El último fracaso

‘El Último Fracaso’ del veterano cineasta Antonio Aguilar Vicente fue rodada en el año 1990, concebida, en un principio, como una mini-serie televisiva compuesta por seis capítulos que relatan la historia de Julio Medina, un hombre que lleva toda una vida dedicada al Séptimo Arte y que, un día, decide rodar una película para cumplir su sueño de convertirse en director de cine. Obviamente, no todo es tan fácil como parece y lo que era un sueño ahora se ha convertido en una auténtica pesadilla.

Como iba diciendo, ‘El Último Fracaso’ iba a formar parte de la plantilla televisiva noventera de nuestro país, pero debido a diversos problemas de producción y a la repentina muerte de Anabel Sol (una de las actrices protagonistas), el proyecto ha estado guardado bajo secreto de sumario durante casi tres décadas.

No obstante, gracias a la productora valenciana Aguilar Cinema, ‘El Último Fracaso’ ha conseguido despertar del polvoriento cajón en el que estaba confinado para transformarse en un film de hora y media de duración que tiene su estreno fijado para el 2 de Noviembre de este mismo año.

Rodada con un ‘aspect ratio’ de 4:3, como mandan los cánones de la época, ‘El Último Fracaso’ es, por encima de todas las cosas, un canto de amor al cine constante y demoledor. De entre todas sus virtudes, destaca la capacidad inmersiva con la que el señor Antonio Aguilar nos hace partícipes hasta el punto de sentir como tuyo el fracaso y la angustia del protagonista en un cuento de redención absoluta, pero también apasionado en su relato; descarnado por momentos.

El filme funciona como una odisea dramática que se sostiene gracias, en gran parte, a la estupenda interpretación con la que nos deleita el alicantino Juli Mira, al cual ya pudimos ver en series de gran tirada nacional como ‘Hospital Central’ o ‘Velvet’, o también en la más reciente ‘Formentera Lady’ (2018). Y no solo Juli Mira, todo el reparto compuesto por rostros conocidos de nuestro cine tales como Vicente Genovés (‘Todos A La Cárcel’ de Luis García Berlanga, ‘Cien Años de Perdón’), o los menos conocidos como Anabel Sol y Fernando Folgado, nos ofrecen un trabajo a la altura de las expectativas.

En el apartado técnico, su composición plano por plano supone otro acierto por parte del director que, junto con la banda sonora compuesta por Juan Carlos Plá, nos hace teletransportarnos a esos maravillosos finales años ochenta y a esa nueva y gloriosa década de los noventa que acabó por transformar la música electrónica, sobretodo en la Capital del Turia.

Mención especial merece el trato y el cariño con el que los chicos de Aguilar Cinema han tratado la restauración de la obra. Con un apartado sonoro sublime y una calidad de imagen que no pierde ningún ápice de verdad, enaltecen continuamente la película. Además, hemos podido saber que el filme contará con doblaje al valenciano y con una copia en 35 milímetros que dinamitarán, aún más si cabe, su validez cinematográfica.


Sin embargo, sus puntos flacos se dejan ver en varias ocasiones en las que, sin duda, es bastante notorio el trabajo de post-producción a la hora de acortar determinadas secuencias. Desafortunadamente, es la parte final la que más se resiente en este aspecto y consigue flaquear de manera notoria en los últimos minutos de la cinta.

Otras de las marcas negativas que, a mi parecer, restan puntos a la obra es un cierto aire de telenovela en algunas escenas concretas que pueden sacarnos de la historia. Quizás este tema es un tanto subjetivo y su percepción puede variar según el espectador.

En resumidas cuentas, ‘El Último Fracaso’ es una película mucho más que digna que ha sabido sobreponerse a treinta años de constantes cambios (en cuanto a materia tecnológica y social se refiere) con un resultado que agradará a ese público nostálgico en busca de algo diferente que ver en nuestras carteleras. Una cinta que respira humildad, pasión y dolor a partes iguales.