas, Julie Walters, si bien en un cometido muy diferente. Ni tampoco tiene esa habilidad de taladrar el corazón que tenía la notable y olvidada por muchos “Little Voice”. Pero es un “musical” hecho con amor y complicidad en los que en ella han colaborado, con más dignidad que otros subproductos más famosos y en apariencia más relucientes. Lo dicho, nada nuevo en el horizonte, pero lo que hay está bien hecho. Que no es poco.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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15 de julio de 2019
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jessy Buckley tiene una presencia que llena la pantalla. Ya lo demostró en Chernobyl, donde interpreta a la mujer de un bombero afectado por la radiación; una historia secundaria en la serie, pero que la luz de la actriz irlandesa la convierte en uno de los grandes momentos de la producción de HBO.
En Wild Rose toda la trama está a su servicio –con permiso–, eso sí, de una excelente Julie Walters en el papel de su madre. El argumento se centra en Rose, una joven rebelde y madre soltera con un talento excepcional para la música country. Tras salir de prisión, dos caminos se le ponen enfrente: uno, seguir su sueño y buscar dinero para probar suerte en Nashville (Tenesse), cuna y meta de la música country; o el otro, aceptar sus responsabilidades como madre.
La dirección de actores es excelente, igual que la banda sonora y la fotografía que muestra un Glasgow entrañable por momentos y angustioso en otros. Sin embargo, la película se resiente porque el guión parece no tener claro si está contando un relato de superación o de colisión con la realidad; una lucha entre el “follow your dreams” de Hollywood o el choque con la realidad del cine europeo, del tipo “esta es la vida real, chica”. Y en esas idas y venidas, la historia pierde fuerza y algunos personajes se diluyen.
No obstante, hay que decir que Wild Rose es un largometraje muy interesante y entretenido, que hará las delicias de los amantes de la música country; un canto al amor familiar; y que nos descubre la voz y el carisma Jessy Buckley, una actriz llamada a triunfar en los próximos años.
www.contraste.info
En Wild Rose toda la trama está a su servicio –con permiso–, eso sí, de una excelente Julie Walters en el papel de su madre. El argumento se centra en Rose, una joven rebelde y madre soltera con un talento excepcional para la música country. Tras salir de prisión, dos caminos se le ponen enfrente: uno, seguir su sueño y buscar dinero para probar suerte en Nashville (Tenesse), cuna y meta de la música country; o el otro, aceptar sus responsabilidades como madre.
La dirección de actores es excelente, igual que la banda sonora y la fotografía que muestra un Glasgow entrañable por momentos y angustioso en otros. Sin embargo, la película se resiente porque el guión parece no tener claro si está contando un relato de superación o de colisión con la realidad; una lucha entre el “follow your dreams” de Hollywood o el choque con la realidad del cine europeo, del tipo “esta es la vida real, chica”. Y en esas idas y venidas, la historia pierde fuerza y algunos personajes se diluyen.
No obstante, hay que decir que Wild Rose es un largometraje muy interesante y entretenido, que hará las delicias de los amantes de la música country; un canto al amor familiar; y que nos descubre la voz y el carisma Jessy Buckley, una actriz llamada a triunfar en los próximos años.
www.contraste.info
13 de julio de 2019
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida por Tom Harper (conocido por serie series de tv como Peaky Blinders, Guerra y Paz o El Hijo) y escrita por Nicole Taylor ( Three Girls, la reina blanca), nos cuenta la historia de Rose-Lynn Harlan, una aspirante a cantante country y ex convicta con dos hijos pequeños al cuidado de su abuela (Julie Walters) que lo unico que quiere es que se centre y asuma alguna responsabilidad con su familia, pero el sueño de ser cantante y viajar a Nashville es mas poderoso que todo eso..
Esta interesante película británica está protagonizada por la actriz y cantante irlandesa Jessie Buckley (vista en la serie Chernobyl y en Beast) que con gran carisma se mete al espectador en el bolsillo, haciendo un papel fabuloso con una voz fantástica detrás del micrófono. Salto a la fama por un concurso de talentos de la BBC y es toda una estrella en el Reino Unido.
Rose tiene mucho talento, pero permanece atrapada en Glasgow con sus dos niños pequeños, sobreviviendo gracias a la ayuda de su madre y con un trabajo de limpiadora. Eso lastra mucho su sueño musical, también su comportamiento imprudente y explosivo le impiden avanzar en su carrera. También a medida que le surgen oportunidades son truncadas por infinidad de problemas.
El director Tom Harper nos muestra un mundo muy creíble de esta clase trabajadora con mucha autenticidad emocional, donde muchas veces las buenas intenciones y los sueños no son suficientes y habrá muchas decepciones en el camino. Ya sabemos que la historia ya ha sido contada en muchas ocasiones y los clichés nos pueden resultar repetidos, pero se nota un gran esfuerzo en el guion de no caer en esa trampa y sutilmente nos convence el avance de la película e incluso el final es muy convincente.
En resumidas cuentas un film muy entretenido, muy sentimental que te seducirá con una banda sonora realmente espectacular
Destino Arrakis.com
Esta interesante película británica está protagonizada por la actriz y cantante irlandesa Jessie Buckley (vista en la serie Chernobyl y en Beast) que con gran carisma se mete al espectador en el bolsillo, haciendo un papel fabuloso con una voz fantástica detrás del micrófono. Salto a la fama por un concurso de talentos de la BBC y es toda una estrella en el Reino Unido.
Rose tiene mucho talento, pero permanece atrapada en Glasgow con sus dos niños pequeños, sobreviviendo gracias a la ayuda de su madre y con un trabajo de limpiadora. Eso lastra mucho su sueño musical, también su comportamiento imprudente y explosivo le impiden avanzar en su carrera. También a medida que le surgen oportunidades son truncadas por infinidad de problemas.
El director Tom Harper nos muestra un mundo muy creíble de esta clase trabajadora con mucha autenticidad emocional, donde muchas veces las buenas intenciones y los sueños no son suficientes y habrá muchas decepciones en el camino. Ya sabemos que la historia ya ha sido contada en muchas ocasiones y los clichés nos pueden resultar repetidos, pero se nota un gran esfuerzo en el guion de no caer en esa trampa y sutilmente nos convence el avance de la película e incluso el final es muy convincente.
En resumidas cuentas un film muy entretenido, muy sentimental que te seducirá con una banda sonora realmente espectacular
Destino Arrakis.com
8 de agosto de 2019
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Wild Rose" es una película escocesa dirigida por Tom Harper y protagonizada por Jessie Buckley. Esos dos nombres fueron suficientes para esperar con ansias el reencuentro del director y la actriz que me deslumbraron el 2016 con la última adaptación de "La Guerra y la Paz", donde ella brilló interpretando a la Princesa Marya Bolkonskaya.
Jessie se hizo tímidamente conocida en Reino Unido a través del show de talentos de la BBC "I'd do anything" donde, para nuestra suerte, obtuvo el segundo lugar. Así, optó por estudiar en el RADA, mientras cantaba jazz en bares e interpretaba a personajes shakespereanos en el teatro. Tras "La Guerra y la Paz" y algunos proyectos en la televisión y las tablas, es Tom Hardy quien la invita a coprotagonizar con él la serie "Taboo" (2017 -) , donde interpretaría a la actriz irlandesa y madrastra de Hardy en la ficción, Lorna Bow.
Ese mismo año impactaría al cine independiente con la ópera prima de Michael Pearce: "Beast". En ella, daría vida a Moll, una mujer que se enamora perdidamente de Pascal (Johnny Flynn), el principal sospechoso de una serie de asesinatos. Su interpretación le valdría ser nominada a los BAFTA del 2019 como estrella emergente (voto popular) y ganadora de los British Independent Film Awards (BIFA) por la misma categoría. Su salto internacional, por supuesto -y como ya se ha mencionado acá-, vendría de la mano de la magistral serie de HBO "Chernobyl". Así, "Wild Rose" no es solamente la historia de la carismática y talentosa Rose-Lynn Harlan y sus peripecias para llegar a ser una cantante reconocida, es el resultado de años de trabajo bien realizado por parte de Buckley, y, por qué no, del buen ojo de Tom Harper.
La historia de Nicole Taylor puede ser convencional, pero ¿qué película de artistas que luchan por llegar a la fama no lo es? Con o sin final feliz, todas se sustentan en aciertos, errores y jugadas del destino, y eso es lo que ofrece "Wild Rose", solo que con una banda sonora y unas interpretaciones magistrales. Aun así, más que el oficio de la protagonista, lo realmente importante es cómo esta se relaciona con su entorno para alcanzar la anhelada felicidad. Porque "Wild Rose" no es solo una película de música country, es una oda al Glasgow, al doloroso y abandonado pueblo de Escocia; es la representación de cómo una "wannabe" pobre y alienada por su entorno, logra salir adelante.
Poco importan las nominaciones y los premios, aunque tímidamente se ha comenzado a rumorear a Buckley como una posible candidata y la canción "Glasgow (Ain't no place like home)", compuesta por Mary Steenburgen, como una de las cartas seguras (1). Pase o no, es indudable que dentro del circuito pequeño al que aspira llegar la película no está pasando desperdiciada. Su protagonista se ha paseado por cuanto late-show y festival de Country hay, conmoviendo al público con su talento y sinceridad.
Con una brillante Julie Walters, dos niños impresionantes en sus roles, una cálida Sophie Okonedo y una Jessie Buckley que lentamente comienza a marcar vidas -tal y como lo hizo conmigo un ya lejano 2016-, "Wild Rose" cumple lo que promete: esos tres acordes y la más pura verdad; una que nos dejará con una sonrisa y una que otra lágrima, mientras movemos los pies al ritmo de canciones lejanas y maravillosas.
(1) La película fue estrenada en festivales el año 2018, pero recién llegó a los cines este año, por lo que sí podría ser considerada.
Jessie se hizo tímidamente conocida en Reino Unido a través del show de talentos de la BBC "I'd do anything" donde, para nuestra suerte, obtuvo el segundo lugar. Así, optó por estudiar en el RADA, mientras cantaba jazz en bares e interpretaba a personajes shakespereanos en el teatro. Tras "La Guerra y la Paz" y algunos proyectos en la televisión y las tablas, es Tom Hardy quien la invita a coprotagonizar con él la serie "Taboo" (2017 -) , donde interpretaría a la actriz irlandesa y madrastra de Hardy en la ficción, Lorna Bow.
Ese mismo año impactaría al cine independiente con la ópera prima de Michael Pearce: "Beast". En ella, daría vida a Moll, una mujer que se enamora perdidamente de Pascal (Johnny Flynn), el principal sospechoso de una serie de asesinatos. Su interpretación le valdría ser nominada a los BAFTA del 2019 como estrella emergente (voto popular) y ganadora de los British Independent Film Awards (BIFA) por la misma categoría. Su salto internacional, por supuesto -y como ya se ha mencionado acá-, vendría de la mano de la magistral serie de HBO "Chernobyl". Así, "Wild Rose" no es solamente la historia de la carismática y talentosa Rose-Lynn Harlan y sus peripecias para llegar a ser una cantante reconocida, es el resultado de años de trabajo bien realizado por parte de Buckley, y, por qué no, del buen ojo de Tom Harper.
La historia de Nicole Taylor puede ser convencional, pero ¿qué película de artistas que luchan por llegar a la fama no lo es? Con o sin final feliz, todas se sustentan en aciertos, errores y jugadas del destino, y eso es lo que ofrece "Wild Rose", solo que con una banda sonora y unas interpretaciones magistrales. Aun así, más que el oficio de la protagonista, lo realmente importante es cómo esta se relaciona con su entorno para alcanzar la anhelada felicidad. Porque "Wild Rose" no es solo una película de música country, es una oda al Glasgow, al doloroso y abandonado pueblo de Escocia; es la representación de cómo una "wannabe" pobre y alienada por su entorno, logra salir adelante.
Poco importan las nominaciones y los premios, aunque tímidamente se ha comenzado a rumorear a Buckley como una posible candidata y la canción "Glasgow (Ain't no place like home)", compuesta por Mary Steenburgen, como una de las cartas seguras (1). Pase o no, es indudable que dentro del circuito pequeño al que aspira llegar la película no está pasando desperdiciada. Su protagonista se ha paseado por cuanto late-show y festival de Country hay, conmoviendo al público con su talento y sinceridad.
Con una brillante Julie Walters, dos niños impresionantes en sus roles, una cálida Sophie Okonedo y una Jessie Buckley que lentamente comienza a marcar vidas -tal y como lo hizo conmigo un ya lejano 2016-, "Wild Rose" cumple lo que promete: esos tres acordes y la más pura verdad; una que nos dejará con una sonrisa y una que otra lágrima, mientras movemos los pies al ritmo de canciones lejanas y maravillosas.
(1) La película fue estrenada en festivales el año 2018, pero recién llegó a los cines este año, por lo que sí podría ser considerada.
3 de junio de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partiendo de una base cinematográfica reconocible “perseguir el sueño musical” se puede repetir una y otra vez la misma historia contada, aunque la obtención del éxito por parte de la película entre la multitud sea pocas veces alcanzable. Un biopic, que nos hacerca al lado humano, es un elemento fundamental para adentrarnos en el mundo de la música, para poder así conocer al personaje icónico, el artista que alcanza fama mundial, al que ha dejado un legado musical, aquel que canta o compone ese tema bien reconocible, o a su adiós cultural hecho mito que perdura, referente de una época o de su tiempo, una huella inconfundible de su género, que estando vivo o muerto referenciara su vida, ósea “una estrella con brillo propio de la música que existe en Los corazones de la gente”. Sera esta circunstancia codiciosa el ingrediente indispensable para mover masas humanas a las salas de cine “o no” si se opta por una exposición de la historia, contextualizada en contar el momento de la vida de un personaje de ficción, creado y diseñado con esmero, con cariño y decisión, que camina por un hilo muy fino de querer ser una cinta transcendente para no parecerse a otras obras cinematográficas similares y predecesoras.
Wild Rose es una historia bien sencilla sobre una joven que persigue con ahínco el sueño de convertirse en una cantante que triunfa. Con una fábula inicial carcelaria que sirve para elaborar las vicisitudes de su pasado el personaje principal de nombre Rose-Lynn arranca con fuerza y con aire salvaje para presentarse antes los ojos del espectador. Una chica Escocesa rebelde de Glasgow magníficamente interpretada por la irlandesa Jessie Buckley, una actriz con una química hipnótica, que hace las delicias de la historia, al perseguir con su personaje la incansable meta final de convertirse en artista del estilo country. Ella que practica la huida hacia adelante para sobrevivir y evitar así la responsabilidad de su vida pasada y de sus malas decisiones se ve y se siente que continua atrapada por las mismas rejas que ahora lo conforman su hogar y su ciudad natal. Nashville, cuna del country, al otro lado del charco parecer ser el lugar perfecto para conquistar su sueño musical.
Solo la realidad será capaz de hacerla entrar en razón, sin medios y con dos hijos pequeños de los que cuidar, hacer un viaje de tal magnitud sería imposible de llevar a cabo. Cuando intenta romper con su inmadurez aceptando un trabajo doméstico, la historia que rodea a Rose-Lynn, quien ya ha dejado claro los atributos que marcan su descarada personalidad, adquiere todo su poder narrativo al dejar aflorar un personaje lleno de autenticidad. La viva voz que desprende la desbordante Jessie Buckley, casi de estreno en pantalla, (con una única obra anterior “Beast” que es magnífica) hace que te contagies de su entusiasmo y te engulla por su fascinación evocadora y valiente, al no cejar en perseguir un anhelo soñado, que fija el destino de seguir senda que obliga a no perder el camino que un día determinará el futuro de su vida.
Recibe tantas bofetadas Rose-Lynn de la vida que oír los acordes armoniosos de la guitarra para acompañar el golpe conmueve una y otra vez. Verla con sus botas de cowboy caminar o correr de aquí para allá persiguiendo su sueño es un momento extraordinario de lucha que destapa un espíritu libre de conservación. Cada personajes creado aportan un momento estelar a la historia, desde su amiga pija forrada y su marido, su abogado defensor, el hijo menor y el silencio arrebatador de la hija, y su madre, una dura y severa mujer, que solo es capaz de profesar amor incondicional al sueño ambicioso de su pequeña; de nombre Marion, interpretado por la actriz Julie Walters que esta inconmensurable. Otro aspecto destacable es oír la música que hace acompañar el ritmo con el que la avanza la historia. Una guinda perfecta de un pastel bien elaborado de principio a fin que deja un sabor a obra transcendente, que siempre será mejor cuanto más veces se disfrute.
Esta es una película de referencia, y poco importa que el relato sea de ficción, esta bañada por una ingente multitud de pequeños detalles la hacen imposible de olvidar. Es tan espontanea como su protagonistas y tan humana como el corazón de su madre. Llena de tesón y voluntad el film se convierte instantáneamente en una obra inconfundible, plenamente disfrutable, sin perder un ápice de brillo, incapaz de envejecer por muchos años que le caigan encima.
Le preguntan: ¿Porque el country...? —Porque son tres acordes y la verdad—.
—Cuando mi vida pase por delante de mí, apenas unos minutos antes de morir, sé que un recuerdo grato que acompañara a "Mi mente" será,,, todas las películas favoritas que sea capaz de recordar y entre ellas estará... la siempre inolvidable “Wild Rose”—.
Wild Rose es una historia bien sencilla sobre una joven que persigue con ahínco el sueño de convertirse en una cantante que triunfa. Con una fábula inicial carcelaria que sirve para elaborar las vicisitudes de su pasado el personaje principal de nombre Rose-Lynn arranca con fuerza y con aire salvaje para presentarse antes los ojos del espectador. Una chica Escocesa rebelde de Glasgow magníficamente interpretada por la irlandesa Jessie Buckley, una actriz con una química hipnótica, que hace las delicias de la historia, al perseguir con su personaje la incansable meta final de convertirse en artista del estilo country. Ella que practica la huida hacia adelante para sobrevivir y evitar así la responsabilidad de su vida pasada y de sus malas decisiones se ve y se siente que continua atrapada por las mismas rejas que ahora lo conforman su hogar y su ciudad natal. Nashville, cuna del country, al otro lado del charco parecer ser el lugar perfecto para conquistar su sueño musical.
Solo la realidad será capaz de hacerla entrar en razón, sin medios y con dos hijos pequeños de los que cuidar, hacer un viaje de tal magnitud sería imposible de llevar a cabo. Cuando intenta romper con su inmadurez aceptando un trabajo doméstico, la historia que rodea a Rose-Lynn, quien ya ha dejado claro los atributos que marcan su descarada personalidad, adquiere todo su poder narrativo al dejar aflorar un personaje lleno de autenticidad. La viva voz que desprende la desbordante Jessie Buckley, casi de estreno en pantalla, (con una única obra anterior “Beast” que es magnífica) hace que te contagies de su entusiasmo y te engulla por su fascinación evocadora y valiente, al no cejar en perseguir un anhelo soñado, que fija el destino de seguir senda que obliga a no perder el camino que un día determinará el futuro de su vida.
Recibe tantas bofetadas Rose-Lynn de la vida que oír los acordes armoniosos de la guitarra para acompañar el golpe conmueve una y otra vez. Verla con sus botas de cowboy caminar o correr de aquí para allá persiguiendo su sueño es un momento extraordinario de lucha que destapa un espíritu libre de conservación. Cada personajes creado aportan un momento estelar a la historia, desde su amiga pija forrada y su marido, su abogado defensor, el hijo menor y el silencio arrebatador de la hija, y su madre, una dura y severa mujer, que solo es capaz de profesar amor incondicional al sueño ambicioso de su pequeña; de nombre Marion, interpretado por la actriz Julie Walters que esta inconmensurable. Otro aspecto destacable es oír la música que hace acompañar el ritmo con el que la avanza la historia. Una guinda perfecta de un pastel bien elaborado de principio a fin que deja un sabor a obra transcendente, que siempre será mejor cuanto más veces se disfrute.
Esta es una película de referencia, y poco importa que el relato sea de ficción, esta bañada por una ingente multitud de pequeños detalles la hacen imposible de olvidar. Es tan espontanea como su protagonistas y tan humana como el corazón de su madre. Llena de tesón y voluntad el film se convierte instantáneamente en una obra inconfundible, plenamente disfrutable, sin perder un ápice de brillo, incapaz de envejecer por muchos años que le caigan encima.
Le preguntan: ¿Porque el country...? —Porque son tres acordes y la verdad—.
—Cuando mi vida pase por delante de mí, apenas unos minutos antes de morir, sé que un recuerdo grato que acompañara a "Mi mente" será,,, todas las películas favoritas que sea capaz de recordar y entre ellas estará... la siempre inolvidable “Wild Rose”—.
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