La habitación de las maravillas

Siguiendo su línea de retratos femeninos e historias sobre la maternidad, Lisa Azuelos regresa con La habitación de las maravillas, una propuesta optimista y esperanzadora. Es cierto que quizá lo es en exceso y eso puede provocar que cierto público ponga distancia por la inverosimilitud de algunas partes del guion, pero el objetivo de llenar las salas de buenos sentimientos se logra con creces.

Como en otras películas en las que se busca completar una lista de deseos, esta cinta propone también un viaje de últimas voluntades en el que una madre decide vivir los sueños de su hijo en coma. En esta travesía, se muestra hasta dónde llega el amor materno y, a la vez, la protagonista se embarca en la búsqueda de sí misma.

Si la cinta llega a buen puerto es en gran parte gracias a la carismática interpretación que hace Alexandra Lamy de su personaje luminoso y dedicado. Aunque cuente con un final desigual, la actriz consigue dejar al espectador con buen sabor de boca y ligeramente conmovido.

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La actuación de la carismática Alexandra Lamy sorprende al llevar a buen puerto esta historia que de por sí podría ser bastante descabellada para creerte lo que sucede en pantalla. La película nos habla de esperanza y optimismo, algo que muchas veces ante situaciones dramáticas en la vida son difíciles de superar.

Thelma, ha criado sola a su hijo de 12 años, es una mujer hiperactiva que trabaja en unos almacenes de comida, en un despiste su pequeño es atropellado por una furgoneta cuando cruzaba la carretera en skate, algo que le llevara a estar en coma profundo. Nadie sabe si despertara, pero la confianza de la madre es abrumadora y tras encontrar un cuaderno del niño lleno de dibujos donde había anotado unos cuantos deseos para poder hacer en su vida, se arma de valor y decide realizarlos ella con la creencia de que así despertara.

Adaptación del bestseller de Julien Sandrel, bajo un guion de Fabien Suarez y Juliette Sales, los cuales sin llegar a la lágrima fácil consiguen emocionarte en algunas escenas con este amor de madre que rompe fronteras. Podría tomarse como una especie de cuento de deseos lleno de humanidad en la que tienes que entrar sin cuestionarte ciertas cosas.

Dirige Lisa Azuelos (Mi niña, Una semana en Córcega) desplaza el rodaje a Tokyo, Edimburgo o Portugal para nadar entre ballenas para contar esta historia, quizá el final resulte algo embarullado y precipitado, pero el film da lo que promete.
Destino Arrakis.com

Melodrama lacrimógeno con buenas intenciones aunque por momentos demasiado meloso y por momentos demasiado lento.

Buena producción para una película que pasará a ser una más del montón.

La actuación de Alexandra Lamy que interpreta a una esforzada madre dolida por el accidente de su hijo es casi lo único que se rescata del film.

Escribir más no tiene sentido. Es perder el tiempo en una película que no lo vale.