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Falcón: Condenados al silencio (Miniserie de TV)

Serie de TV. Drama. Thriller Miniserie de TV (2012). 2 episodios. El investigador Javier Falcón se enfrenta a lo que en un primer momento parece un suicidio pactado entre marido y mujer pero que pronto le conduce a una trama posiblemente más grande que él. (FILMAFFINITY)
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
25 de octubre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Serie ambientada en Sevilla sin el colorido y la alegría que distingue la ciudad. Quizás por eso las primeras imágenes se concentren en la Semana Santa sevillana con imágenes de la Virgen de la Macarena.

Un inspector de homicidios que se enfrenta a sendos casos durante los cuatro capítulos de la serie, uno de ellos le afecta personalmente pues es sobre su propio pasado y la segunda, algo mejor trenzada, sobre los vicios y la psicología humana en el aspecto criminal.

Bastante floja y mal trenzada.

Mi valoración, un 5.
andeltor
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12 de enero de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por lo poco que sé esta adaptación no tiene mucho que ver con el libro de Robert Wilson, pero muestra a un inspector Falcón lleno de miedos, culpas y negros pasados. La ambientación en Sevilla también es para resaltar, con unos ambientes oscuros y una fotografía bastante interesante. La trama, como en el caso anterior, tiene que ver con problemas de familias poderosas, tanto que llega a ámbitos insospechados. Se tocan temas tan peliagudos como dictaduras en países sudamericanos o la pederastia, manejándolos con buena mano.

Lo dicho, no he leído los libros de Wilson pero por lo que he visto no creo que estas adaptaciones desmerezcan, ya sea por el dinero invertido (que no ha sido poco) como por el buen hacer tanto del director como de los actores.
Yo mismo (o no)
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24 de junio de 2013
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Hacer en nuestros días una serie de detectives digamos moralmente ambiguos, que se mueven en ambientes sórdidos y brutales, en los bajos fondos, sobre todo nocturnos, de grandes ciudades es una apuesta arriesgada porque se ha hecho muchas veces, y corres el riesgo de que se te compare con multitud de películas de cine negro clásico.

Hacerla además situándola en Sevilla, mostrando la cara más oscura y negra de la ciudad, alejada de los tópicos de las postales turísticas, y ambientarla en gran parte en la noche, como el buen cine negro, en una ciudad donde lo más normal es la luminosidad y el sol, ya es jugársela rizando el rizo.

Pero eso es precisamente Falcón.

Antes de nada hay que aclarar que no se trata realmente de una serie, sino de una miniserie. O más exactamente de dos miniseries británicas cada una de dos capítulos de unos 40 minutos de duración. En realidad son como dos películas distintas, de poco menos de hora y media, pero divididas en dos capítulos cada una.

Esto se debe a su origen literario: la serie de Falcón es una serie de cuatro novelas publicadas entre 2003 y 2009 por el escritor británico, especializado en novela negra y de espionaje, Robert Wilson, ambientadas en Sevilla y protagonizadas por el inspector Javier Falcón. Las dos primeras, tituladas El ciego de Sevilla y Condenados al silencio, son las que en 2012 fueron adaptadas para TV (aunque la segunda de forma bastante más libre y menos literal que la primera) gracias a una coproducción británico-germano-española, en la que participó Canal+.

Javier Falcón es un inspector de policía, de homicidios, de Sevilla, hijo de un famosísimo pintor ya fallecido, que domina los bajos fondos de su ciudad. Es íntegro a su manera, algo ambigua. Brutal y expeditivo cuando es necesario serlo, atormentado por su pasado, y con cierta afición a las papelinas que consume acompañadas de una botellita de agua como si se tratara de antiácidos.

Por si alguno se anima a ver la serie y cree que le suena Marton Csokas, el actor que interpreta a falcón, pero no sabe quién es, ya os lo digo yo: es Celeborn, el señor elfo -junto a Galadriel- de Lothlorien, en la trilogía de El Señor de los Anillos.

La segunda miniserie, Condenados al silencio, continúa la historia de Falcón (que ahora ha caído en desgracia ante sus superiores de la jefatura de policía) y los personajes principales de El ciego de Sevilla, pero presentando otro caso. En esta ocasión un misterioso huésped manda desde la habitación de su hotel por correo electrónico un archivo de video conteniendo una confesión justo antes de que un enmascarado irrumpa en su habitación y lo mate, no sin antes haberle cortado la lengua. Paralelamente, un magnate de la construcción y empresario del ladrillo, fundador desde la nada de una poderosa empresa inmobiliaria aparece también muerto en su lujoso chalet, aparentemente es un suicidio, probablemente debido al cáncer terminal que sufría y que mantenía en secreto. Pero las apariencias no engañan a Falcón, que comienza a investigar, tanto en las altas esferas empresariales, como en los bajos fondos de la ciudad y sus barrios marginales (el millonario parecía tener algún que otro turbio secreto), en una historia en la que acabará mezcladas la CIA y dictaduras sudamericanas.

Decía al principio que es una apuesta arriesgada, y de hecho no les sale del todo bien. Por una parte tiene su mérito ambientar una serie de cine negro en Sevilla, y lograr que casi no salga el sol. Además aunque huye de los tópicos más clásicos, no pueden resistirse a mostrar algunas estampas típicas de la ciudad, como la Plaza de España, o la Maestranza, y no siempre lo consiguen: Javier Falcón tiene un joven sobrino que es torero y está a punto de debutar.

Pero en general estas cosas son sólo para conseguir ambientación, y lo suelen conseguir: planos aéreos de la ciudad de noche, callejuelas del casco histórico y grandes casas con sus patios y sus terrazas sobre los tejados del centro de Sevilla, el ambiente de las tasquillas y los pequeños bares cervecita y tapas,... Estas cosas están bien hechas

Pero lo que más chirría, en donde fallan y todo lo que han logrado con la ambientación (aunque puede que un espectador británico o alemán no lo note) es que no te puedes acabar de creer que los personajes son sevillanos. No basta con retratar cuatro monumentos de la ciudad o insertar planos sobrevolando la Giralda de noche para que te creas que la serie ocurre en Sevilla, porque nadie en Sevilla habla así. Los actores principales son en su mayoría extranjeros, y los secundarios están tan doblados como ellos, pero hombre, ya que los doblas para emitir la serie en España, hombre, ¡cúrratelo un poco! No se trata sólo del acento, ni de que inserten en los diálogos “ozús” y “miarmas” varios. No, tampoco es eso. Es que nadie en Sevilla habla de esa forma ni usa esas expresiones, y menos si son sevillanos como se pretende en la serie: un buen ejemplo de cómo se debería haber hecho lo tenemos en películas como Grupo 7 o Siete Vírgenes, en las que por cierto, nuevamente los que pegan el cante son los protagonistas, que no son andaluces, aunque aquí tiene la excusa argumental de que en ambos casos son forasteros. En el caso de Falcón no es así.

En fin, resumiendo: buen intento pero fallido. Gustará sobre todo a los amantes de las historias de detectives y de cine negro, y supongo que a los extranjeros que quieran ver una historia de este tipo ambientada en un lugar “exótico” como Sevilla, con vistas del puente de Triana, en vez de en las calles de Maniatan, con vistas del puente de Brooklyn.

Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2013/06/falcon-el-ciego-de-sevilla.html
Seldon
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