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La dinastía de los Forsyte

Drama. Romance Cuando una mujer de la alta sociedad se enamora del prometido de su sobrina, esta insólita situación tendrá consecuencias inesperadas. (FILMAFFINITY)
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
27 de enero de 2011
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Metro Goldwin Mayer produjo esta estimable película en el 1949 con un reparto de lujo donde Errol Flynn interpreta un personaje muy a su medida, y Greer Garson luce su gran belleza y sus grandes dotes interpretativas, cumpliendo a la perfección el resto del notable y conocido reparto,así como la dirección de Compton Bennet. El argumento del film, que se mueve entre el drama y el romanticismo, atrae lo suficiente para considerar a esta película muy recomendable, especialmente para todos los que vivimos el esplendor de Hollywwod, y en general para todos aquellos que se sienten atraidos por el cine clásico.
Es lamentable que la copia utilizada para la edición del DVD comercializado en la actualidad (2011), no tenga una mayor calidad de imagen, pues una versión restaurada de la misma daría más notoriedad a este film que tuvo una cadidatura al Oscar en 1951 por su vestuario, gozando también de una muy acertada ambientación.
Por otra parte deseo dejar constancia también, que la versión española (doblaje) de este film es el original de su estreno en España en 1950, con una calidad interpretativa excelente, como todos los doblajes que se hicieron en aquella época en los estudios Metro de Barcelona, lo cual considero muy acertado por un lado antes de tener que enfrentarse el espectador a un doblaje moderno, tal vez mediocre, como ha ocurrido con otros films de esta época, pero por otro lado el paso del tiempo tiene sus inconvenientes, y la calidad del sonido es muy deficiente por su deterioro y el posible tratamiento técnico de la banda sonora para filtrar ruidos, con lo cual la audición se hace costosa y a veces poco inteligible. Es de destacar también, el cambio de voces realizado de actores dobladores con posterioridad al doblaje original en dos secuencias del film, por motivos de los absurdos y ridículos cortes de la censura franquista en escenas de demostración amorosa a través del beso.
En estas cirunstancias recomiendo la versión original en inglés de esta película.


José Antonio ZG
Jose Antonio ZG
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12 de febrero de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Superproducción de la Metro basada en el best-seller “A man of Property”, de John Galsworthy, con la que inició la famosa serie La Saga de los Forsyte, con ingredientes tan suculentos como amor, pasiones y violencia (sobre todo dialéctica) donde retrata la encorsetada vida familiar de la alta clase inglesa de finales del siglo XIX.

Incluye un suculento reparto de lujo con el siempre apuesto Errol Flynn, Robert Young, Walter Pidgeon y la guapísima Janet Leigh, todavía muy jovencita. La estrella es Greer Garson; no en vano el título original del film es “That Forsyte woman”, que alude a esa mujer Forsyte. Aparece radiante, con una gran gama de vestidos que cualquier actriz querría vestir.
Garson es una notable actriz del Hollywood clásico que se mueve como pez en el agua interpretando personajes de época y mujeres fuertes de exquisitos modales pero con determinación de hierro. Aquí interpreta a Irene, bellísima soltera de cierta edad, muy codiciada, profesora de piano independiente, un espíritu libre que quedó marcada por un antiguo romance.
El apuesto Soames Forsyte (Errol Flynn), ilustre miembro del distinguido clan Forsyte, rico, ambicioso y estricto, persigue a Irene para conseguirla en matrimonio, pero ella duda. Acostumbrado a conseguir siempre lo que quiere por la vía económica, no cederá en su empeño.

No cabe duda de que el film es exquisito en su cuidado y todos los detalles de producción, como demuestra el hecho de que fuese nominada al Oscar al vestuario en color en 1950. De corte clásico, al estilo “Lo que el viento se llevó”, aunque lógicamente de proporciones y calidad menores, ensalza los sentimientos por encima del poder y la tradición. No llega a convertirse en un drama pasional imborrable como otros films de sagas familiares, en parte por un desajuste en su montaje, que precipita los momentos finales en un desencadenamiento casi repentino que desequilibra la historia (mucha presentación y nudo pero escueto desenlace).
Otro factor que no convence del todo es la elección del actor que interpreta a Philp Bosinney, auténtico pilar desestabilizador. Robert Young no me parece el actor adecuado que posea esa presencia y esas cualidades amatorias casi hipnóticas que hagan suspirar; tampoco su actuación parece nada del otro mundo. Aunque sobre gustos no hay nada escrito.

Quitando esas dos salvedades, es una película de época muy apetecible, imprescindible para seguidores de Errol Flynn, pero sobre todo de la bellísima y adorable Greer Garson.
Gabriel Ufa
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1 de mayo de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Galsworthy sucedió a Rudyard Kipling en los premios nobel de las letras británicas. Rudyard en 1907 y John en 1932. Ambos pertenecientes a la alta sociedad inglesa. Uno muy conocido, embajador en la India y celebre escritor cuya fama perdura hasta nuestros días gracias al "Libro de la selva", mientras el otro, el escritor de "La Saga de los Forsyte" permaneció en la Inglaterra Victoriana de Eduardo VII y Jorge V y su nombre se encuentra en el olvido mas allá de la alberca del molino.
Elegante y precisa adaptación cinematográfica dirigida por Compton Bennett. Todo un melodrama romántico que refleja los humores de los miembros de aquella alta sociedad con sus pasiones, orgullos y prejuicios.
Tirso
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13 de marzo de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia que hace pensar entre la mujer de la época y la mujer de hoy, en las diferentes posibilidades que cada época marca para la mujer, la condiciona en sus decisiones.

Otro aspecto viene dado en la comparación entre los personajes masculinos, unos muy condicionados por los estándares sociales de la riqueza, el triunfo laboral y la imagen, y otros por la libertad de espíritu. En esto creo que hemos evolucionado poco y se sigue dando esta dualidad.

En definitiva: El encorsetamiento social en ambos sexos y desde diferentes aspectos.

El ritmo del film se hace un poco lento sería interesante ver una nueva versión del mismo.
kiki
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1 de mayo de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Compton Bennett, tras el éxito de sus primeras películas británicas –algunas de ellas verdaderamente maestras, caso de “El sétimo velo” (1945) o “The years between” (1946)- fue invitado a dirigir en EEUU donde no se sintió demasiado a gusto con su sistema de producción, rodando unas pocas películas que no encontraron suficiente resonancia, salvo la famosa “Las minas del rey Salomón” (1950) dirigida a cuatro manos con el director de origen húngaro Andrew Marton. Entre ese escaso número de películas se encuentra esta desigual pero interesante melodrama rodado para la Metro basado en la aclamada novela de John Galsworthy.

Bajo una recargada fotografía en technicolor de toques góticos y esteticistas y una apasionada música estilo Rachmaninoff de Bronislau Kaper se enmarca este enfermizo retrato finisecular de una acomodada familia de la burguesía victoriana del último cuarto del siglo XIX, suerte de “Buddenbrook” a la británica, con matrimonios de conveniencia, ovejas negras de la familia, apariencias e hipocresía, crueldad y odio, desamor, fracaso y enormes dosis de esnobismo.

El genio y la sensibilidad de Compton Bennett, demostrado en sus anteriores producciones británicas, se ve constreñido a adaptar con pulcritud reposada y reflexiva la novela, aunque asoma cierta desgana e incluso una cierta gelidez expresiva, posiblemente derivada de su incomodidad o falta de convencimiento total con el proyecto. El argumento, a ratos folletinesco, de este recargado melodrama de ambientes opresivos, complejo y lleno de ramificaciones y vericuetos, refleja muy bien el mundo de la poderosa burguesía financiera, imitadora de la disminuida aristocracia tras la revolución industrial, que acentúa todavía más sus excesos y clasismo. La película, contada en forma de flashback por “la oveja negra de la familia” –un Walter Pidgeon poco aprovechado- muestra un complejo pentágono amoroso que enfrenta el mundo de la libertad artística frente al sentido utilitarista de la ascendente burguesía.

Protagonizada por cuatro gigantes de Hollywood, el esperado recital indiscutible de Greer Garson se ve acompañado por la gran labor de Errol Flynn, un actor mucho más dotado de lo que habitualmente es considerado, capaz de pasar del drama a la comedia en un periquete, junto a un descolorido Robert Young, el citado Walter Pidgeon y una jovenzuela Janet Leigh.

Aún con todas las pegas es una película enormemente disfrutable, lejos en todo caso de las mejores producciones británicas del desconocido y, sin embargo, gran director Compton Bennett.
Gould
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