Velvet (Serie de TV)

Esta crítica contempla la visualización hasta la tercera temporada de la serie.

Un sin número de aciertos y desaciertos contempla la evaluación de Velvet, de dulce de agraz. Como toda telenovela el eje dramático se basa en el amor prohibido entre personas de clases sociales diferentes, que lucharan contra viento y marea para poder concretar su amor. Como toda telenovela, el argumento no es novedoso (no es el fin de las telenovelas poner argumentos novedosos, las que destacan son por como tratan dicho argumento). Las historia central cuenta con todos los elementos típicos de las novelas, la antagonista hace lo posible por retener al protagonista: el matrimonio, embarazos falsos, etc (estrategias más que utilizadas en el género), todos son parte de su plan, además los malos entendidos no jugaran un rol menor.

Por creatividad Velvet no se anota un poroto.

¿Entonces? La historia es entretenida por su entorno, por la ambientación del Madrid de finales de los 50 (en realidad parece más New York, pero ese es un detalle), por algunos personajes secundarios bien logrados y porque como toda telenovela apunta a códigos universales.

Pero entretenida no más, nada grandioso, no espere mucho más. Hubo historias que podrían haber trabajado mucho más, como el tema del aborto, profundizar sobre el trauma, pero esa historia tan interesante se la dejan a un personaje irrelevante dentro de la trama. En fin, al final gusto a poco, podría haber sido mucho mejor.

Debo confesar que sólo vi enteros los tres primeros capítulos y luego sólo he visto la serie a través de los zappings o alguna vez de refilón en casa, pero tampoco hace falta más. "Velvet" es la típica serie española actual y de Antena 3 en particular, es decir, una producción no muy barata, reparto plagado de caras jóvenes, bonitas y conocidas, y mucho espacio para el amor, el romance y el melodrama; lo secundario es la calidad del guión o el rigor histórico.

Sí, rigor histórico. Ingenuo de mí, cuando anunciaron la serie, pensé que se trataría de un melodrama ambientado en los años 50, una especie de "Cuéntame" pero centrado en la moda y los grandes almacenes, y no. Trata de alta costura, sí, pero la historicidad es nula cuando vemos una España supuestamente de 1958, repleta de estereotipos, personajes, estilos, coches y música más propios de esa época...pero en Estados Unidos, o como la Roma de "La Dolce Vita". A ver, no es necesario que "Velvet" sea como otra negra y triste película sobre la posguerra, pero recordemos que si la ambientan en 1958, hace apenas 5 años que se han suprimido las cartillas de racionamiento, así que mucho esplendor parisino no habría pese a que España estaba despegando, por no hablar de las inexistentes referencias al régimen franquista. Por tanto, que no vendan la serie como un melodrama de época porque verdaderamente la podían haber "ambientado" en 2012, 1980 o 1870, hubiera dado igual.

Hubiera dado igual porque "Velvet" es eso, un folletín de amoríos, cuernos e historias donde se ve qué va a pasar entre Fulano y Mengana con años de antelación. El plantel no es muy destacable, pues lamentablemente Tito Valverde desaparece de escena pronto y José Sacristán aparece poco. Miguel Ángel Silvestre, que actúa mejor cuando hace de perdedor (no es este caso) , es como el Duque pero sin pistolas ni coca y Paula Echevarría vuelve a demostrar que antes que interpretar se le da mucho mejor el postureo y el Instagram.

¿Resultado?: están arrasando en audiencia.

Pues eso...Mona se queda. Todo muy bonito, vestuario cuidado, actores de moda, el mundo de la moda, la alta sociedad y el pueblo llano...Todo bien envuelto pero en el fondo estamos ante un auténtico culebrón venezolano: la chica humilde que se enamora del señorito, amor imposible, subtramas folletinescas...El objetivo está claro, dejar al espectador con la intriga despertando sus más bajos instintos.
Y las interpretaciones...Mención especial para José Sacristán, que el hombre hace lo que puede para sacar adelante su personaje con su eterna cara de palo, ¡lo que hay que hacer para pagarse el chalet con piscina! Aitana Sánchez Gijón está especialmente insoportable, peor no se puede hacer...Y los demás en su línea de papeles televisivos mierdosos. La Paula Echevarría que se dedique mejor a plagiar blogs de moda y que nos deje en paz. El Duque Silvestre lo borda en su papel de galán que tiene que sacrificar su amor, pero más que un gentelman de la alta sociedad parece recién salido de un polígono industrial del extrarradio de descargar camiones...
En fin, pues que si la audiencia acompaña, cosa que seguramente ocurrirá, por desgracia, tenemos folletín antenatresco para rato. Dios nuestro Señor nos pille confesados!!

¿Que decir de este bodrio casposo? Lo tiene todo pero sobretodo lo malo.¿Actores? de pacotilla, diálogos bobalicones, trama estúpida, vestuario de los personajes como si todos estuvieran en una gran boda que no refleja para nada la ropa que llevaba la gente en esa época.¿O es que solo habia pijos jilipollas durante esos años? He visionado por accidente algun episodio ya que mi mujer es forofa de este serial abyecto y no os podeis imaginar el temblequeo nervioso que se produce en mi ojo izquierdo cada vez que algun personaje dice una de sus frases estúpidas.Por otro lado la banda sonora de Velvet es deleznable como si constantemente estuviéramos en una fiesta de freakys encorbatados amantes del boogey y rock and roll clásico.A mi me produce mucha hemorrabia y verguenza ajena esta merda de serie y seria incluso capaz de pegarle una paliza al imbécil que creó esta merda hasta matarlo para que dejara de sufrir.Y no sigo más con la crítica que me estoy calentado jajjaja Le doy un 1 pero es un cero como una catedral.

1958.Madrid dejaba atrás la posguerra, y se acercaba el plan de desarrollo. Poco a poco aparecía la clase media. Pero aún existían problemas. Mientras la clase pudiente se gastaban sus cuartos en trapitos, llegaban emigrantes de los pueblos para acabar viviendo en barrios marginales, como el Pozo.

Pero esa parte de la población no aparece en esta serie que sigue el patrón, no de Mad Men, como dicen algunos, sino de las películas de Rafael Gil, con Rafael Durán y Amparo Rivelles. Una España irreal, que en nada se parecía a la auténtica, donde los problemas sociales y políticos eran silenciados por la censura.

No se si es cierto que los empleados de unos grandes almacenes, tuvieran que vivir en ellos, como en un internado. Pero, hasta este único vestigio de discriminación social de la serie, suena a falso.