City of Tiny Lights

Sostiene toda la trama un notable Ahmend -qué grande "The night of"- como detective que pasea su pasado y sus búsquedas en esta Londres multirracial y desnortada de nuestro tiempo.
Para mi lo más destacable en esta película es la nocturnidad londinense que acompaña a este Mike Hammer brit-paquistaní, llena de cigarrilos y dobles Turkey sin hielo. El aplomo del protagonista le hace transitar de los clubes de alterne exclusivos a las madrasas más soliviantadas con aparente indiferecia.
Tiene muchos guiños al género detectivesto, y algún personaje disparatadamente divertido - menudo padre-. No inventa la rueda el señor Pete Travis con esta "City of tiny lights" pero entretiene que no es poco.
Tras "Nightcrawler" y la serie "The night of" parece que este joven actor ha puesto los dos pies en la industria cinematográfica con gran acierto.
Nota: 6,25.

Película típica del género noir, que cumple casi todos los tópicos del mismo, sin por ello resultar un pastiche.
La trama básica sucede cuando una chica acude a un detective privado para buscar a su compañera de piso desaparecida. A raíz de algo nimio se empiezan a suceder los eventos, cada vez involucrando a gente de más nivel.

La actuación de Riz Ahmed es muy buena y lleva el peso de la peli, aunque el tema de la voz en off me saca un poco, aquí es de esas ocasiones en que está mal llevada.
La fotografía y la música, sin ser una maravilla, cumplen de sobra.

Ni neo-noir ni thriller ni comedia, esta película es un insoportable culebrón que como buen producto de la casa Netflix, aplica una vez más su receta predilecta: la de los diálogos repugnantes, de pretendida hondura emocional e intelecto, pero que en realidad resultan vomitivos por la falsedad que transmiten, los cuales se sazonan con un argumento lioso, insípido e irrelevante, a partir de la cual vuelve a perpetrar un metraje que para lo único que vale es para arrojarlo a la basura.