El soldado perdido

Preciosa película! perfectamente ambientada, con un ritmo pausado que no lento, y un punto constante de angustia. Basada en hechos reales solo veo un defecto técnico de algo que no pudo suceder en el modo que se presenta, pero que nadie o muy pocos que no sean profesionales de la aviación apreciarán.

El papel de la protagonista es muy notable, las interpretaciones creíbles , la ambientación esmerada, en especial la localización de esos humedales que si no está rodada en China nadie lo diría, y el film mantiene la atención durante toda su duración.

Muy recomendable a pesar de algunos, porque en mi opinión ofrece algo más que entretenimiento.

Existen (y existieron) innumerables hombres y mujeres que han realizado acciones del más alto significado… pero, solamente los recuerdan aquellos que recibieron sus favores y algunos pocos que se enteraron del hecho. ¿Resta, esto, importancia a lo que hicieron? Yo creo que no, y en el registro Akásico del universo, esos actos de valor, generosidad y/o sacrificio, permanecerán atesorados para siempre.

Al director danés, Bille August, lo atraen muchísimo estos personajes. Desde, “Pelle el Conquistador”, pasando por, “Smilla, sense of Snow”, “En Sang för Martin” y “55 Steps”, encontramos personajes a los que casi nadie recuerda, pero que hicieron de su vida algo de muy alto significado.

Basada en hechos reales, y partiendo de una historia escrita por, Zi Ling, Greg Latter y Bille August, <<EL SOLDADO PERDIDO>>, también se ocupa de una valiente y maravillosa muchacha que, tras haber quedado viuda -la guerra le quitó a su marido y la dejó con una pequeña hija-, de pronto se verá ocupándose de un piloto de la fuerza aérea estadounidense quien, tras evacuar a sus hombres del bombardero en que venía lanzando terribles bombas contra objetivos japoneses, termina colgado de un árbol en territorio chino donde corrieron a esconderse.

Bien sabido es el fuerte apoyo que, también China, prestó a los aliados durante la II Guerra Mundial, y la joven Ying (Yin-gá), va a ser ejemplo de compromiso político, sensibilidad y recursividad para sostener con vida a este joven oficial. Pero, como suele ocurrir en la realidad, muy pocos recordarán su sacrificio… y quizás nadie sea capaz de hacer por ella lo que bien se merecía.

El director, Bille August, nos trae ahora un filme sobre la guerra, pero, como es habitual en su filmografía, también aquí cuenta más la guerra interior: los temores, los riesgos, la incertidumbre, el amor que se resiste a expresarse… y con todo esto, construye unos personajes llenos de vitalidad, siendo muy especialmente, la joven Ying (magnífica y muy conmovedora interpretación de, Liu Yifei), la que enamora y convence con su invencible entereza.

“Al amar a una persona, uno debe tener un corazón eternamente inmutable”, dice en un poema atribuido al hada Zi Ling, de quien, la coguionista tomó su seudónimo, y la joven viuda china, dará prueba de una coherencia semejante, lo que llevará a que nos duela profundamente todo lo que sucede en las escenas finales del filme que, quizás a nadie dejen satisfecho, pero que aceptamos porque dan cuenta de la penosa realidad que, a veces, afrontan los que han hecho grandes sacrificios… pero, donde quizás ni se espera, es bien seguro que llegará la recompensa.

Aunque solamente hasta 1945, China pudo derrotar a Japón en una batalla decisiva y expulsarlo de su país, la resistencia de sus soldados y sus guerrillas, mantuvo cercados a cerca de 1.600.000 soldados nipones que se hubieran necesitado en muchos otros frentes; y también fue, China, de gran apoyo para los aviones americanos que, tras atacar a Japón, descendían en su territorio para hacer recargas de combustible que les permitieran volar hasta los EE.UU.

Muchos héroes anónimos contribuyeron a la gran derrota del nazi-fascismo y, por ahí estuvo la guapa, Yin-gá, asegurando la subsistencia de un piloto que había dado fuertes golpes a los fascistas japoneses.

Sin duda, <<EL SOLDADO PERDIDO>>, es un filme bien digno de verse.

Es una película agradable de ver, por la ambientación de la aldea donde tienen lugar los hechos y por sus protagonistas, madre e hija en la ficción. Sin embargo, su argumento es demasiado previsible y algunos momentos dramáticos podrían haberse filmado mejor.

Destaca el papel de Liu Yifei, una joven que perdió a su marido en la guerra y que se gana la vida trabajando la seda en su propia casa. La seda que obtiene la intercambia por dinero o por alimentos, y así mantiene a su pequeña hija Niuniu (encantadora Fangcong Li) y a unos suegros, que, en ocasiones, no son lo suficientemente agradecidos.

Cuando en la aldea aparece un soldado estadounidense herido (un correcto Emile Hirsch), la joven no duda en socorrerlo, a pesar de las posibles represalias de las tropas japonesas que ocupan la región. Uno de los aspectos peores de la película es su villano, un jefe japonés malo malísimo.

Yo la recomiendo para los aficionados a los dramas bien ambientados, pero no para los amantes del cine bélico, ni para los aficionados a los guiones con sorpresas.

Está basada en hechos reales, concretamente en la incursión Doolittle de 1942, una operación de castigo de la aviación norteamericana sobre Tokio, que todavía no disponía de todos los medios técnicos para salvaguardar a sus pilotos.

Dramática historia, para mi gusto bien actuada y dirigida. Mantiene siempre vivo el interés del espectador y hace que nos metamos rápido en la historia. No es una película con mucha acción y aunque es pausada no aburre. La duración es muy acertada, si hubiera sido más larga quizá se hubiera hecho algo pesada, pero como digo tiene la duración justa y necesaria para contar la historia, sin rodeos y manteniendo la expectación y el interés en el desarrollo.

El soldado perdido es una historia que ya hemos visto mil veces. O millones.
A saber: soldado enemigo cae herido durante una batalla y se enamora de mujer que lo acoge para ayudarlo a recuperarse. Entre medias, mucho drama (pero mucho), un final que naaaaaaaaaadie se esperaba (entiéndase la ironía), un buen y notable esfuerzo de producción (al César lo que es del César) y unos Emile Hirsch y Liu Yifei que hacen lo que pueden con los pobres personajes que les han dado y las situaciones dramáticas, que no son más tópicas porque ya es imposible.
En general, muy pobre en lo narrativo y muy poco interesante.

Lo mejor: Emile Hirsch, que siempre es un valor añadido en cualquier película en la que participa, y el esfuerzo notable de producción.
Lo peor: Es de una vagancia narrativa que asusta.