Más falsas apariencias

Ya dije muchas veces que cuando se habla de humor, las cosas son muy relativas. A mí la 1º parte ya me había gustado y me había echado unas risas, y en esta secuela, pese a perder un poco con respecto a la original, yo al menos, me seguí echando unas risas y llegué a reírme de verdad, no sólo esbozar una ligera sonrisa.
Ahora bien. Habrá mucha gente que no le haga gracia, otra que sí y otra que ni que si ni que no, que le traerá indiferente.
Sin embargo, a mí me gustó la actuación de Perry(que me parece uno de los mejores actores en comedia) y también la de Willis, que demuestra que puede tener hueco en la comedia.
Recomendable.

Secuela de la que ni siquiera se puede decir que es más de lo mismo. En el film anterior había situaciones divertidas, inesperadas, graciosas, unos personajes bien definidos y magníficamente interpretados y un guión ajustado con sorpresa final incluida. Esta película da la impresión de haber sido rodada únicamente con el aliciente de ganar más dinero, sin ninguna preocupación por el público.
Los actores simplemente están; no logran conectar con el espectador. Lo que pretende ser gracioso es mediocre.
El guión crea situaciones que prolongan innecesariamente el metraje de la película, queriendo dar al final, a semejanza de su antecesora, un giro argumental que en este caso cuesta mucho creer.
Y está el asunto Matthew Perry, un tipo que en la realidad debe ser bastante ingenioso –muchos de sus comentarios sarcásticos en Friends parece que eran de su propia cosecha-, pero que aquí limita su gracia al carácter torpón del dentista que interpreta, cayéndose como un millón de veces sin lograr arrancar una sonrisa en ninguna. Y lo siento por él, porque la serie que le lanzó a la fama es brillante, pero su carrera cinematográfica ha naufragado casi por completo.
Así que si se pretende pasarlo bien viendo una comedia, desde luego no será con ésta.

Típica secuela de Hollywood "todo por la pasta" que estira una idea pasable para una película entretenida, de un modo burdo, innecesario y sin esforzarse en buscar alguna razón que lo justifique.

La película no tiene ningún guión que tenga una cierta lógica, y más bien podría definirse como un programa de sketchs de humoristas con un cierto tema común. Como en la mayoría de estos programas hay chistes mejores y peores, la mayoría buscando la risa fácil y poco originales.

De todas formas si la ves con las expectativas muy bajas y el ánimo muy alto puede que puedas reirte 3 o 4 veces, sobretodo con Willis y Perry que yo creo que sí que se lo pasan bien con la tontería, pero en pricipio no hay nada que justifique su visionado, no es ni muy graciosa, ni tiene historia, ni ná.

un saludo

Si cinco años antes, con The Whole Nine Yards, Jonathan Lynn había hecho una peli cachondilla, sin pretensiones, con un guión apañadete de Mitchell Kapner, aquí Howard Deutsch fracasa aparatosamente dirigiendo algo perpetrado por George Gallo (que también dirige sus cosas, francamente malas, la verdad). Es una metedura de pata de tomo y lomo, porque no aporta nada de originalidad ni se arriesga en absoluto: sí, el Tulipán Tudeski, "Oz", y Jill están graciosos, pero ya lo estaban en la primera, y que tres personajes principales y algún secundario simpático tiren del carro hora y media resulta complicado, la falta de ideas que se adivina en cada escena evidencia que estamos ante lo que tal vez tendría su punto en una "sit-com" televisiva, de media hora, pero poco más.
En fin, está claro que la intención de sus responsables era engordar un poco más sus seguro que ya bastante abultados bolsillos, pero no siempre la masa de los espectadores tiene ese toque de imbecilidad necesario para admitir que les den gato por liebre, por eso en su momento la peli fue un fracaso. Vale que los amiguetes Bruce y Matthew se lo curren, pero hay que exigir algo más, para que una película no parezca un churro hecho en serie.

Pocas películas de Willis se pueden decir que son malas como la secuela de la ya de por si limitada "Falsas apariencias". Un producto claramente hecho para hacer caja, en el que los chistes y las escenas absurdas se suceden sin sentido alguno, haciéndola pesada y hasta incluso larga.
Lo mejor: Peet y Henstridge, bellezas.
Lo peor: Pollak excesivo y el final absurdo.
Conclusión: El peor film de Willis con diferencia.