Santo el enmascarado de plata vs la invasión de los marcianos

Visionar la filmografía integra de películas protagonizadas por Santo, el enmascarado de plata, supone un doble reconocimiento público: primero por conseguir aguantar la agradecida cutrez de la Serie B-Z azteca y su extravagancia psicotrónica característica y segundo por encontrar todas sus películas (cincuenta y tres para ser exactos - superando en número a las de James Bond, Jason y Freddy Kruger juntas). Únicamente disponibles en su practica totalidad vía importación (creo que en España se han editado sólo unas pocas) o por la emisión en un canal de cine por cable que le dedicó un ciclo.

Para aquellos que nos sentimos encandilados con actuaciones vergonzosas, doblajes desincronizados, pésimos encuadres, combates patéticos y mal rodados, argumentos chapuceros (combinación espasmódica del cine de aventuras, terror, policiaco, comedia, ciencia ficción con combates en el ring de extra) y todo lo propio del sello más charcutero de hacer cine con pocos medios, encontraremos en las películas de Santo (infravaloradas y desconocidas para una gran mayoría) todo un referente y un icono.

Santo no es un superhéroe al uso y disfrute al ser el más humano: un campeón de lucha libre que combate a sus enemigos a mamporros con su portentoso físico y que no mantiene una doble vida al llevar siempre su rostro cubierto con su famosa máscara plateada. Da lo mismo que pida ayuda a Blue Demon o Mantequilla Nápoles, siempre estarán esperándole zombis, mafiosos, vampiresas, psicópatas, leprosos, momias, científicos locos, la hija del mismísimo Frankestein e incluso Drácula y el Hombre Lobo.

Posiblemente “Santo el enmascarado de plata vs. la invasión de los marcianos” sea una de sus películas más definitivas (más propicias al culto de Serie B las de blanco y negro y más bizarras y exageradas las de color) con un sorprendente cartel que poco o nada tiene que ver con la realidad.
Las sucesiones de instantes irrepetibles alcanzan un clímax insondable en el momento “Lluvia de estrellas” con esa cámara transformadora y su contraproducente resultado, con el desintegrador Méliès, con sus defectos especiales insostenibles, con esos planes de los villanos tan irrisorios, con ese alegato contra la energía nuclear, con frases del tipo ‘Es preferible morir antes de que nos lleven a Marte’, con sus momentos religiosos, con ese pedazo autodestructor de la nave a la vista de TODOS y sobre todo al dejar en el espectador la sensación de que esta invasión marciana es la más marciana de todos los tiempos (con permiso de la insuperable obra antimaestra de Ed Wood).

Santo, que no el santo, fue mi héroe de la niñez, tan es así que fíjense en mi apodo para entrar en esta página tan atrayente que es Filmaffinity.

Hablar o comentar una de sus películas es hablar o comentar todas ellas al mismo tiempo pues desde la menos mala hasta la más ínfima son, en realidad, grandiosamente deliciosas..... No conozco ningún cine tan estrepitosamente horrendo que, sin embargo, haya alcanzado tales niveles de seguidores, tal encanto personal, tamaña grandeza del personaje...

Yo que no soy mejicano sino español de Andalucía prefería mil veces asistir a una película de Santo que a cualquier otra de esos héroes endulzados y todo poderosos de los yankis. Por otro lado, en algunas de sus películas, como esta, aparecía un luchador de mi tierra al que había visto varias veces en directo en las noches de verano de mi cuidad... Benito Galán, el malo entre los malos..... El villano entre los villanos del cuadrilátero de las veraniegas noches sevillanas.

No tuve la suerte de ver nunca a Santo en persona sobre un ring pues aunque ya soy bastante mayor él lo era aún mas y cuando sus películas empezaron a aparecer por mi tierra él ya no luchaba profesionalmente aunque creo recordar haber leído que venció al Ángel Blanco, al que si llegué a ver, y le arrebató la máscara.

En fin, el héroe entre los héroes que no podrá nunca ser superado.

Y finalmente dar las gracias a las personas que llevan esta página por haberme hecho caso y añadir a la lista de películas las del enmascarado de plata.

Como fan de las películas estrambóticas, esta me ha encantado. Un luchador mexicano, que jamás se quita la máscara y ayuda a los niños, se enfrenta contra una raza superior de extraterrestres. El cutrerio está servido, las luchas poco elaboradas y las chicas en paños menores no paran en la hora y media que dura. Te hechas unas risas buenas, además, por primera vez en la historia del cine, los marcianos no aparcan en EE UU.

La primera vez que vi una pelicula de " el Santo" tenia 8 años, era "Santo contra las lobas" hoy veo la pelicula y me rio con ganas de las malas actuaciones, los espantosos y risibles efectos especiales y las siempre desfazadas escenas de peleas, pero a esa edad que la vi la pelicula si me causo miedo. En verdad celebraba cuando "el Santo" aparecia y le daba su paliza a todas esas lobas con roña y sarna. A lo que quiero llegar, es que esta clase de cine y a este personaje no se le debe ver con ojos de adulto, ni con un gran ojo de cinefilo, sino que en realidad ese cine era muy infantil y asi hay que verlo "peliculas para niños". El Santo es un heroe de taquilla por que en verdad solo su figura, su mascara y nombre, eran capaces de salvar de la debacle economica a los productores de estas infames peliculas, por que tenia ese iman, carisma y poder de convocatoria que muchos actores quisieran tener. El poder de el Santo" tambien radica en que es muy humano, aunque sus enemigos no lo fueran. el Santo invoca a enfrentar esos miedos colectivos con patadas y karatazos al por mayor.

Las películas de Santo, el enmascarado de plata, están dentro de ese subgénero, propio de México, de luchadores enmascarados, como Mil Máscaras, Neutrón o Blue Demon, que sustituyeron a las películas de superhéroes estadounidenses o los péplums italianos en la tierra de Cantinflas.

En esta ocasión, Santo se enfrenta a unos marcianos, que mezclan las buenas intenciones de "Ultimátum a la Tierra" con la mala baba de "Mars attacks"; así, quieren obligar a la humanidad a que llegue a la paz mundial y si no, nos exterminarán a todos. Resulta gracioso como solucionan el tema idiomático, que tan buen juego dio a la reciente "The arrival" , aquí directamente los marcianos dicen, en la primera escena, que hablarán español porque es el idioma del lugar al que van, y así se acostumbran. Glorioso. Y resulta también curioso esa preocupación por la coherencia argumental (¿?) mientras visten unos calzones brillantes y las marcianas van en bikini.

La película es una sucesión de combates de Santo con los marcianos: en el parque, en el laboratorio, en la sala de entrenamiento, en el ring, en el jardín, en el bosque y en no se cuantos sitios más; son peleas muy largas y que nunca acaban en nada. Pretenden secuestrar a Santo al ser un ser "excepcional". Los marcianos emplean unos aparatos teleportadores que hacer un ruidillo muy gracioso. Todos son rubios y depilados. Hitler llegó a Marte. En fin, un guión propio de un programa infantil, tipo "El Chapulín colorado", con diálogos risibles, pero como tantos otros de los filmes de Corman o sus imitadores, allá en los 50; sin embargo ésta se rodó solo dos años antes de "2001 Una odisea en el espacio". Si Santo se pelea con el monolito lo deja aún más tieso.

En fin, un filme de serie Z, de un género muy particular y muy anclado en los años 60-70. Sólo apto para cinéfilos de aficiones a lo bizarro.