Haz click aquí para copiar la URL

Ciudad cero

Drama Un ingeniero moscovita se encuentra atrapado en una remota ciudad que aún conserva una exposición de Stalin en su museo local. (FILMAFFINITY)
1 2 >>
Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
3 de marzo de 2017
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Город зеро (Ciudad Zero, 1988) es una película dirigida por el cineasta Karen Shakhnazarov y realizada en las vísperas de la caída de la Unión Soviética. La película, que cuenta con un argumento delirante y que se liga de lleno con el surrealismo, es también una pieza de un valor incalculable, no sólo por la originalidad de su planteamiento, sino también por las más que obvias referencias socio-políticas que incluyen y que sirven de testimonio histórico.

Ciudad zero está llena de metáforas de las que se sirve el cineasta para explicar la caída de la URSS. Evidentemente, hemos de situar al contexto del filme en su época histórica, porque sino seremos incapaces de entender lo que estamos viendo. Gorbachov ya se encontraba en el poder, y la mayoría de películas de aquella época aprovecharon la teórica libertad que se les había permitido para realizar películas que antes habrían resultado imposibles. El guion del filme toma buena nota de ello.

La película nos presenta un argumento que irá en crescendo en cuanto a sus dosis surrealistas. Un hombre de negocios, interpretado por Leonid Filatov y llamado Aleksei Varakin llega a una ciudad con el objetivo de revisar unos diseños sobre aires acondicionados y donde en un primer momento todo parece normal, hasta que empiezan a suceder cosas realmente extrañas. La primera de ellas, añade más bien un toque cómico antes que dramático (una secretaria desnuda que actúa con naturalidad). Y es que efectivamente, en la primera mitad del metraje, podemos decir que la película, salvando las distancias, tiene más en común con Amanece que no es poco (Amanece, que no es poco, 1988; realizadas ambas en el mismo año ), que con otras películas surrealistas. Pero a medida que transcurre el filme, el tono paródico se vuelve cada vez más hiriente, una arma en manos del cineasta para atacar los entresijos corruptos del sistema de aquellos años.

El filme tiene también una creatividad interesante, que se explaya en cantidad de numerosos detalles ingeniosos, originales y capaces de combinar el sarcasmo con el humor más negro. La reacción del espectador es doble, por una parte se consigue la risa en él, pero también existe un segundo nivel de reflexión mucho más profunda, que es la que diferencia al filme de otras películas puramente surrealistas, donde no hay una intención ideológica más consciente.

Metáforas más que interesantes y que son abundantes. Una de las más célebres la encontramos en la visita que realiza nuestro personaje al museo provincial, donde se le explican cantidad de historias sobre la ciudad, a pesar de que todas ellas son falsas. La parábola es evidente, el filme ridiculiza la exagerada propaganda, que no tiene reparos en mentir de cualquier forma con tal de engrandecer el nombre de la ciudad (y por ende, del país). Aunque parezca una locura, lo cierto es que esta exhibición del museo local tiene bastantes similitudes con las que continúan existiendo hoy en día en Rusia, y que cualquiera que haya visitado una ciudad provincial de dicho país sabrá reconocer. También aparece como elemento iconográfico de importancia la música Rock, que como bien es sabido provocó más que problemas en el Stablishment, quien recelaba de este tipo de música por ir en teoría en contra del sistema.



El final del filme nos presenta la decadencia y la corrupción de la URSS, con un árbol podrido al que nadie ha prestado atención durante todos estos años. Una clara referencia al propio sistema soviético. Demoledor resulta el hecho de que cuando cae una rama, toda la élite de la ciudad, que se encuentra congregada delante del árbol, corren poseídos a llevarse un pedazo. Un pedazo del pastel, que suponía la propia URSS en aquellos momentos, y que serían los nuevos ricos en un futuro. De igual manera simbólica resulta el final, cuando nuestro protagonista consigue escapar de la locura final en una barca. Pero…¿A dónde irá? El mismo rumbo desconocido que toma nuestro personajes es equiparable con el destino de la Rusia de finales de los años noventa, un país con un futuro a todas luces incierto.

Lo cierto, es que si comparamos el cine de Eisenstein con Ciudad Zero, nos daremos cuenta de lo que resultó el principio y el fin de la Unión Soviética, comparar ambas puede resultar un ejercicio más que estimulante, en cuanto ofrecen dos caras de la historia de un país y un modo de vida.

https://neokunst.wordpress.com/2017/03/03/%D0%B3%D0%BE%D1%80%D0%BE%D0%B4-%D0%B7%D0%B5%D1%80%D0%BE-ciudad-zero1988/
Kyrios
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3 de marzo de 2013
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gorod zero es una película rusa de 1988, es una mezcla de drama+comedia negra con bastante surrealismo. La historia es sencilla : Un ingeniero de Moscu va por cuestiones de trabajo a una pequeña y remota ciudad, donde suceden cosas extrañas y no hay manera de que pueda volver a su casa.

Al principio recuerda un poco a la gran película española "amanece que no es poco", pero se va alejando del tono de comedia para ser mas critica y dramática.

Es una buena película, aunque es cierto que se le nota el paso de los años.
trocko
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
31 de julio de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi crítica principal a esta película es su brevedad, se me hizo manifiestamente corta, me faltaba una hora más para ver qué cosas iban a seguir ocurriendo en un aparente sinsentido que cada vez iba cobrando más sentido.
El rostro del actor principal es, en todo momento, un poema.
Mihlius
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
28 de diciembre de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que tienen poco sentido otras que ni la tienen y están estas películas que son una mezcla de ambas.
Una película totalmente diferente, clima nostálgico hasta a veces duda uno si la película alaba la Unión Soviética o la Destruye. Desde mi perspectiva pide la vuelta de una época soviética de la época de Stalin de crecimiento económico pero con dureza ideológica. Pero cada uno tendrá sus puntos de vista.
El argumento es un señor que lo envían a un pueblo nostálgico y le suceden cosas muy extrañas que no quiero decir para no contar nada. Pero todo es muy extraño, debo decir que aun así la película logra generar un ambiente extraño y un final abierto justo y esperable.
Las actuaciones son fenomenales, el actor elegido encaja perfecto como persona mediocre y su cara de preocupación es impresionante.
La recomiendo si quieres ver una película originalmente extraña.
Camarada Juan
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10 de octubre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Ciudad cero", de Karen Shakhnazarov es una comedia absurda en la que, a través del viaje de Aleksei, un ingeniero que se ve atrapado en un extraño pueblo tras ser testigo de un supuesto suicidio, conocemos un catálogo de personajes que viven en un entorno surrealista, falseando y proclamando ficciones propagandistas. En poco tiempo el suceso se convierte en carnaza para todo el pueblo, que trata de elevarlo a símbolo de su identidad cultural, y para ello atrapa al protagonista en una espiral de fabulaciones de la que no puede salir, en la que debe interpretar un papel como el hijo del fallecido para contentar a todos.

El humor de la cinta, plenamente dependiente del enfoque protagonista, es característicamente seco y de expresión contenida. Aleksei, un hombre de escasa iniciativa, se encuentra en primer lugar con un absurdo que le perturba y al que trata de encontrar una explicación plausible mientras éste continúa sucediendo a su alrededor. Pero su insistencia se apaga poco a poco, viendo que no llega a ningún lado. Harto de rebelarse y no entender, acaba por convertirse en un sujeto pasivo, un personaje gris y mediocre manejado por las circunstancias, transformando también, a través de la estupenda interpretación de Leonid Filatov, el tono divertido y chocante de la cinta a una deriva más bien dramática y kafkiana.

Pero "Ciudad cero" no es solamente un notable in crescendo de absurdo que se siente cada vez más alienante y gris, es también una película enmarcada en un contexto claro que marca su discurso y la manera de mostrarlo. Estrenada durante los últimos años de la Unión Soviética, ya en pleno gobierno de Gorbachov, el estado de ánimo de la cinta refleja muy bien ese espíritu decadente de un régimen destinado a terminar, que se mantiene vivo a fuerza de costumbre y dogmatismo ideológico, pero que está dando sus últimos coletazos. Frente a la convicción por la causa política y social, la película se insufla de un autoconvencimiento fabulador, necesario de prestigio y de falsos símbolos para seguir funcionando. Como el milenario árbol que protagoniza una de las escenas, el sistema se encuentra muerto y podrido desde hace tiempo, y dispuesto a ser desmantelado por los mismos que dicen defenderlo. La progresiva deshumanización del protagonista, que le lleva a dejar de luchar contra todo eso pese a que lo sabe falso y ridículo, simplemente por el hastío y la necesidad de pertenencia, es también reflejo de la alienación individual generada por el sistema a fuerza de costumbre, cuando éste ya ha perdido por completo su empuje y capacidad para inspirar compromiso.

Probablemente el propósito de Shakhnazarov con esta película sea criticar el régimen desde la base ideológica del comunismo, aprovechando la inminencia de su fin. Yo personalmente no lo creo, más bien diría que es un canto nostálgico y desesperanzado por unos valores ya desaparecidos o a punto de desaparecer, que únicamente pueden mantenerse en el tiempo como una performance en la que se ha perdido desde hace tiempo todo aquello que los hacía reales. En todo caso, sea cual sea el objetivo final de esta sátira, no le quita ni un ápice de su fuerza como distopía, que desde su perspectiva absurdista construye un orden social vacío de contenido, el cual trata de mantenerse vivo perpetuando sus propios relatos. Y en ese sentido "Ciudad cero" cumple con creces como una experiencia fría y distante, en la que lo chocante deja de serlo para transformarse en un puro síntoma de que algo está alargándose ya demasiado tiempo y ya no queda nada de lo que pudo haber en su momento.


Texto escrito para Cine Maldito.
Ghibliano
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow