Una familia ideal

Realmente floja esta comedia que intenta, sin tocar un tema nuevo, diríamos salir de los estereotipos y ver el tema de la adopción desde otra mirada fuera de lo que antiguamente era común. El problema no seria eso, sino que primeramente los actores no acompañan desde Steve Coogan hasta Paul Ruud se muestran caricaturescos y en ocasiones ridículos, tampoco ayuda el niño en cuestión que en este tipo de film siempre tiene una participación e influencia fundamental en la trama, pero aquí con una actuación carente de empatia y totalmente lineal. Otra falla está en que no hay casi situaciones risueñas y cuando las que parecen ser así son totalmente falto de gracia, si a eso le sumamos que las escasas escenas dramáticas son vacías nos da como resultado una película floja que no alcanza a sostenerse por ningún lado. Desechable.

Hay mas anuncio directo y subliminal que película, un intento por normalizar el alcohol durante toda la película, una escena a favor de la cocaína al principio de la película, propaganda a mansalva de una cadena de comida basura, un modelo de educar a un hijo pésimo, dónde se hace todo lo que el niño quiere, se complace en todo y se premia sus malos actos con ponerle una paga de 100 dolares a la semana sin castigo alguno.
Si pasamos por alto lo grosero de modelo a imitar que exhibe esta película, queda una comedia normalita, sin grandes carcajadas ni choques de emociones.

Directamente al mercado doméstico nos ha llegado esta comedia americana de 2018, con unas críticas algo tibias y que pasó más que desapercibida en su momento. De hecho yo he sabido de su existencia por pura casualidad, y la verdad es que no deja de ser curioso, ya que sus dos actores protagonistas son el siempre entrañable Paul Rudd (bueno, menos en la fallida Mute...) y el hilarante Steve Coogan. Ambos actores son bastante reconocidos, aparte de su buen hacer, sobre todo en lo que a la comedia se refiere.

Pues bien, he visto olvidada película y debo reconocer que, sin ser la mediocridad que quizás se podría esperar de ella, sí se entiende el poco ruido que ha hecho, ya que no deja de ser una comedia insustancial y del montón que tiene en sus dos protagonistas sus mejor baza.

La dirección es bastante insulsa, ya que el director (con una filmografía con infinidad de comedias televisivas) jamás encuentra el tono adecuado, ya que no se sabe si la película quiere ser una comedia independiente (esos planos cercanos, como en el inicio del film) o una comedia con aires más comerciales y convencionales. 

El guion también es cortesía del mismo sujeto, y la verdad es que no hay nada en ella que la haga destacar por su originalidad, precisamente. Por supuesto hay lugar para un par de gags y diálogos que obtendrán la sonrisa (pero jamás la carcajada) del espectador, pero nada realmente llamativo que haga que la película pase del aprobado justito.

Eso sí, se agradece la mala baba de algunos instantes y la ausencia de corrección política (o falta de pudor, si se prefiere) a la hora de mostrar la relación homosexual de dos hombres que se ven obligados a cuidar del nieto de uno de ellos. Algo es algo. 

Se nota la gran labor de Rudd y Coogan, con dos personajes bastante complicados y que podrían haber caído en lo irritante e insufrible, pero cuya sabiduría interpretativa de ambos consigue que les cojamos cariño enseguida. Ellos son lo mejor de la película y sin los mismos estaríamos hablando de un producto muy menor. No me quiero imaginar la misma comedia con un casting menos acertado, aunque sigo preguntándome por qué dos actores de este calibre están en un producto tan olvidable como el que nos ocupa. 

En conclusión, no dejamos de estar ante una simpática comedia que se deja ver, y que quizás cumpla su cometido de entretener y emocionar, pero que finalmente se queda en tierra de nadie, ya que no toca las teclas adecuadas y acaba siendo una más. Una pena, ya que los señores Rudd y Coogan merecían algo mejor. Recomendable si no tienes demasiadas pretensiones y te conformas con una comedia familiar con algún momento logrado y que intenta distanciarse del resto, aunque no lo consiga. Poco más se puede decir.

Más críticas: ocioworld.net

Pues que os voy a contar, con todos sus defectos, a mí "Una familia ideal" me ha gustado. Pese a ese buenrollismo de taza de Mr Wonderful y ese progresismo tan impostado que asusta. Porque ideologías aparte, la película funciona y lo hace de manera sencilla, con un guion funcional, dos actores en estado de gracia (Coogan y Rudd) y unos escenarios espectaculares.

La película en sí no cuenta demasiado y lo que cuenta lo hemos visto cientos de veces antes con otras variantes. Pero estos dos actores hacen que la película resulte simpática, destilan química y, a pesar de quedarse a medio gas en su propuesta, la película discurre con agrado.

No hay mucha diferencia entre "Una familia ideal" y cualquier sitcom al uso más allá del metraje, incluso me atrevería a decir que "una familia ideal" sería la típica película de los 90 que ahora sonaría a rancia.

Y me reafirmo que, con todas sus obviedades, la película es entretenida y agradable de ver.

Una comedia gay, conservadora, razonablemente divertida y que acaba revelándose como una fiesta actoral entre Coogan y Rudd donde ambos salen ganadores.

El resto es para olvidar.

Nos encontramos con esta comedia sobre la relación entre Erasmus (Steve Coogan) y Paul (Paul Rudd), un buen día se encuentran con un niño de 10 años, que llegaría a casa de la pareja tras ser abandonado por su padre tras ser detenido, y que resultaría ser el nieto de Erasmus; a partir de aquí la pareja deberá afrontar una paternidad no planeada, además de ver cómo evoluciona la relación entre los tres con toda la normalidad que se debería tener.

Es una comedia simpática y muy necesaria, porque da mucha visibilidad a las parejas homosexuales de cómo pueden convivir con normalidad con sus hijos, ya sean propios o adoptados. No tiene grandes dosis de humor, pero es bastante simpática y agradable para el espectador.

En cuanto a las actuaciones, resalto la de Paul Rudd y no tanto la de Steve Coogan que a veces exagera en su interpretación. La película transcurre con normalidad sin demasiados excesos ni tampoco llega en ningún momento al mal gusto.

Muy bonita película, por fín algo inteligente en cine y que puede hacer reflexionar a muchas personas, ya sea público gay o hetero.