La cabalgata del circo

Antigua película argentina, rodada en blanco y negro, de la que ví una edición remasterizada. Una familia de personajes circenses recorre en una caravana de carretas el interior del páís mostrando su arte. Trapecismo, clowns y, eminentemente, pantomimas o breves estampas literarias que, a modo de teatro, incluyen un relato cómico o tágico cantado. En el desarrollo de estas obras, se ve la evolución de los personajes centrales, que incluyen tragedias como accidentes, incendios, romances y la necesidad de ir adaptando al gusto local y cronológico las farsas representadas, que incluyen poemas gauchescos con duelo a cuchillo. Es la historia del desarrollo y consagración del circo Arletti. La película está bien filmada, tiene logrados encuadres, e importantes actuaciones. Figuran en roles principales figuras máximas de la cinematografía y la música argentinos como Libertad Lamarque y Hugo del Carril (la voz de la famosa "marcha peronista") e incluso, con algunas intervenciones no muy extensas pero fuertes de quien pasaría a la historia como Eva Perón. Más allá de cualquier enfoque político que no debe ser un criterio para juzgar al arte sin riesgo de sobredimensionar o menoscabar una imagen por razones absolutamente ajenas a ésta dimensión, hay que admitir la carismática presencia de Eva Duarte, que es innegable y el tono correlativo del elenco principal. En cuanto al guión interesante como dije, quizá la participación pronunciada de tantos números artísticos le quite algo al guión pero debo decir que muchos números son pefectamente agradables así como el desenlace emotivo de la historia. 7,50.

Una de las mejores películas del período clásico del cine argentino y me atrevo decir que de su historia en general.
La verdad que el talento de Mario Soffici queda una vez más comprobado, no he visto hasta ahora una mala película suya, y acá logra algo increíble, contar 65 años de la historia de una familia en apenas 82 minutos, hoy en día mínimo a cualquiera le llevaría 2 horas.
Es hermoso como sigue la transformación de unos artistas circenses y los enormes cambios que se dan en todas las áreas en esas décadas de finales del siglo diecinueve y comienzos hasta casi mediados del veinte, sobre todo dentro del mundo de los artistas populares, la historia en si es un gran homenaje a todas las expresiones del mismo, los folletines, las pantomimas, el teatro hablado y de ahí hasta llegar al cine, primero mudo y después sonoro, Soffici logra visualizar todo ese proceso de forma armónica y poética a la vez, también con optimismo y abrazando los cambios a los que veía y entendía como una evolución natural.
Libertad Lamarque está muy bien, uno de sus mejores roles, igual Hugo del Carril, ambos tienen mucha química.
También como dato es que acá nació la rivalidad entre Libertad Lamarque y Eva Duarte, la misma se dio durante la filmación.

Lo primero que debo decir es que me sorprendió agradablemente el entrañable retrato que hace Soffici de los orígenes de nuestro cine y nuestro teatro, desde las pantomimas del viejo circo criollo hasta el nacimiento del cine sonoro con un admirable poder de síntesis, consiguiendo una película sorprendentemente moderna para los estándares de la época que aun hoy resulta muy agradable de ver sin el acartonamiento propio de otros filmes del mismo período. Incluso tiene tiempo de criticar las películas "basadas en hechos reales" donde la realidad es una invitada de piedra. Este filme en particular hizo correr ríos de tinta y se volvió celebre, al punto de ser el puntapié inicial de la opera Evita y de su versión cinematográfica por razones extra cinematográficas que demuestran lo acertado de aquello de que "una mentira repetida cientos de veces termina convirtiéndose en verdad". Pese a que la propia Libertad Lamarque no perdió oportunidad de negar que el hecho ocurriera y hasta escribió un libro de memorias con el fin de aclarar el asunto la leyenda urbana que se popularizó y, hasta el día de hoy muchos siguen creyendo real, es que en una de las jornadas de filmación la futura abanderada de los humildes llegó tarde al rodaje y Lamarque ofuscada le pegó un cachetazo que a la postre terminó con su exilio en Méjico. Por el contrario la Líber contaba a quien quisiera oírlo que las cosas fueron muy diferentes "Hugo y yo estábamos citados para filmar y Eva no aparecía porque estaba ocupada en sus tareas sindicales. Cuando llegó Soffici nos dice "Llegó Evita. Llegó Evita. Vamos a filmar" y yo enojada por la tardanza le dije con sorna "Buenas noches" a lo que ella me miró con desdén y no me respondió. Eso fue lo que pasó, pero yo con Eva no tuve ningún problema salvo eso y si me fui a Méjico fue, simplemente, porque allá me pagaban mejor".