Los cuentos de la noche

El realizador Michel Ocelot, heredero de Lotte Reiniger y creador de algunas películas de animación claves en el cine europeo de los últimos años ("Kirikou et la sorcière", 1998; "Azur et Asmar, 2006), regresa con "Les contes de la nuit" a la gran pantalla tras varios años de parón en los que se dedicó a proyectos televisivos. Con "Les contes de la nuit" el problema principal es que esto ya lo hemos visto y mejor, porque básicamente es una repetición del esquema de "Princes et Princesses" (2002) pero realizado de forma innecesaria en 3D y con historias que son bastante menos mágicas que la del citado filme. Así, de nuevo volvemos a encontrarnos una película dividida en episodios en los que un par de personajes representan versiones 'teatrales' de historias que suelen involucrar a príncipes y princesas.

La animación está bien pero ya no sorprende y la belleza de alguna de sus imágenes no termina por redondear una propuesta que a pesar de su calidad (porque la base sigue ahí, Ocelot no la pervierte) no deja lugar a la fascinación ni embriaga como si lo hacían sus demás películas. Carente de ese punto de mala leche, o más bien de esa mirada adulta que caracterizaba su obra anterior, "Les contes de la nuit" oscila entre lo infantil y lo correcto casi como si no buscase ser más cuando su obligación era no dar un paso atrás sino volver a poner a Ocelot a la cabeza de la animación de calidad hecha en Europa. Si no has visto "Princes et Princesses", hazlo. Y si te gusta puedes probar con "Les contes de la nuit", que funciona como un anexo a la anterior aunque por si misma tenga suficientes valores como para ser recomendada. Eso sí, lo que no cambia, es el tono de la narración: lento, dejando espacios; así que no es una película para infantes ni para quien busque un entretenimiento ágil. Requiere paciencia, pero ésta es recompensada.

He tenido la suerte de ver esta película en el cine, y me ha sorprendido gratamente. Las historias que cuentan son bellas, distintas a las habituales del cine animado, y con mucha sensibilidad. Además el mensaje o moraleja de cada cuento es realmente una enseñanza para niños y mayores. Para mi ha sido como ir saboreando un caramelo detrás de otro caramelo... manteniendo en todo momento el interés.

Un saludo!