The Snowman

Sorprendente y genial animación británica llena de ternura y calidez, que invita al rejuvenecimiento espiritual y mental, regalándonos 26 minutos de placer.

El conocido David Bowie, con una pequeña introducción, nos invita a una fantástica aventura acaecida en su infancia, qué a través del recuerdo de una bufanda pintoresca, da paso a la historia. Será el comienzo de la aventura más grande imaginada y a una serie de travesuras joviales e inocentes de un muñeco de nieve, que cobra vida, junto al protagonista.

Sí destaca esta animación por algo, es por el dibujo y la música. El primero es suave y tierno, para mantener el estado de fantasía y candidez infantil y el segundo, compuesta por Howard Blake junto a Peter Auty y su "Walking in the air", mantienen siempre el ritmo y la intensidad apropiada, dando serenidad en los momentos de suspense e intriga y acelerando en los momentos de alegría y júbilo.

Por accidente, o mejor dicho, gracias a una niña de nueve años descubrí por casualidad este corto animado sobre la navidad y he de dar gracias por haberlo descubierto…por unos minutos, he vuelto a ser un niño.

Esa en la magia del buen cine de animación de antaño, la animación con el lapicero…algo casi olvidado.
Por suerte hemos vivido ese periodo y ha marcado nuestra época y esa animación es sin duda, la mejor manera de retratar la inocencia de la infancia.

Con una preciosa banda sonora, The showman, te hace disfrutar si eres un niño y te recuerda los momentos de la infancia cuando, si eres mayor.

La película y la historia respiran inocencia, es el sueño de cada niño, un día nevado y sin escuela, jugar con la nieve y hacer un muñeco de nieve con el que jugar pero el muñeco de nieve no se mueve…qué pasaría si se moviera…esa es la preguntar a este corto.

Partiendo de esta pregunta se abre un maravilloso mundo a través de los sueños del niño, un mundo de fantasía que acabarán pero que siempre quedará en nuestro recuerdo esa pequeña bufanda que nos recordará lo mejor de nuestra infancia…

Precioso corto, es ese tipo de cine que nos recuerda que una vez fuimos niños.

Un corto delicioso, dulce, entrañable, muy simpático y lleno de magia navideña para estas fechas tan señaladas.
Este tipo de cine sí debería ser de obligado visionado para los niños, y no las cosas que ven hoy en día, nada apropiadas para su edad.
Creo que Raymond Briggs debe estar muy satisfecho de cómo se adaptó su obra más conocida. No hacen falta las palabras cuando la magia de las imágenes habla por sí sola.

Mágico film de animación con trasfondo navideño que tiene como protagonista a un simpático muñeco de nieve, tierno y bonachón.

En el film se entremezcla el sueño con la "realidad" hasta llegar a confundirse en determinadas situaciones. Éste parece ser el mensaje implícito en el film ¿cuánto de irreal hay en lo real?

La escena de la bufanda resulta entrañable e inolvidable, y si a ello le unimos la cuidada animación, los escenarios invernales y una inspiradísima banda sonora, tenemos como resultado una obra maestra del género.