Réalité

Subyugante film francés, hablado tanto en ese idioma como en inglés, que supone un refrescante divertimento...siempre que uno/a logre entrar en la fantástica historia y no salirse de ella.
Yo lo logré, felizmente, y debo decir que la gozé, aunque bien es cierto que es algo desigual en cuanto a situaciones, que varían desde la fantasía más pura, hasta la ciencia ficción, el humor surrealista..todo se toca y creo que con alta nota.
Es una cinta peculiar, claro, que no es fácil de ver por cuanto nada tiene lógica aparente, pero, repito, si entras en ella desde el comienzo, gracias a sus fluidos y cachondos diálogos, chistosos gags visuales y pintorescas situaciones, la sonrisa no se le quita a uno de la cara, existiendo, además, algunos momentos verdaderamente cachondos, de risa franca.
Además, está magníficamente interpretada por Alain Chabat y Jonathan Lambert. A Chabat ya le conocía por sus divertidos papeles en anteriores filmes franceses de éxito en España, al resto no tanto, aunque me he alegrado de ver que John Glover, un actor yanqui que siempre me gustó en el pasado (solía hacer de malo, de asesino, psicópata...) y del que no tenía noticia desde mucho tiempo atrás, está vivito y coleando. Bueno, un poquito mayor, pero es lógico.
Un muy buen film, inteligente, divertido y que invita a la reflexión con respecto a temas como la creación del arte, la ambición, los sueños y anhelos del ser humano, y sus más íntimos secretos...que pueden llegar a ser del domino público.

Realité es una magica pieza de la busqueda de una visión científica del guión.

Cómo rizar el rizo en 87 minutos.

Esta peli del viejo amigo de los neumáticos es exactamente eso. Rizar el rizo en 87 minutos, y rizarlo bien, casi hipnóticamente. Hacerlo con sabiduría, belleza y sensibilidad. Es el viejo juego de las muñecas rusas, ya sabes. Espero que te guste. Un 10 le he puesto en estos tiempos oscuros y mediocres.

No me extraña que haya tan pocas críticas de esta película. Debe gustar a quienes tienen la capacidad de ver más allá de lo normal.
Surrealista, aprovechando los sueños, típico del surrealismo, pero con un método tan confuso que decepciona.
No me ha arrancado no una sonrisa. No me ha interesado, como no ha interesado a mucha gente.
Ya se sabe que el surrealismo es juntar cosas que nada tienen que ver y en esto la película acierta. Pero el capricho del director queda muy lejos de lo que puede esperar el público.

Réalité, fraternité, igualité… o algo así dicen nuestros vecinos, que de vez en cuando nos deleitan con películas tan raras y a la vez tan asombrosas como esta.

Quentin Dupieux es un director muy poco convencional, por no decir raro de cojones, y es en sus rarezas donde está el gusto. Cuando empiezas a ver esta “cosa”, más vale que estés bien atento porque te toca usar la parte del cerebro que te ayuda con los sudokus. Si en algún momento ves que la escena ha cambiado, los personajes hablan sin sentido, tienes un déjà vú, o te sientes desorientado… no te preocupes, es totalmente normal y deja que la película acabe. Cuando aparezcan los créditos, sentirás que todo encaja a la perfección de forma casi mágica, y el orgasmo te vendrá de golpe. Si no es así, puede que te hayas echado una cabezada momentánea, o te hayas ido a cambiarle el agua al canario sin darle al pause.

Pero, aparte del “twister” que Quentin Dupieux hace con el guion y con nuestros cerebros, ¿tiene algo más destacable? Bueno sí, el sentido del humor sarcástico y bizarro que te hace dibujar una sonrisa estúpida en la cara, sin llegar a reírte a carcajadas (eso sería poco gafapastil). Nada más.

Dupieux dirige, escribe, fotografía y compone la banda sonora, por tanto, nada escapa a su control, y consigue lo que pretende: hacer un rocambolesco experimento con el guion cinematográfico, obligando al espectador a pasar por sus aros argumentales y por sus absurdas situaciones y diálogos. Trata al público como cobayas de laboratorio, y como tales, algunos recibimos el premio si hemos seguido bien los pasos, y los que no hayan seguido a rajatabla las directrices… ¡ay de esos!

Recomendada para cobayas obedientes.