Haz click aquí para copiar la URL

Viaje a Surtsey

Aventuras. Drama. Comedia Iñaki y Mateo, dos amigos de toda la vida, comparten la pasión por la montaña. Mateo es alocado y visceral; Iñaki, prudente y formal. El tiempo ha pasado y cada uno ha seguido su camino. Los dos se casaron y tuvieron hijos pronto, pero mientras que Iñaki ha prosperado, la vida de Mateo es un rotundo fracaso. (FILMAFFINITY)
1 2 >>
Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
22 de noviembre de 2012
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desechando paternalismo y condescendencia, me gustaría ser más indulgente con una ópera prima, hecha además a cuatro manos. Pero con estos pecadores de la pradera, es que no puedo, no puedo, ¡Halsss!. Bueno, en serio; es una peli fallida de cabo a rabo. No hay por dónde cogerla. Si hubiera que definirla con una palabra sería "gelatina": blanda y pegajosa. Ni guión, ni actores (pobres, no es su culpa: imposible defender unos personajes tan mal definidos), ni fotografía (y eso es un pecado: filman en Pirineos; si no hay que hacer casi nada, joder, plantar la cámara y entender de fotografía). En fin, nada de nada.
Y no soy indulgente (por lo visto, tampoco lo son el resto de usuarios) por unas declaraciones de los directores: "hemos hecho la película que queríamos". Pues amigos míos, si esto es lo que queriáis, de verdad os lo digo, cambiar de trabajo: dirigir pelis no es lo vuestro. Acepto que un debut sea fallido, siempre que tenga "algo", incluso aunque no tenga nada, pero sacar pecho cuando no hay músculo es un pelín patético. De verdad, hacedme caso, Ed Wood sólo ha habido uno en la historia del cine...

Ofrezco un 2, porque no puntúo con unos
Replicántropo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de septiembre de 2013
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aún inmersos en una lacerante crisis económica internacional, sin contar lo que nos queda, el cine o la industria cinematográfica, para ser más exactos, es consciente de que la solución a estas limitaciones no es dejar de hacer películas, sino tratar de preservar los valores que definen al séptimo arte con menores inversiones y presupuestos más ajustados. En definitiva, una crisis económica no es excusa para justificar una crisis creativa o artística. La primera depende de coyunturas políticas y legislaciones; la segunda depende del talento que sea capaz de demostrarse por parte de los profesionales que sostienen el entretenimiento audiovisual en este país.

Viaje a Surtsey parece caer en este saco roto de indiferencia y rebeldía. Un producto que responde al refrán arquetípico de “películas baratas que acaban saliendo caras”. Durante todo el metraje se perciben lacras y limitaciones artísticas mucho más insalvables que el consabido problema financiero que arrastran la mayor parte de los cineastas. De hecho, un cinéfilo ducho es capaz de percibir y valorar que, en algunas películas, el ajustado presupuesto supone su gran aliciente y su baza a favor sobre el material que está presentando. Pero insisto: en este debut de Javier Asenjo y Miguel Ángel Pérez las cavilaciones sobre el presupuesto tratado serían una mera anécdota comparada con la alarmante e insultante carencias de ideas, seriedad y rigor profesional.

Más allá de su estilo de planificación amateur, frecuente en los primeros cortometrajes de los jóvenes universitarios al principio de la carrera, esta película aúna un rechazo de todos aquellos elementos que un cinéfilo purista espera encontrar en un producto decente: un estimulante diseño de sonido, un hábil trabajo de cámara y un montaje sensitivo ajustado.

Su dirección de fotografía, en concreto la iluminación en interiores, me hace creer que el responsable jamás ha cogido un libro sobre la teoría de su función para hacer un trabajo digno. La disposición de cámara y su elección de planos responde a la más absoluta arbitrariedad y espontaneidad, sin ningún respeto hacia el poético tratamiento de la coherencia jerárquica y el estímulo de las emociones en base a un encuadre.
Todo ello atropellado, confuso, injustificado, al igual que la zafia gratuidad de su guión y de los personajes a los que da protagonismo.

Tenemos un paisaje natural, depresiones montañosas, bellos exteriores y un viaje de evasión, ingredientes que resulta casi imposible saber cómo han podido ser tan desaprovechados. Olvídense de una aventura de expiación, de una búsqueda de redención de la vida y la ciudad, de una reflexión alegórica sobre la lucha entre el hombre y la naturaleza. Olvídense, en definitiva, de cualquier cosa que plantee un sentimiento profundo o elevado.

Nuestros protagonistas son personas vulgares y chabacanas cuyas intervenciones verbales solo causan desagrado, estupor y hastío. Decían sus directores que esos personajes estaban creados de tal forma que, incluso en altos picos de montaña alejados de la civilización, el espectador podía identificarse con ellos. Francamente, me cuesta creer que cualquier espectador con dos dedos de frente pueda identificarse con unas creaciones tan vulgares y carentes de interés en su escasa o nula lucha dramática interna. Con la excepción de la aparición del célebre actor de doblaje Pep Antón Muñoz, una delicia de ver y escuchar.

La narrativa del film se desarrolla a través de impulsos y espasmos intentando soterrar, a través de los chistes baratos y las carcajadas incesantes, su plano devenir de acontecimientos, sin altibajos, sin puntos de giro, sin efectos de impacto que cabalguen o transiten hacia algo donde se vea un respeto por la teoría del guión cinematográfico. Esto se une a su montaje arrítmico, distópico e igualmente arbitrario, donde cuesta encontrar una sola secuencia en la que se denote un tratamiento del ritmo interno del relato, o una igualdad entre el movimiento del montaje con el movimiento interno del plano.

Pasada la primera hora de película y sumido desde hacia tiempo en el tedio y la indiferencia (éramos 12 personas en el preestreno y ya nadie miraba a la pantalla), a uno le queda la sensación de que Viaje a Surtsey es una película que responde al interés de unos amigos aficionados por reunirse con otros amigos, hacer algo para pasarlo bien y, si se tercia, compartir esos ratos de bufonesca e insustancial camaradería en una sala de cine donde algún iluso desprevenido vaya y espere ver algo interesante.

Para poner la guinda al pastel, es rondando los 80 minutos de metraje cuando podemos disfrutar del plano más rescatable de la película: un travelling aéreo giratorio sobre la cima de la montaña a la que los protagonistas les ha costado tanto llegar. Un recurso visual que el señor Roland Emmerich repetía cada 10 minutos, o menos, en 10.000 B. C. para tratar de ocultar su emergente inanidad narrativa.

Una película que nos presenta una escalada sin emoción, un viaje sin sorpresas y una película sin rigor está muy lejos de ser el estímulo o la solución a la crisis tan galopante que, a veces, se cuela por una sala de cine. La creativa, no la económica.
Weis
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
30 de septiembre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay poco que decir respecto a este largo-metraje. El problema es precisamente ese: que demasiado largo cuando quizá debiera ser un corto.

Técnicamente es pésima: La fotografía es muy deficiente o no existe. Parece que haya sido rodada con luz natural o con la luz que había ese momento en el interior. Dice ser grabada en 16mm. No se aprecia la calidad de la película, hay algo en la cadena flaquea: puede ser la calidad de las lentes usadas o un fallo en el proceso de telecinado. La cámara se mueve demasiado. A mi juicio hubiera sido más efectivo cambiar la 16mm por una DSLR un poco potente con un sistema de steady cam y ofrecer mejor calidad y estabilidad en la imagen. Eso o contratar a un operador mejor.

El nivel interpretativo de los actores está al nivel de los recursos técnicos. Bueno, quizá un poquito por encima. Hay ciertos diálogos tan sonrojantes que sólo le hace falta un 'break' de batería para ver si el espectador pilla el 'gag'.

Lo más salvable es la banda sonora de Aaron Thomas, sobre todo los pasajes instrumentales que por lo general suelen casar muy bien con las imágenes de los paisajes.

En resumen: Hubiera sido mucho mejor haber cogido todo el presupuesto y hacer un corto más que digno con mejores actores, mejor iluminación y mejor equipamiento de rodaje. Todos saldríamos ganando. El equipo artístico y el público.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ortofon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9 de octubre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la película se caracterizan de una manera un tanto exigua a través de los actores Raúl Fernandez de Pablo y Lucas Fuica las dos personalidades opuestas que el crecer tras una adolescencia de juergas y excesos puede formar. Por un lado tenemos al fracasado, Mateo, típico personaje por el cual no ha pasado la madurez y continúa siento el libertino quinceañero de siempre, cuya testarudez le ha acarreado inestabilidad, la separación y un hijo indeseado al que apenas ve; es el eterno post-adolescente, como diría Nega. A pesar de todo siente repulsión ante el proyecto de vida de su amigo Iñaki, un hombre de familia que tiene un hogar y una vida completamente sosegada.

Juntos deciden ir al norte de España a pasar unos días para rememorar viejas parrandas que irán contando a lo largo de la película, pero con un añadido, se atreven a llevarse a sus hijos. Mateo irá reprochándole esta decisión durante todo el viaje y, finalmente mantienen una gran discusión que se llevaba augurando desde el principio que comienzan a chocar sus análogos modos de vida.

La película es mala hasta decir basta, explico esto: la forma de actuar, para empezar, da repelús, los niños ni los menciono pero el que para mí ha sido una gran decepción ha sido Raúl Fernandez de Pablo, al que anteriormente había visto en la serie de Antena 3 El Internado y creo que, junto a Luis Merlo, era el único actores que no pondría en el paredón. Pero en esta entrega denota grandes carencias, el otro protagonista, Lucas Fuica, que interpretaba a Iñaki también era terriblemente nulo a pesar de que parecía tener la misma personalidad que interpretaba en la vida real. No se salva nadie del reparto.

Luego el guión y los diálogos en general están muy desaprovechados en general, tiene algunos planos y paisajes (que por cierto es lo que salva a la película) donde podría haber rodado una escena espectacular aportándole un matiz de profundidad interpretativa y diálogos un poco más trascendentales, en lugar de ello las conversaciones giran en torno a temas demasiado mediocres que en ocasiones resultan conversaciones de ascensor, el que más me marcó fue el "diálogo" si así lo podemos llamar sobre la música entre el chico (Lucas Utray) y la chica (Elisa Drabben). Tengo una ligera idea de lo que decía pero como no lo recuerdo de manera textual no me arriesgo a ponerlo, solo adelanto que era patético, cuando se preguntaron el uno al otro ¿qué música escuchas? me agarré a la butaca pensando: aquí viene lo bueno. De verdad que no soy creído pero creo que podría haber hecho yo mismo un guión mejor que ese y cualquiera de los que leáis esto pensaríais lo mismo de vosotros mismos si escuchaseis este y otros diálogos. ¡Guionistas! (son los directores, por cierto), ¡tenéis a dos adolescentes a miles de metros de altitud en pleno entorno salvaje, con unos padres que antaño fueron muy aventureros y que algo les habrán enseñado sobre la belleza del mundo ¿y solo se os ocurre escribir esto?! Contra los niños no voy a arremeter porque bastante tendrán en el futuro cuando vean lo que hicieron un día.

Tengo la sensación de que realmente los directores han querido rememorar viejos tiempos viéndose a sí mismos en los dos amigos, pues tenía tintes muy sentimentales, que a pesar de la funesta forma de expresarlos se intuye lo que quieren decir. No creo que se hayan tomado muy en serio la obra y será por ello por lo que ha quedado como ha quedado, más producida por vivir una buena experiencia que por crear arte.
supertramp96
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
20 de julio de 2014
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay tantas películas españolas con baja puntuación que cuando veo alguna que merece la pena creo que es necesario compartirlo. Recomiendo esta película a pesar de su sencillez y aspecto amateur porque es una pena que cuando estamos navegando por el filmaffinity la descartemos por su baja puntuación (injusta). Realmente la historia coge forma y acaba emocionando casi inesperadamente. Los actores encarnan perfectamente a cuatro personajes que se van haciendo creíbles a lo largo de la película. Resulta agradable, entretenida, tierna y especialmente recomendable para amantes de la montaña.
moloin
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow