En la gama de los grises

Después de ver un buen puñado de películas argentinas, a lo largo de los años; debo reconocer la categoría de sus actores; pues una gran parte de ellos, poseen la compleja capacidad para adentrarse en las emociones, alejados de cualquier máscara, o truco efectista, del que fácilmente, otros, hacen uso. Consiguiendo aquí trasladar al público, una nutrida suerte de auténticas y diáfanas sensaciones.
Francisco Celhay alejado del pudor, muestra una actuación entregada, compleja, difícil, pero sobre todo... Profundamente creíble.
Tal vez lo que ahí se cuenta, no interese demasiado a un público mayoritario, pero quienes anteponemos un buen trabajo de composición, a otro tipo de intereses cinematográficos, disfrutaremos de una gran película, por su estructura bien diseñada y la profundidad de los sentimientos que la invaden.

Un 6

En la gama de los grises supone una valiente apuesta chilena por tratar una temática homosexual con naturalidad, con convicción y de forma entretenida y veraz.

Dirigida por Claudio Marcone, la cinta trata sobre la relación entre dos hombres, uno de ellos abiertamente homosexual y otro que, tras ver fracasado su matrimonio emprende un viaje sentimental cargado de dudas y responsabilidades hacia otras formas de sexualidad, es en esa gama de grises en la que se mueve el protagonista la que da la acción y giros de guión a una película que combina una historia de amor, sexo explícito, y tolerancia social.

En la gama de los grises es igual de apta para el publico general (no homófobo, evidentemente) que para aquellos que buscan historias LGTB, y ese es quizás su mayor acierto, ser una película accesible, entretenida, comprensible por todo tipo de públicos (excepto para menores de edad por el contenido sexual de algunas escenas) que consiguió ser premiada tanto en el Festival de Miami de carácter genérico, como en el de San Francisco (de temática LGTB) en ambos casos con el galardón a la mejor ópera prima.

Y es que en su visionado encontramos una película sin complejos, pero sin remarcar las actitudes o acciones de los personajes, haciendo de En la gama de los grises una oda a la normalidad, a superar escalones morales en el espectador.

Sólo una mirada más profunda deja entrever que se repiten algunos clichés del cine homosexual o que se pone hincapié en ciertos aspectos ya superados por el espectador medio. Solo una visión más crítica, desinfla un guión al contemplar cómo algunos de los puntos de inflexión de la historia resultan un tanto exagerados.

La simbología también ocupa un lugar especial en la historia, los puentes que el protagonista cruza, o quiere construir (es arquitecto de profesión) son también el reflejo de dos tendencias sexuales a las que dirigirse. Tal vez, utiliza este recurso en demasía, pero es al fin y al cabo un buen nudo simbólico para contar más allá del propio guión.

Por lo demás, una buena actuación de los dos protagonistas masculinos, Francisco Celhay y Emilio Edwards que completan sus respectivos personajes con solvencia y credibilidad.

Y dejamos para concluir la crítica de En la gama de los grises su enigmático final. Durante la presentación de la película en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, el director del filme Claudio Marcone, aseveró que el desenlace era mucho más claro en el guión primigenio pero que decidieron dejar un final más abierto para involucrar al espectador. Marcone asegura que él tiene claro cuál es la decisión del personaje en el que lo vemos cruzar un puente (no sabemos bien hacia qué lado) pero que la respuesta de la gente es dispar. En efecto, cada espectador se forjará su idea y verá al protagonista en diferentes situaciones en su imaginario, lo que en mi opinión también constituye un acierto ya que, en una película sobre las dudas, conviene tener un abanico de posibilidades para posicionarse. Yo tengo mi idea, y será mía para siempre.

http://www.viveiberoamerica.com/la-gama-los-grises-abanico-dudas/

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Una historia tan creíble como amplia, en la que cada personaje deja que te asomes a su mundo y a su vivencia de la situación en concreto, el mundo que se ve y el que no se ve. Esta historia además ayuda a intentar entender, a los que no lo han vivido en primera persona, y a otros ayuda a recordar, los que lo han vivido en primera persona, lo que se siente estando perdido en la amplísima la gama de los grises, desubicado y sin identidad.

Es la típica historia del homosexual reprimido al que se le presenta el dilema forzado entre aceptar su homosexualidad y vivirla públicamente o vivirla en confusión. La historia no tiene ninguna particularidad local o chilena en la forma como se enfrenta este dilema. Quizá porque es un dilema típico en distintas sociedades.
Por otro lado la introducción del coprotagonista de la historia parece forzado, solo con la intención de profundizar más este dilema y aclarar un tanto la confusión identitaria del personaje. Pudo aparecer de la forma más burda en el desarrollo de la historia, pero queda claro que su objetivo sólo era ése.
A ratos se vuelve aburrida entre diálogos previsibles y escenas "conmovedoras" de acercamiento y ruptura entre ambos protagonistas, o entre ellos y el "mundo".

Por lo general las películas gays dramáticas, suelen ser bastante aburridas y lentas, esta no es la excepción, pero al menos no cae en los excesos y truculencias de otras.
Un hombre de unos 35 años, que acaba de separarse de su esposa, con la que tiene un hijo de 8, conoce a un guía turístico gay y comienza un romance con él.
El guionista opta por una narrativa sencilla, realista, aunque también lenta y monótona, hay escenas absolutamente innecesarias, como cuando Bruno se desviste para acostarse, cuando se queda dormido, cuando se baña, cuando se seca, cuando se cambia de ropa, que la verdad sobran, si querían mostrar su día a día, lo podría haber hecho de otra manera.
Se agradece que los personajes no sean estereotipos, ni caigan en lo maniqueo, y también que la historia no recurra a una tragedia para resolver el conflicto, al contrario la historia apela a lo cotidiano, a los interrogantes de un hombre que no sabe como vivir su bisexualidad, también al temor de lo que piensen los demás, a la visión que tiene la sociedad de lo que se debe ser, y a quien se debe querer, y si se está dispuesto a asumir no pertenecer a la mayoría, o seguir haciéndolo y resignar una parte de sí mismo.
Buenas interpretaciones de los 3 protagonistas.