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Love (Serie de TV)

6,9
4.493
Serie de TV. Comedia Serie de TV (2016-2018). 3 temporadas. 34 episodios. Love narra la historia del dulce Gus (Paul Rust) y la desvergonzada y salvaje Mickey (Gillian Jacobs) mientras exploran la euforia y las humillaciones de la intimidad, el compromiso, el amor y otros temas que no esperaban vivir. (FILMAFFINITY)
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Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
24 de marzo de 2016
40 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Netflix está optando por series con un foco muy personalizado y estudiado, con unos targets de público muy concretos para conseguir posicionarse en prácticamente todos los mercados. Cierto que han apostado por grandes series de calidad imanes para los premios como "House of Cards" o "Narcos", pero también series y productos que buscan un target muy específico de mercado como fue “Frankie and Grace” o la que nos ocupa “Love”.

Y es que Love, producida por Judd Appatow, es muy similar a lo que fue "Girls" (mismo productor), pero todavía bebiendo mucho más del cine independiente y creada muy específicamente para un grupo de millenials, de jóvenes buscando el amor del siglo XXI entre relaciones cada vez más líquidas y de afrontar la madurez en la nueva generación por parte de unos personajes que representan al completo esa cara de la juventud, apática, egoísta, adicta a la tecnología, crecida entre algodones e incapaces de asumir responsabilidades. ¿La voz de una generación como decía Lena Dunham en Girls?

No. Pero sí reflejando una realidad que el cine con sus esquemas de “comedias románticas de dos estrellas y media” ya no representan en versión mainstream: la realidad y con personajes reconocibles. Incluso en “Y de repente tú” (Trainwreck, también de Appatow) la cosa se terminaba convirtiendo en típica y funcional tras un arranque suficientemente centrado en la realidad.

El argumento de “Love” cuenta la historia de Mickey y Gus y nos los muestran tratando de recuperarse de dos rupturas que los han dejado sin rumbo. Y de repente tropiezan en la vida y tratan de poner un pie detrás de otro apoyándose inconscientemente el uno en el otro.

Love se circunscribe en esa especie de productos hipsters y modernos y es en su estilo pausado, en su formato río (como una película larga troceada) y en su cercanía a la realidad de quejica “loser” donde encuentra su verdadera autoría y voz. Entre sus principales temas no son únicamente los amorosos sino que principalmente es el paso del tiempo a la madurez, ahora más tardía para todos y con los problemas de encontrar estabilidad y aceptar las responsabilidades.


“Antes éramos la hostia de salvajes y libres. ¿No os acordáis peña? Joder, la noche que murió Elliot Smith Shaun y yo nos metimos crack y fuimos puerta por puerta contándoselo a todo el mundo. Aquella noche fue la hostia. ¿Qué coño hacéis sentados en el suelo? Vamos a meternos en la piscina. Antes, a estas alturas ya estaríamos follando con todo el mundo. Lo menos que podemos hacer es saltar a la piscina”

El carisma y la fuerza y buena escritura de los personajes y sus actores son los que otorgan el alma absoluta y entregada a la producción. Gus, interpretado por Paul Rust que aquí ejerce de creador, guionista y director (a lo Dunham) tiene uno de los papeles más tiernos y entrañables de la televisión actual, seducido por Mickey (Gillian Jacobs, la entrañable Britta de Community) como una divertida malhablada y amante de volcarse al desastre absoluto. En la aventura les acompaña la nueva compañera de piso de Mickey, interpretada por la cómica australiana Claudia O’Doherty aliviando el peso de los dos protagonistas.

Si en algo evidente se diferencia de Girls es en no entregarse a temas sexuales de manera descarada. Aquí no hay obsesión por los desnudos, aunque nunca se evitan de manera natural y los diálogos en algunos momentos son fuertes.

LOS ÁNGELES

Es curiosa la revolución que se le está dando televisivamente a Los Ángeles, antes ciudad de cine/estudios y tramas siempre girando alrededor de eso y ahora casi como un lugar para perdedores. Es curioso que Netflix haya estrenado Flaked (el último esfuerzo conjunto de Will Arnett con el creador de Arrested Development) que también acerca el mundo de la crisis de edad a otro segmento de población.

El entorno de la ciudad de las estrellas se representa como lánguido, inerte, lleno de gente que vagabundea por la vida buscando su parada. Y es verdaderamente acertado como huye de la lucha social o ser tendencia de Nueva York y se instala en un pasotismo y dejadez propio de la historia que nos quieren contar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Criticoenserio
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10 de marzo de 2016
24 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maratonear esta serie en menos de 24 horas quizá no haya sido la mejor idea posible para preservar mi estabilidad emocional.

Pero reconozco que tenía mucha curiosidad por ver qué nos ofrecía la nueva producción de Judd Apatow —ese tío que un día te trae maravillas como Freaks and Geeks y al otro te viene con Girls— y de ahí que me haya pegado un atracón de lo más insano con los diez capítulos que componen su primera temporada.

Antes de entrar en matería, me gustaría hablar de las dos quejas más graciosas que he podido leer hasta la fecha sobre esta serie. La primera, que el título está muy mal escogido porque en realidad no hay ni rastro de amor en ninguno de los capítulos. Tienen razón por un lado, ya que efectivamente la serie no trata de eso; pero por el otro me encantaría verlos indignados después de ver Capote y darse cuenta de que no sale nadie toreando.

La otra queja principal consiste en lo poco creíble que resulta que haya chicas atractivas que quieran tener relaciones sexuales con chicos más bien feúchos. Me temo que hay gente bastante desconectada del mundo real y que por algún motivo ven las mismas series que yo. Me preocupa.

Y ahora sí, vamos a hablar de Love.

Con esta serie me pasa una cosa bastante curiosa, y es que durante su visionado pasé por una gran cantidad de sentimientos encontrados. Me parece una muy buena serie y desde luego la he disfrutado hasta cierto punto —si no, no me la habría cepillado en tan poco tiempo—, pero también tengo que reconocer que es posible que la haya sufrido más que cualquier otra cosa.

Que no os engañe cualquier tipo de material promocional que podáis ver de ella, Love no es una comedia romántica. No podría estar más lejos de serlo. Y no lo es porque ni se nos cuenta una historia de amor —es más, llama mucho la atención el poco tiempo que los dos protagonistas comparten en pantalla— ni su propósito principal es el de hacerte reír.

Love es un drama. Un drama misántropo, desolador y cargado de cinismo. Sí, contiene algunos momentos muy puntuales de humor, pero en ningún momento consiguen empañar la oscuridad del relato.

Love no se sostendría sin Paul Rust (protagonista, co-creador y guionista de la serie) y Gillian Jacobs (interpretando a una versión muy jodida de su Britta en Community). Los dos se meten aquí en la piel de los dos seres más tóxicos, irritantes y desagradables que os podríais echar a la cara. Y el problema, o la virtud según se mire, es que lo hacen demasiado bien.

Por mucho que te guste la serie, resulta inevitable querer romperles una botella de vidrio en la cabeza a los dos. No es que cueste empatizar con ellos, más bien al contrario: cuando nos vemos reflejados en sus comportamientos —y creedme, os va a pasar más de una vez— nos sentimos casi tan miserables como ellos. Y cómodo de ver no es.

Algunos personajes secundarios equilibran un poco la balanza, pero la mayoría sólo están ahí para avivar aún más el fuego y ser casi tan ahostiables como la pareja protagonista. Al igual que con ellos, no es que estén mal construidos ni que sean planos, es que sencillamente es imposible que nos caigan bien. Ni siquiera parecen estar diseñados con el objetivo de que disfrutes odiándolos, como en muchas otras series, sino que el propósito es que su presencia resulte desagradable e incómoda.

Llegados a este punto creo que ya no hará falta que os diga que si buscáis una serie ligerita para pasar el rato, ésta no es la mejor opción a escoger. Pero si queréis una propuesta realista —todo lo realista que pueda ser una producción de Judd Apatow—, excelentemente escrita y que defina a la perfección cómo funcionan las relaciones de mierda entre personas terribles, aquí tenéis de eso para dar y tomar.

Por mi parte, estoy deseando consumir su ya confirmada segunda tanda de episodios, pero por suerte será después de unos cuantos meses y me habré tomado un más que merecido descanso que mi corazón agradecerá.

Crítica original en: http://www.criticronico.com/2016/03/love-t1.html
Juankiblog
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26 de febrero de 2016
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al parecer, soy el primero en escribir una crítica buena sobre esta serie. Sin entrar en la genial química que desprenden Gillian Jacobs y Paul Rust durante cada episodio, en esta producción de Netflix se puede ver como los personajes van evolucionando poco a poco, pero no lo hacen de cara a algo determinado. Obviamente, es una serie para aquella gente que disfruta de las comedias románticas que se diferencian un poco de lo normal, algo en lo que Judd Apatow pone todo su empeño, aunque no lo consigue en todas las ocasiones.

Gillian Jacobs es/está espectacular y, aunque a Paul Rust no le acabo de pillar el punto, la comedia tiene los ingredientes suficientes para irte enganchando poco a poco. A mí me atrapó de lleno y me vi la primera temporada en unos días. Tiene detalles muy frescos y algunos gags que a mí me parecieron tronchantes (destripo algunos en spoilers). No inventan nada. No es la revolución del género. Pero yo la he disfrutado mucho.

Consejo: Disfrutar en versión original.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
debejota
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2 de abril de 2018
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una serie con personajes imperfectos con cualidades que amar y comportamientos odiosos, egoísmo y frustrados por la soledad.

Un análisis realista de las relaciones con sutiles toques de humor sobre el difícil proceso de conocerse y amarse, con vaivenes constantes en los que se pasa de momentos geniales a horribles entre situaciones que van del absurdo a lo más mundano.

Mickey y Gus son los protagonistas, pero ningún personaje secundario resulta plano, todos tienen matices, rarezas y pueden ir de lo patético a lo entrañable, y todos están igual de perdidos y buscan no sólo el amor, sino aquello que les defina a sí mismos y les haga encontrar su rumbo.
mi_mo_ca
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11 de julio de 2019
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta crítica la escribo tras ver las tres primeras temporadas.
El problema de esta serie es el ambiente que crea. Nada puede salir bien, nadie puede ser simpático o educado. Todo el mundo esta cabreado y está enfadado con el mundo. Siempre que aparece un personaje terciario solo es para estropear lo que esta ocurriendo o para fastidiar al personaje central en ese momento.
Los personajes de Gus y Mickey son interesantes, pero tienden siempre al conflicto, pasarás un gran periodo de tiempo viendo como discuten. Lo que hace que la serie haga que pierdas todo tu interés.
Me ha costado mucho verla entera, siempre tienes la esperanza de que mejore en el siguiente episodio pero no es así. Es cierto que ha tenido buenos momentos, además tiene algunos personajes secundarios interesantes, pero la tendencia a que todo salga mal y las discursiones hacen que la serie se te haga cuesta arriba. Puede que la serie sea muy realista, pero a veces cuando veo una serie quiero evadirme de las riñas y los conflictos que he tenido durante mi día, y no volver a vivirlo exactamente igual viendo una serie.
VRMASTER
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