Íntimos y extraños. 3 historias y 1/2

Lo que no se le puede negar a esta película española es que te hace pasar un buen rato. Y que no parece una película española, de no ser por el reparto (atención sobretodo a Michelle Jenner, que ya no es la Sarita de los hombres de Paco y aquí sale guapísima y maravillosa, a Karra Elejalde y a la chilena Blanca Lewin, que es toda una revelación). Al final resulta una película muy entretenida y muy divertida que, paradójicamente, plantea situaciones muy reales y terriblemnte dramáticas. Los cinco últimos minutos de la película son, además, posiblemnte,lo más espectacular y tierno que he visto en muchos años en el cine (desde luego en el cine español, mucho más dado a otro tipo de escatologías), lleno de una sensibilidad que te pone la carne de gallina. En los puntos negativos de la película, quizá la media historia, que aunque no deja de tener su gracia, resulta inconclusa y algo precipitada. Lo mejor: michelle jenner y ver por fin una pelicula española inteligente y llena de ese humor negro que te hace retorcer las entrañas. Muy muy recomendable.

Parece como si Rubén Alonso no necesitara encuadrar su primer largometraje en ningún contexto geográfico concreto ni ninguna temporalidad definida, para darle sentido a su coral abanico de personajes devastados por el desamor. En Intimos y extraños, ganadora del premio del público en la sección paralela de la última edición de la Seminci (la 53), aborda sin concesiones los problemas de pareja en el contexto de tres generaciones diferentes: los cincuenta y muchos (espléndidamente interpretados por un casi irreconocible y envejecido Karra Elejalde), la edad media, con Coque Malla y una excelente Blanca Lewin (muchos la recordarán por la película chilena "En la cama"), y la edad adolescente, con los muy televisivos Pablo Rivero y Michelle Jenner. Rubén Alonso, tan hábil en la construcción de guiones sólidamente dialogados como en una puesta en escena eficaz, no da palos de ciego. El film, que nunca reniega de su naturaleza indie, entra a fondo en el cáustico tema de las relaciones de pareja más desavenidas con múltiples y espinosas vertientes que Alonso jamás olvida, y con unos desenlaces a las historias que el espectador tampoco será sencillo que olvide. Siete actores soberbios en estado de gracia asumen todos los perfiles psicológicos y sociales de la situación. Un millonario celoso de su joven esposa, un escritor con problemas de inspiración, la exnovia trastornada del escritor, el nuevo rollito del millonario celoso, el chico gay indeciso y la extravagante compañera de viaje del chico gay, relativamente marginada. Intimos y extraños es un drama de nuestros días cargado de fino humor y emociones, cine basado en el diálogo (textos brillantísimos repletos de audacia), en las situaciones por encima de las acciones. Un film mucho más complejo de lo que a primera vista puede parecer, que se consume con una sonrisa agradable en la cara y poniendo el dedo en la llaga.

Surrealista y realista a la vez. Llena de personajes de lo más excéntrico y variopinto, me resultaron muy cómicos y entrañables y situaciones frenéticas de ésas de rizar el rizo.

Divertida, un par de risas y otro par de carcajadas.

Historias enrevesadas aunque aplastantemente tiernas y reales. Algunos golpes de guión magistrales. Actores irregulares, entre los que destaca Michelle Jenner (una diosa), Karra Elejalde (muy transformado respecto de sus anteriores interpretaciones) y Blanca Lewin (tremendísima). Humor a trozos, pero del reconfortante. Una buena opción al cine americano de palomitas.

Tres historias y media, así han subtitulado esta película, que salta de una a otra historia adquiriendo un notable efecto empatizador en el espectador. Porque todos van a terminar por sentirse cómicamente identifcados con alguno de los entrañables personajes que protagonizan Intimos y extraños. La habilidad del director, el debutante Rubén Alonso, es hacer con esta receta cotidiana una comedia romántica muy sexy y actual. Apenas hay personajes secundarios en las tramas, dotando de absoluto interés a los siete personajes que ha creado Rubén Alonso para obtener su fin, que no es otro que el de entreter al espectador durante los noventa minutos de metraje que dura la película con atípicas relaciones de pareja... o tal vez no tan atípicas. Y lo consigue. Una película para recuperar la fe en el cine español que, además, consiguió el premio del público en la pasada edición de la Seminci.