Razas de noche

Clive Barker (artífice literario y cinematográfico de "Hellraiser") adapta aquí otro de sus terrores más sugestivos para construir una película tan bizarra como seductora, película que además rebosa un imaginario fantástico completamente excepcional y cuya trama no deja de resultar sorprendente e imprevisible, por lo menos hasta el tercio final, que se deja llevar a una deriva más tópica. Aun así, resulta un filme recomendabilísimo para amantes del terror y sobre todo para los aficionados a los monstruitos, porque el acojonante diseño y variedad de los mismos, amén de la imaginación que se ha derrochado para crearlos, es sin duda lo mejor de la película y un auténtico festín para miradas mórbidas.

Intersantísima y olvidada película que procurará más de una sorpresa al que espere encontrarse un bodriete pop de los ochenta y en cambio halle una propuesta distinta que todavía conserva su fuerza y originalidad a pesar de los años que han transcurrido desde su audaz planteamiento.

"Razas de noche" es uno de esos extraños casos en los que el poder visual de sus imágenes hace de ella un divertido entretenimiento a pesar de que el argumento brille por su ausencia. Baker no se molesta en demasía en explicarnos los compartamientos de sus personajes ni el origen de los extraños sucesos que se nos presentan, y es una pena porque solo hubiera hecho falta tirar un poco de la manta para sacarle más jugo a una interminable ristra de monstruos variopintos que para más inri viven todos juntos en un cementerio, cual casa de los horrores, huyendo de los peligros del mundo exterior o lo que es lo mismo, del monstruoso ser humano.
Pero no se preocupen, porque el fenomenal despliegue del latex y ver al inigualable Cronenberg haciendo de malo hará que hasta el más purista se olvide de esa cosa tan preciada llamada guión.
Para fanáticos del género.

Toda la película en si es una enorme metáfora (tipo Like a virgin según Tarantino). Pero centrándonos en lo que se ve, es un despliegue visual gigantesco que te mete en un mundo impresionante, con detalles tan inquietantes como sublimemente realistas. La historia no es nada del otro mundo, pero está bien estructurada y es entretenida, con trozos de terror del bueno (el de antes) y con gags humorísticos inolvidables. Una película de culto que merece serlo.

El escritor de novelas de terror Clive Barker adaptó aquí su novela "Cabal", que trata sobre un joven con problemas psicológicos (Sheffer) que va a dar a un cementerio dónde se esconden todo tipo de seres deformes y macilentos, muertos vivientes desde lo más inofensivo y racional hasta lo más destructivo y brutal.
Aún pudiendo recordar a la memorable "Hellraiser", no tiene ni su fuerza, impacto o calidad, pero aún así, y pese a la falta de carisma de su protagonista principal, se trata de una película interesante, una alegoría del canibalismo del hombre por el hombre, en un argumento rico en detalles, aunque algo tendente a lo reiterativo y con no pocas simas y huecos en el guión. Eso sí, al inquieto, mórbido y sugestivo David Cronenberg le otorga Baker un sabroso y maléfico personaje.

Buena obra del señor Barker, aunque algo inferior a su genial "Hellraiser". Efectos muy buenos para la época y buenos incluso hoy día, actores bien escogidos y una historia que atrapa por su originalidad absoluta. Poco antes del estreno, la Fox, distribuidora del film, eliminó la mayoría de las escenas gore e hizo desaparecer en su totalidad el personaje interpretado por la cantante Suzi Quatro (la duración original era de 126 minutos). También desapareció una escena en stop-motion de una mujer leopardo cabalgando una criatura reptilesca por las calles de Midian. Desde hace tiempo se oye hablar que Barker está efectuando un director’s cut para exhibirlo en DVD.