La casa del terror

México es tierra de comediantes. Si Cantinflas es conocido mundialmente, la cinematografía azteca gozó de otros humoristas como Viruta y Capulina y el protagonista de este filme, Germán Valdés "Tin Tan". Un actor que crea su propio personaje, con una personalidad clara y definida, un simpático buscavidas, con mucho desparpajo, tremendamente parlanchín, poco amigo de trabajar y muy amigo de las mujeres y del buen comer, con escenas cuando se rechupetea los dedos, que recuerda a Charlot.

Muecas y caras de susto le acompañan en este filme, una comedia de terror amena y bien dirigida, en la que un villano de opereta, dueño de un museo de cera, pretende resucitar muertos y acaba resucitando a una momia que se transforma en un hombre lobo, encarnado por Lon Chaney. Enrevesado y surrealista guión, máxime cuando el mad doctor le da por trasplantar cerebros. Chaney no tiene ni una línea de diálogo, supongo que por problemas de dicción en castellano (una momia con acento ingles ....) así que se pasa el filme dando alaridos y gruñidos. Puertas que se abren y cierran, persecuciones nocturnas y un homenaje a Harold Lloyd y a su "Hombre Mosca" en una curiosa película cuando el cine mexicano mostraba una fuerza como gran industria del espectáculo, que hoy ya no existe.