Giallo

Giallo es tan, tan mala, que da la vuelta y se convierte en algo completamente entrañable. Dario Argento, director que en base a lo visto me parece tremendamente sobrevalorado, consigue al menos con su nueva película no tomarse muy en serio, plantear una película sobredimensionada, con una trama que empieza bien y que poco a poco se va desdibujando. Lo que queda al final es un esbozo que sirve como base para que unos personajes, tan estereotipados como ridículos, dejen caer diálogos aún más estúpidos que las propias motivaciones del "asesino" interpretado por Byron Deidra.

Brody interpreta a un detective con la voz cascada, asocial, de esos que convierten el trabajo en su vida y la oficina en su segunda casa, siendo azotado continuamente por los crímenes a los que debe buscarles explicación. Su papel es tan forzado como Argento ha querido que sea (parece ser que es una condición que les impuso a los intérpretes, sobreactuar hasta el límite), sucediendo lo mismo con la preciosa Emmanuelle Seigner, que busca incansablemente a su hermana, a quien da vida Elsa Pataky, hablando un inglés cuasi-perfecto y que, tras salvar a un niño de una picadura de serpiente con aceite de olvida (en Snakes on a Plane) ahora se dedica a hacer de súper-modelo al principio y de mujer-atada-a-una-camilla a posteriori.

Nada en Giallo tiene sentido. Todo lo que sucede es trivial, así que según van pasando cosas sólo hay dos opciones: tomárselas en serio o en coña. El tono de la película invita a lo segundo, así que a pesar de su nula calidad admito que no lo pasé del todo mal viéndola. Es ese su mayor mérito: resultar entretenida, no forzar la máquina, saber cuando parar para que la sensación de tiempo perdido no llegue a apoderarse del espectador. Su divertido final no hace sino confirmar una cosa: Argento sabe reírse de si mismo. Y conseguir que, nosotros, nos riamos con él. No está mal camuflar así la falta de talento, la verdad... ya podrían aprender otros.

Nuevo thriller de Darío Argento que levantó mucha expectación hace un par de años, cuando el director anunció que dirigiría una película que tendría por título "Giallo", lo que hizo pensar que sería una especie de homenaje al subgénero del giallo, por el que fue tan aclamado hace varias décadas y que le convirtió en uno de los directores más populares y seguidos de la historia del cine de terror. Sin embargo, a medida que avanzaba el proyecto, fue perdiendo interés, debido a las modificaciones que iba sufriendo constantemente: el cambio de Ray Liotta por Adrian Brody en el papel protagonista, retrasos en el rodaje, el fichaje de Elsa Pataky, los lamentables posters que aparecían sobre la película, el decepcionante trailer... Además, las primeras críticas "profesionales" que recibió el filme fueron pésimas.

Una vez vista "Giallo", sólo tengo que decir...que no es para tanto. La película no es una obra maestra ni mucho menos, pero tampoco es la gran porquería que muchos anuncian.

El principal problema de la película es que nos la han intentado vender como un giallo cuando tiene de Giallo lo mismo que las películas de Lina Morgan, es decir, nada. Estamos ante un thriller bastante correcto, con algún momento gore (dos o tres en concreto), pero para nada estamos ante un giallo. Darío Argento nos ha engañado. Resulta que el título se debe a que, como dice la sinopsis, al asesino se le conoce como Giallo (Amarillo en italiano, ¿y por qué le llaman así? Lo descubriréis cuando veáis la película).

Quitando el tramposo título, si vemos la película como un thriller más, la cosa mejora notablemente (aunque, eso sí, está a años luz de las mejores películas de Argento). Apenas hay intriga (de hecho la cara del asesino nos la enseñan casi al principio de la película), pero sí que hay momentos tensos, otros bastante conseguidos (el momento de la fuente, los flashbacks, las chicas en el taxi...) y alguna que otra escena gore bastante interesante (sobretodo la del martillazo). Además, hay alguna escena bastante patética que da más risa que miedo (sobretodo los momentos del asesino con la Pataky y los absurdos diálogos de Adrian Brody con Emmanuelle Seigner), aunque creo que Argento lo hizo aposta para dar a la película un aire casposo.

Por último, en cuanto a las interpretaciones, Elsa Pataky es la que mejor lo hace del reparto, con lo que ya os podéis hacer una idea... Adrian Brody está patético, totalmente inexpresivo, muy soso y nada carismático. Sin duda un error garrafal en el cast. A Emmanuelle Seigner me la esperaba mejor, hasta ahora me ha parecido su peor interpretación. Por el contrario, Elsa Pataky me ha sorprendido favorablemente. Parece que esta chica está mejorando artísticamente y aquí hace una interpretación bastante buena. Esperemos que algún día se libre de aquellos prejuicios que la persiguen en todas sus películas.

Resumiendo, si se ve Giallo como un thriller corriente, la película es bastante decente.

A pesar de no estar a la atura de las mejores obras de Dario Argento (casi todas producto de una época y de un contexto social a la vez que paradójicamente intemporales en cuanto a valoración cinematográfica), de lo poco apropiado de Adrian Brody para dar vida a un comisario que es conocido en su gremio como “lobo solitario” (no le queda a uno claro si en tono de respeto o de burla, supongo que si lo hubiera interpretado Ray Liotta como en un principio estaba previsto y no el señor coproductor otro “giallo” hubiera cantado), a mi juicio lo que aquí tenemos en una pasable película de terror (o “giallo” o como quiera que la quieran llamar) impregnada de la impronta “Argento” durante todo su metraje (para lo bueno y para lo malo), que si bien no hará dar palmas con las orejas a los degustadores del genero, se la puede calificar perfectamente como algo que se deja ver (quizá influya la carga mitómana de tan insigne apellido en la dirección y coescritura del guion), teniendo además de regalo la carga marujeril de la pareja Brody/Pataky y la social/delictiva sembrada de controversia como consecuencia de la peliaguda situación actual del marido de Emmanuelle Seigner.

Analicemos el siglo XXI de Dario Argento:

2001, Insomnio. Un giallo realmente entretenido y más serio de lo común con buenos actores............ ni puto caso.

2004, El Jugador. Un experimento que acabó siendo como un capítulo largo de una serie policiaca pero con un ritmo interesante........... y le pusieron a parir.

2007, La madre del Mal. La tercera parte de su trilogía de las brujas. Cuenta una historia complicada con un presupuesto de serie b.............. y fué calificada de bodrio.

2009, Giallo. Excelentes actores, muy buena fotografía e iluminación. Cambia algunos aspectos de su cine......... y conseguimos una distribución de mierda y una mala crítica.

De verdad que no lo entiendo. Es el mejor reparto que el viejo ha tenido en su vida, los efectos especiales han mejorado considerablemente desde la anterior película y parece un thriller americano. El único problema es el ritmo. El principio es muy interesante, luego hay una parte de investigación un poco aburrida y la última media hora resulta bastante entretenida.

Es como Insomnio pero con algo de Trauma.

Reconozco lo mucho que me gusta el cine de Argento. Todo en él huele a rancio y caduco, a demodé rollo Agatha Christie y Jessica Fletcher. Y ahí radica su encanto. O lo que me encanta de sus películas. Repiten clichés una y otra vez sin dejar de ser tiernas dentro de su imperfección. Y "Giallo" no es una excepción a la norma. El cine de Argento, que en su momento se hizo un renombre estupendo siendo alabado unánimemente por crítica y público parece haber dejado de interesar. Justo cuando finaliza su estupenda trilogía de las madres y nos presenta una de sus cintas más americanas y con espíritu comercial todo se vuelve en contra. No hay fan que lo entienda...
"Giallo" se enmarca dentro del subgénero del mismo nombre que autores como Darío A. y Mario B. explotaron con películas maravillosas que calcan prácticamente planos, ideas y resoluciones unas de otras. Y se enmarca de manera estupenda, con un guión elaborado y no más errores que las demás.
Tiene la ternura del dibujo de un niño de tres años. No guarda proporciones, ni respeta colores, tamaños ni realidades. Pero lo envías a enmarcar. Y digno del marco del 8 sobre 10 es este último trabajo del abuelo italiano, con más virtudes que defectos y fiel a unas ideas y pautas que lo hacen digno superviviente de un cine añejo y avinagrado, pero no por ello menos interesante o destacable.
Las interpretaciones, infinitamente mejores de lo esperado, exceptuando a un Adrien Brody horrendo y cutre como pocos. Elsa Pataky mejor de lo que acostumbra, impagable llorando sin soltar una lágrima mientras grita en estupendo inglés de academia "fucking freak", "fucking monster", "fucking psycho"... Un puntazo. Emmanuelle Seigner, señora de Polanski, estupenda como siempre y guapa a rabiar.
Lo mejor: El respeto a las raices. Una partitura en cuerda tan estupenda como la mayoría de las que acompañaban a estos pastiches sádico policiacos que tanto nos gustan a algunos.
Lo peor: Brody, patético, un fallo de cast en un papel que iba a desempeñar, infinitamente mejor, seguro, Ray Liotta.

Recomendable a todo fan y a curiosos varios.