La mujer en la ventana

Esperaba con muchas ganas y expectativas esta película. En parte por su semejanza argumental(a priori) con una de mis películas favoritas, "La Ventana Indiscreta", y en parte por el buen elenco de actores con el que cuenta, además de un director que siempre nos ha dejado películas interesantes y de nivel.

Durante la primera hora de película podía conformarme con lo que estaba viendo, no al nivel de las expectativas que traía, pero sí me parecía algo aceptable. Sin embargo, la última media hora es un bochorno, de lo peor que he visto en los últimos años. Hay un punto donde la película pasa de ser un thriller aceptable a ser una película de terror barata para adolescentes de 14 años. Y todo ello con giros de guión sacados de absolutamente ningún sitio.

La película comienza con una de las escenas más conocidas de "La Ventana Indiscreta", lo que ya en sí me parece un descaro siquiera compararse o referenciarse con tal obra maestra, a la que esta película ni se parece ni le llega a la suela de los zapatos. Además le copia planos de manera descarada, algo que seguramente esté hecho a propósito como "referencia" pero que lo único que consigue es desmerecerla.

Por sacar algunas cosas positivas, la actuación de Amy Adams es bastante buena, así como la de Gary Oldman durante las pocas escenas que tiene(el resto del reparto sin más, nada que merezca demasiada reseña).
Además, como ya he dicho antes, la primera hora es bastante digna, aportando una tensión medida y adecuada y una intriga interesante. Una pena que llegado un punto alguien(¿de Netflix?) decidiese que lo mejor era volar por los aires la película y convertirla en un entretenimiento pobre más de los que Netflix saca a patadas.

Por último, me gustaría saber si la adaptación a la novela está bien realizada, ya que no la he leído y me cuesta creer que todo un best-seller alabado por Stephen King se asemeje a la película que acabo de ver.

Obviamente, es imposible llegar a la suela de los zapatos de 'La ventana indiscreta' ('Rear window') del maestro del suspense Alfred Hitchcock, pero sí se podría hacer algo parecido medianamente decente. Esta película no es el caso. Se queda en un casi. En un quiero y no puedo. En un "lo hacemos y ya vemos" y lo que vemos es un resultado cinematográfico mediocre. Y es una pena, porque nos habría encantado que esta película nos gustase más.

En la historia del cine se han hecho reboots del clásico de Hitchcock, como el telefilm 'Crimen misterio' ('The darklings') protagonizado por Suzanne Sommers, Timothy Busfield, Martin Sheen y Tippi Hedren; el telefilm 'La ventana de enfrente' ('Rear window') protagonizado por Christopher Reeve, Daryl Hannah y Robert Forster; y la conocida película 'Disturbia' protagonizada por Shia LaBeouf, Carrie-Anne Moss y Viola Davis. Esta última tuvo éxito en taquilla y resultó ser bastante entretenida, pero sin más. Ninguna es ni de lejos lo que es 'La ventana indiscreta'.

'La mujer en la ventana' ('The woman in the window') es un thriller psicológico que nos presenta a una mujer con agorafobia, incapaz de salir de casa, que se pasa los días en bata, con sus dramas, sus problemas mentales (muchas pastillas), que lo único que hace es cotillear a sus vecinos y llega a obsesionarse bastante con los recién mudados a la casa de enfrente, tras varias situaciones turbias que presuntamente presencia.

¿Es entretenida? Sí, pero no muy allá. ¿Merece la pena verla? Es como un telefilm de sábado por la tarde en Antena 3, pero con bastante más presupuesto. Al menos hay grandes actores conocidos como los oscarizados Gary Oldman y Julianne Moore, aunque seguramente haciendo de las interpretaciones más flojas de sus carreras. ¿Lo mejor de la película? Pues la protagonista, la gran actriz (casi oscarizada) Amy Adams, haciendo un trabajo más que notable. La actriz tiene 6 nominaciones a los Oscar, y mucho me temo que no va a conseguir la séptima por esta película. Quizá ni consigue la nominación al Globo de Oro. Ya veremos.

Me resulta difícil ponerle un seis de media a La Mujer en la Ventana. Wright es muy buen director: Expiación; algunos episodios de Black Mirror; Orgullo y Prejuicio o Anna Karenina, ponen de manifiesto que le gustan los dramas y que algunos se le han dado muy bien –por no decir la mayoría-. No sé en qué momento se impuso en este director el modo teatro –yo diría que con Anna Karenina en la que seguro todos podemos recordar escenas muy parecidas a las vistas con esta, (ese caballo blanco rompiéndose una pata con un fondo rojo sangre; Anna con un fondo que se oscurece igual que la relación con su amante, etcétera). A la obra de Tolstói le pega esa teatralidad que da Wright, pero A. J. Finn ha elegido mal a su representante legal. La suya no es una obra maestra rusa, sin embargo trata un problema muy difícil de llevar al cine para que el espectador sienta empatía por este transtorno. En su obra, Finn realiza un trabajo enorme con descripciones que son muy necesarias (porque los celos los conocemos casi todos, la agorafobia y todo lo que conlleva no tanto), por esta razón yo hubiera elegido a David Fincher, que sabemos que la psicología se le da de lujo o si me apuráis –y no, no estoy de coña- a Tom Ford. Fincher ya dirigió Perdida de Gillian Flynn con muchísimo acierto, pero Ford hizo otro tanto con el libro Tres Noches (que todos conocemos como Animales Nocturnos) de forma impactante. A Wright esto se le ha quedado grande. Omite detalles imprescindibles sin los que el espectador no se va a enterar de la mitad y la otra le va a parecer una obra de teatro muy bien hecha.

Sin embargo, la fuerza interpretativa de Amy Adams y de Gary Oldman hace que tenga que subir un poco la puntuación. Es cierto que Adams no puede hacer lo imposible sin un buen guion y su talento, al igual que el del resto del elenco, se resiente bastante, aunque están todos estupendos. Todos, porque ninguno lo hace mal. Insisto en que aunque a Wright se le haya atragantado un pelín la novela de Finn y no le haya sabido dar ese toque que le hacía falta tampoco es un director de suspenso nunca.

La verdad es que espero que la cinta sirva para llevaros a la novela, aunque sólo sea por curiosidad, porque es muy buena.

Adaptación del bestseller de A.J. Finn. La película se rodó en 2018 y terminó siendo el último proyecto de Fox 2000 antes de la desaparición del estudio por la compra de Fox por parte de Disney. Los primeros testeos dieron bastante mal, se contrató a Tony Gilroy para que haga nuevas escenas y luego quedó en un limbo, debido a la pandemia, hasta que Netflix la compró.

Una película que recibió muchos palos, no le está gustando a nadie… pero en mi caso, a mí me pareció bastante aceptable y correcta. Personalmente, se la está atacando un poco de más.

Ya que el hecho de que la premisa se parezca a La Ventana Indiscreta (sin duda un Películon), ya es excusa para que todos los expertos digan que es una basura. Pero quitando la obvia referencia, este "estreno" es entretenido, no es nada del otro mundo, pero cumple bastante bien, siendo una opción para algo de sábado a la noche.

Está bien filmada, buena fotografía, aparte siempre disfruto la música de Danny Elfman, es sin duda de mis compositores preferidos, fue la primera razón para que la viera.

Amy Adams está bien como una persona que sufre inestabilidad mental, pero igual su Oscar está muy lejos todavía.

Pero sentí (como punto negativo) un desperdicio en las elecciones de Julianne Moore, Gary Oldman y Jennifer Jason Leigh, el guión no les da la oportunidad de tener su momento, son papeles que cualquier actor/actriz lo hubiese hecho, incluso el más desconocido posible.

La Dra. Anna Fox, que sufre de agorafobia (miedo a los lugares y las situaciones que pueden ocasionar pánico, impotencia o vergüenza), pasa sus días encerrada en su casa de Nueva York, bebiendo vino mientras ve viejas películas y espía a sus vecinos. Un día, mientras mira por la ventana, ve algo que sucede enfrente de su casa, en el hogar de los Russell, una familia a la que todo el barrio toma por ejemplar...

Nota: 5/10
Amarillo, Pulgar Arriba

Una historia de una mujer, la psicóloga infantil Anna Fox (Amy Adams), que padece agorafobia y pasa sus días sin salir de casa, tratando de resolver sus ataques de pánico y sobrellevando el dolor de una pérdida por la que está inmersa en una depresión y su propia culpa.

El film presenta diversos “homenajes” tanto en forma y fondo a películas muy conocidas tales como La ventana indiscreta o Copycat, de los que copia demasiado aunque no para bien y abusa con tanto guiño.

El guion hace aguas por todas partes, faltando a las bases más elementales de la coherencia interna en la historia, y más allá de plantear una historia en la que su protagonista se debate entre realidad o locura, son los elementos que no te dan (desconozco si se encuentran en la novela de Daniel Mallory, que utilizó el seudónimo de A. J. Finn) los que provocan que en esencia nada tenga el menor sentido, giros insulsos, personajes vacíos y estereotipados y un montaje convulso y caótico que lejos de alinearse con la enfermedad mental solo refuerza la falta de dirección del material.

Se trata de una cinta que cuida sus apariencias, pero que no puede salvar ni su gran elenco con Amy Adams a la cabeza ni el por lo general solvente Joe Wright, ya que todo está construido sobre un andamio demasiado endeble, y no solo porque toda la historia pueda eliminarse con la aparición de unas cortinas, eso ya lo resolvió Hithcock en su momento.