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El paseo 2

Comedia Vacaciones, playa, brisa y mar. El plan perfecto. Al menos eso era lo que pensaba Lucho Calvo, un padre de familia que, con gran esfuerzo, planeó las vacaciones de su vida. Sin embargo, no contaba con que su familia tendría otra idea de diversión y esta correrá por cuenta de Patrick, un ex novio de su esposa Gloria. Patrick es un gran anfitrión que deslumbrará a la familia con sus atenciones. Pero Lucho se siente retado y decide que no ... [+]
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
26 de diciembre de 2012
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película fue presentada con bombos y platillos.
Guionista: Dago García, bastante reconocimiento en Colombia, si bien con pelis de dudosa calidad.
Director: Harold Trompetero, es un director con varias pelis a su espalda, en teoría sabe lo que hace.
Protagonista: John Leguizamo!! Me decían que este hombre es Colombia en Hollywood. Un veterano de la industria del cine americano que ha bajado a colaborar en este megaproyecto. Yo la verdad no lo conocía, entonces hice una búsqueda en Filmaffinity. Si, ha estado en suficientes pelis, pero, cosa curiosa, algunas de ellas ni siquiera están votadas! Al parecer ni los hijos de los directores las ven. Otras tienen a lo sumo 5 críticas, y hay algunas "grandes" donde su papel es bastante secundario. Bueno, no seamos snobs, juzguemos por su trabajo no por su reputación.

Y resulta que es una mierda. Pero es que es peor que malo. Un tipo que no tiene ninguna gracia, haciendo chistes malísimos, hablando en un intento de colombiano pésimo. Él acapara mas de la mitad del humor (de la mas baja categoría) y el problema es que el resto no es mejor. Quién tuvo la idea de un niño que rapea? Pena ajena me dá. Acá las telenovelas siempre han dudado entre ir por la comedia o por el dramatismo, y al final hacen las dos mal, y El paseo 2 no es mas que otro producto en esta línea. Flojísimo todo el cuento de la esposa y el argentino.

Pero bueno, que si "Tra Tra Tra" es una canción que a algunos les resulta difícil catalogar como música, y aún así es fundamental en una buena fiesta, entonces habría que preguntarnos cuál es el verdadero propósito de la peli, a quién va dirigida y demás. Así, llega lo mas triste de esta grosería: La idea es que la vea la familia promedio colombiana.

Una familia promedio que sueña con pasar sus vacaciones en Cartagena (y a su vez, una Ciudad que vive, en buena parte, de este tipo de turismo). Esta peli se caga en todos los planes populares de la ciudad, el volcán de barro, las chivas, fogatas en la playa, actividades acuáticas ofrecidas por los locales, la popular arepa de huevo, etc.

Daba vergüenza ver como algunas pelis de Hollywood muestran a Colombia de forma tan errada (Para un caso reciente, por favor tampoco vean "Colombiana") pero lo increíble es que acá mismo muestren el país de esa forma. Muy bajo hemos caído.

Y eso es parte del arribismo en Colombia. Ahora resulta que si las vacaciones no son en avión, con yates, islas privadas, el hotel de chupeta, y paseos en coche jalados por caballos, son una mierda. A dónde hemos llegado.

Si, hay un par de secundarios graciosos. Que si, que sale el Pibe, mi ídolo de la infancia. Pero mi decepción es tal que eso no alcanza a sumar ni media estrella.
Mequetrefe
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28 de diciembre de 2012
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los colombianos estamos convencidos de que somos muy graciosos porque cuando estamos borrachos en nuestras fiestas interminables nos da por contar chistes verdes. Para nosotros los gringos no tienen gracia porque la mayoría de sus comedias renuncian a la grosería, a lo escatológico. Esta actitud se refleja en la programación que despliegan los canales criollos. A pesar de lo absurda, cruel y ridícula que es la política en este país no hay un solo programa que intente atacar con humor la corrupción y mediocridad en la que viven sumergidos los servidores públicos.
El humor lo sigue dictando como desde hace cuarenta años Sábados felices. La razón de la inusitada longevidad de este programa es que ha renunciado a cambiar. Su fórmula es la misma desde sus orígenes, chistes costumbristas, tontos y unos sketches donde los cuentos son eternamente reciclados.
No existe espacio para la experimentación, para construir historias que pongan al protagonista en situaciones desternillantes, ilógicas y por qué no usar el humor como una herramienta para arrinconar al espectador y obligarlo a preguntarse por qué demonios estamos tan mal.
Si la televisión no funciona uno creería que las películas podrían ser un vehículo coherente e innovador del humor. Nada de esto sucede. Dago García se ha convertido en nuestro Chuck Lorre o Larry David. Todo lo que él escriba tiene el sello indeleble del éxito. Ha encontrado una fórmula a la cual se ha aferrado con la misma tenacidad que se aferra un niño que no sabe nadar al borde de la piscina.
La fórmula consiste en mostrar el estereotipo del colombiano que ellos mismos han creado. Los personajes masculinos que construye son por lo general seres despreciables, ruidosos, borrachines, promiscuos, morbosos, ordinarios, lobos, estafadores e incultos. Cuando es el caso de escribir un personaje femenino sus características son igual de limitadas. Ellas casi siempre se caracterizan por ser mujeres interesadas que sueñan con operarse que caen rendidas ante un acento extranjero, en otros casos, es simplemente una madre o una esposa abnegada. En la tercera opción está la suegra insufrible que vive pensando en lo buen partido que era el ex novio de su hija y se lamenta de lo feo y pobre que es su yerno.
Cuando Dago García escribe una película no piensa en llegarle a un público que acostumbre a ir al cine. Eso es sobre todo lo que lo ha convertido sus películas en éxitos rotundos de taquilla. Para disfrutar una de sus producciones es obligatorio no estar muy familiarizado con el lenguaje cinematográfico, él como en el nuevo porno, va de una al primerísimo primer plano, de entrada recurre al madrazo que garantiza una sonora carcajada.
Sus películas están más emparentadas con Chispazos, Sábados felices y sobre todo con los viejos comerciales de frutiño. Recicla sin piedad las frases hechas que caracterizan nuestra colombianidad esas que buscan desesperadamente identificarse con el espectador. Una de ellas es Listo papito, si es ya es ya o El que no llora no mamá, frases hechas que resaltan por supuesto la malicia indígena que nos hace tan especiales.
Sumado a todo esto está el ataque constante a los argentinos. Me da vergüenza cuando se hacen referencias al cinco- cero, ya vamos para 20 años con esos chistes de “choque esos cinco” y de la venganza chibcha al glamour porteño. El que estaba al lado mío como toda la sala estallaba en carcajadas cuando Leguizamo se burlaba “De ese hijuemadre argentino”
Así los escriba él mismo, decir que las últimas películas de Dago García tienen guión es una exageración. A lo sumo son un conjunto de sketches que conforman una historia raquítica. Uno no sabe muy bien de qué tratan sus películas. Bueno, tampoco sé muy bien de que va El sentido de la vida pero cumplía, era graciosa, delirantemente graciosa. Acá el problema con los sketches, es que definitivamente no tienen gracia.
103 mil espectadores vieron el pasado 25 de diciembre el estreno de El paseo 2.Desde ya se perfila como el filme más taquillera de nuestra historia desbancando a la primera parte de El paseo.
Debería ser gratificante que una producción nacional recaudara tanto dinero. Podríamos imaginar que con la plata conseguida acá Dago invirtiera una parte para hacer una película personal, algo parecido a la formidable Pena Máxima. Pero desde ya sabemos que los billetes obtenidos con esta película se invertirán en hacer una tercera parte. Irán a Girardot y harán las delicias del público haciendo juegos de palabras con Chontaduro, Totumo y Borojó.
Resulta inaudito que un tipo que ha trabajado con Brian De Palma o Baz Luhrmann, que ha compartido escenas con Al Pacino, Ewan Mcgregor y Dennis Hopper salga a decir que Harold Trompetero ha sacado lo mejor de sí, que el guión de Dago es de lo mejor que él ha podido leer. Es increíble que Leguizamo no haya opinado sobre la pobreza de su personaje, lo paupérrimo de las situaciones como esa competencia con los Ortiz, con carrera de costal incluida, no sólo es ridícula sino anacrónica, sabemos que el otrora ganador de un Tony está pasando por un momento muy bajo pero de ahí a haber aceptado aparecer en este esperpento es algo que en realidad no esperábamos. Debe ser que en su completo desconocimiento del cine colombiano creerá que lo único que se hace acá son este tipo de sainetes de colegio.
Lo triste es que con El paseo 2 el público que habitualmente va al cine va a seguir creyendo que el cine Colombiano no es más que una pobre imitación del legendario programa peruano Risas y salsas. Los jóvenes talentosos que en este país quieren llevar a la pantalla grande sus historias verán como la masa crítica los desprecia y como el gran e ignorante público les exige más madrazos y suegras cansonas.
La gloria de unos es la desgracia de otros.
EL ATENEISTA
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3 de enero de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por: John Harold Giraldo Herrera
Periodista y docente universitario
[email protected]

Que cambie todo pero no el modo de hacer cine de Dago García. Es la mejor psicología moderna para los colombianos. No hay nada que se le parezca a Dago; como la famosa cantante única del Perú: Wendy Sulca. La diferencia es tan solo que Dago acumula más fans en un solo día, por ejemplo 102 mil espectadores en su día de estreno. Es necesario ratificarlo, el Paseo es la mejor película colombiana. La genialidad de sus creadores no pudo ser inferior a las necesidades de espectáculo y diversión de los colombianos. El Paseo dos augura un camino insuperable, utópico para cualquier realizador en la nación que tiene como sueño conseguir esa cifra para todo el tiempo en cartelera.

Nadie se queja en la función, pues la sala se encuentra tan llena como montar en una hora pico de Transmilenio o Megabús. Se escuchan los crujidos de las crispetas, hay quienes educan a sus hijos en geografía diciendo que en ese lugar de Cartagena estuvieron y que ellos también padecen de algún salpullido raro. Los más fanáticos celebran tirando crispetas para los lados. Es la panacea de la unión familiar y el castigo a lo popular: “no comer arepehuevo porque da daño de estómago”, “no andar por calles donde viva gente indeseable porque son unos malencarados que te pueden robar”, “no competir con familias obesas porque son cursis y engañosas”, en fin hay todo un decálogo para la buena convivencia. Es la forma para alivianar las penas, detestar lo que nos enorgullece y mejor soñar con ir a París, estar en la mejor suite de un hotel en Cartagena y disfrutar de los planes alejados del bullicio y el gentío.

El Paseo dos reúne lo que todo colombiano quisiera soñar: una esposa que no chistea aunque tenga caprichos, unos hijos tecnologizados y buena onda que se burlan del papá, una suegrita demalas en el amor, pero un amor de señora que intenta pasear con un muchacho ventiañero, un humilde y avezado jefe de hogar que no es de más criticar porque trabaja, intenta todo el tiempo hacer el bien, y ofrecerle felicidad a su adorada familia. Es más, es una familia perfecta que goza de sus sufrimientos y mantiene el pasado congelado porque es lo más rico que pudiera haberse vivido, “no sé cómo se casó con este mequetrefe si ese churrito lo tiene todo, hasta plata de sobra”, dice la querida suegrita.

Sigo en spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
John Giraldo
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3 de enero de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fui a ver el paseo 2 con pocas expectativas la verdad, pero me sorprendió lo aburrida, ridícula y mala que resulto ser, es una lástima que las últimas comedias del cine colombiano pretendan divertir al publico utilizando situaciones forzadas, historias simplonas y personajes sobre-actuados. La mediocridad esta carcomiendo la comedia nacional. La aparición del señor Leguizamo como protagonista en la que quizá mas adelante sea considerada su peor película solo demuestra que una buena película depende de varios factores, y que ni siquiera un buen actor puede salvar una obra sin nada que aportar al séptimo arte.

Definitivamente no vale la pena, el paseo 2 reposará en algún nublado lugar de mi memoria, donde infortunadamente quedan almacenadas malas experiencias como la vivida con otra película llamada "mi gente linda", que vergüenza que proyecten comedias de tan bajo nivel en otros países haciendo quedar mal al cine colombiano.
alejo_7_7
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8 de octubre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lástima desperdiciar el talento de un actor como Jhon Leguizamo en esta película. El guion es la repetición de todas las películas Colombianas donde nos quieren mostrar como graciosos burlándonos de nosotros mismos. Yo creo que esta etapa hay que superarla y pensar en hacer cine de verdad. Es hora de que los directores y actores colombianos se prueben creando e interpretando verdadero cine. Pensé que con la participación de un actor de Hollywood como los es Leguizamo íbamos a dar el primer paso pero quede bastante decepcionado, en muchas partes de la película sentí pena ajena.
Negobo
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