El genio

Uno de los géneros en los que Bud Spencer y Terence Hill solían decantarse para amenizarnos la tarde con toda su retaila de mamporros, era el western. Sin embargo, a pesar de ser películas ambientadas en el oeste, se olvidaban del característico patrón de estas para seguir con el suyo propio. Eso las convertía en westerns atípicos en donde contaban más simpaticas e ingénuas historias frente a las duras y sangrientdas disputas contra indios y forajidos. Aunque en ésta, Terence Hill se encuentre huérfano de su inseparable colega, no cambia ni un ápice esas características correrías por el oeste.

Joe Thanks es un simpático tipejo que se gana la vida con todo tipo de triquiñuelas logradas gracias a su enorme inteligencia. Su amigo Bill "Locomotora", en cambio es otro "granuja" que trata de hacer las mismas pillerías que Joe Thanks, pero con escaso éxito dada su poca inteligencia. Ambos junto con la guapísima Lucy tratarán de realizar un plan para robar una ingente cantidad de dinero al ejército.

A pesar de ser un producto concebido sin ningún tipo de pretensión y dirigido hacia la humor sencillo, se trata de una película muy recomendable para amenizar la jornada. La historia tiene el amgnetismo suficiente como para no aburrirnos en ningún momento, el guión contempla situaciones interesantemente divertidas, y los personajes están muy bien logrados. Su punto malo es una musica de fondo muy machacona y un final dificil de entender.

A pesar de la ausencia de Bud Spencer, el largometraje sigue las mismas pautas que cuando ha estado. Es decir, dos personajes: uno debilucho, pero inteligente (Terence Hill) y otro fuertote, pero tontorrón (Robert Charlebois en vez de Bud Spencer). Ahí destaca el sustituto del habitual compañero de Terence Hill que clava su personaje. También destaca una Miou Miou tan buena actriz como bella.

Provoca alguna sonrisa. Toda la película descansa en Terence Hill. Pero no es el mejor Terence Hill. Nada que ver con la saga Trinidad. Al guión le falta continuidad. No se entiende bien porque pasan ciertas cosas, ni tampoco la relación que tienen algunas con otras. Empieza con cierta fuerza, pero va perdiendo interés según avanza. Pretende sorprender, pero sin coherencia. Tampoco las interpretaciones dicen gran cosa. En definitiva: flojita.

El inicial mano a mano entre K. Kinski y T. Hill quiere marcar la pauta de una película que sorprende desde el principio por su planteamiento original.
Drama y comedia, rigor y lasitud, bromas y veras se funden con cierta armonía para que apetezca mantener los ojos en la pantalla.
Luego los altibajos del argumento van haciendo mella en el espectador a pesar de la agilidad del guión y de la eficaz técnica narrativa.

Al final prevalece la teoría de que, con buena voluntad, incluso lo estrafalario puede resultar bello y también el culto a lo estrambótico.
Aunque sólo en determinadas ocasiones.

Terminando de ver “Un genio, due compari, un pollo” (1975) de Damiano Damiani con Terence Hill, Miou-Miou, Robert Charlebois, Patrick McGoohan, Rik Battaglia, Klaus Kinski, entre otros. Comedia italiana del subgénero “spaghetti western”, es una sátira del estamento militar que sigue a 3 ladrones que persiguen un mismo objetivo: Robo un dinero que pertenece a los indios de una reserva; y como ladrones que son, se robarán entre ellos. Este fue el último western en el que Sergio Leone trabajó como productor y segundo director, pero no está acreditado, donde se nota su buen hacer en la secuencia de apertura brillante, que promete una película excelente… promesa que no se cumple; y es que la secuencia tiene poco o ningún impacto en el resto de la película, debido a que es una comedia de acción en el oeste; y que nada tiene que ver con la saga “Trinidad” como se comercializó para capitalizar otros “spaghetti westerns” previos y más exitosos protagonizados por Terence Hill, para crear la ilusión de que era una secuela de “Il mio nome è Nessuno” (1973), donde el personaje “Thanks” solo lleva la misma ropa que “Nessuno”, pero aquí el tono cómico acaba por resultar irritante, y lo que es peor, la trama no da para tantos giros imprevistos, por lo que da la sensación de estar ante un film que no quiere terminar nunca... en un metraje de casi 2 horas que parece una serie de “sketches” con los mismos personajes que hacen muy poco para avanzar en la historia algo oscura de los que intenta contar; y todo el asunto simplemente serpentea sin ir a ninguna parte. Como descargo, o “justificación” está decir que partes del negativo original fueron robados, por lo que los realizadores tuvieron que ensamblar muchas escenas de tomas alternativas; y a día de hoy no se han encontrado. Del reparto, muy internacional, destaca el italiano Terence Hill como Joe Thanks, siempre encantador, tremendamente atractivo y cómico talentoso, cuyo momento del duelo inicial es un momento clásico del “spaghetti western”; los franceses Miou-Miou como la chica de la película y Robert Charlebois como Locomotiva Bills, están fabulosos, sobre todo este último como borracho gruñón, atrapado y perdido en medio de la locura; sin olvidarme del alemán Klaus Kinski, que se roba muy bien su parte, aunque lamentablemente desaparezca, por lo que el resto del filme sin él, se siente como una caída estrepitosa; y es que esta seguiría siendo una de las pocas apariciones de Kinski en una comedia; y Werner Herzog no mintió cuando dijo, que él “tenía un muy buen sentido del humor, simplemente muchas personas no saben cómo apreciarlo” y se ve tremendamente divertido con su cara seria de amargado contra un Hill 100% infantil, donde no puedo imaginar, cómo pudo ser el rodaje de esas escenas juntos, muy probablemente sería lo más descabellado de un “making of” Y por último, la música escrita y dirigida por Ennio Morricone, agrega su maestría en el ambiente y en las escenas en un filme muy disperso, sin coherencia y casi fraudulento, porque “lo llamaron Trinidad… lo llamaron Nadie y ahora lo llaman Gracias”
NO RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/

"El genio" parece un intento de repetir la operación efectuada previamente con "Mi nombre es Ninguno" (Il mio nome è Nessuno/Mon nom est personne/Mein name ist Nobody, 1973), "western" dirigido por Tonino Valerii, producido por Sergio Leone y protagonizado por Terence Hill. En este caso, con Leone de nuevo como productor y Terence Hill de nuevo como protagonista, la dirección pasa a manos de Damiano Damiani, y los resultados son, por comparación, claramente inferiores, pues la comedia y el tono cómico acaban por resultar irritantes, y, lo que es peor, la trama no para de dar giros imprevistos, por lo que da la sensación de estar ante un film que no quiere terminar nunca. Estoy totalmente de acuerdo con Carlos Aguilar, quien, en su famosa "Guía del cine", señala que lo mejor de este largometraje es su sátira del estamento militar, y lo peor, "su manera harto artificiosa de mantener la atención". La parte con Klaus Kinski, situada al comienzo de la acción, parece casi otra película, llena de autoironía y de autorreflexión, en donde el "western" reflexiona sobre sí mismo. Cabe destacar también la presencia del gran actor Patrick McGoohan.