Legado salvaje

Bonito título para un mediocre western de serie más bien C.
No tiene nada de interés, a no ser la participación de una ya madura Maureen O´Sullivan, entrañable compañera de Tarzán (Weissmuller) y, en la vida real, madre de Mia Farrow. Lo hace bastante bien y confiere de dignidad a su positivo personaje. Lo mismo que la también madura Jeannette McDonald.
La historia está tan trillada que nada sorprende, a no ser la rapidez con que el padre de familia muere asesinado, apenas cinco minutos después de entrar al pueblo (sucede al comienzo de la cinta, por lo que no desvelo nada fundamental).
Y es que ya lo dijo Paco Martínez Soria: "la ciudad no es para mí". Ni para él ni para el bueno del granjero de este muy modesto western.
El resto de elementos funciona cansinamente, con unas intentonas de "acercamientos" adolescentes entre chicos y chicas, donde el despertar del amor comienza a florecer en medio de preciosos paisajes.
Paisajes que, lastimosamente, no pude apreciarlos en su verdadera belleza dado que la cadena autonómica, una vez más, no respetó el formato de Cinemascope en la que se rodó el filme. Un acto vandálico más que me pone de los nervios, aunque a veces nos sorprendan respetándolo. Pero eso de ver la magnífica fotografía a todo color en Cinemascope durante los títulos de crédito iniciales y después desaparecer el soberbio formato para pasar a verse en pantalla completa con los colores ya más oscuros y feos, me pone de una mala h…..
Por lo demás, muy poca cosa, aunque al final se puede ver algo positivo, y es el desde el comienzo más que previsible duelo entre los chicos buenos y los malosos que asesinaron al padre. Un duelo que, contra pronóstico, sucede de forma realista y bastante creíble, alejado de la fantasmada de turno. Te lo crees (más o menos). Algo es algo.

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es/2007/03/legado-salvaje-wild-heritage-usa-1958.html

Los Breslin son una de tantas familias que marchan hacia el oeste en busca de mejorar su fortuna. Son animosos y religiosos, cuando las cosas se tuercen ahí está el padre, Jake (Birch), entonando himnos y canciones que nada podrán ante las balas que recibe en pleno viaje de unos malhechores.
¿Retornar proseguir? Esa es la cuestión que se plantea el resto de la casa. Animados por otra familia de pioneros, los Bascomb y por el servicial juez Copeland (Rogers Jr.), deciden continuar la marcha.
Con bastante realismo se narran las dificultades de esta otra "Conquista del Oeste", donde no faltan aventuras, pistoleros, peleas y enfermedades que apenas pueden combatir con compresas frías y oraciones. Pero también hay solidaridad y buenos sentimientos.
Personajes sencillos, como la misma película, sin doblez, que sobre la marcha deben aprender que se mueven en una "Tierra de hombres. Y si un hombre lleva una pistola debe usarla". Aprendizaje doloroso como pronto comprobarán, "¿Cuánto cuesta uno de estos [revólveres]. Una vida".
Actores mayoritariamente jóvenes con historias románticas cruzadas que alcanzan asimismo a los no tan jóvenes.
A destacar del elenco la astucia y perspicacia del pequeño Talbot Breslin (Winslow).
En fin, una de tantas cintas de pioneros narrada con cierta lentitud, pero también con sencillez y realismo. Pasable.

Desde que publicara su exitosa novela “Shining Mountains” (1953), a Steve Frazee (1909-1992) se le conoció como ‘el escritor de westerns honestos’, dado que no pretendía impactar con sus historias sino recrear hechos que fueran fiel reflejo del oeste estadounidense. Así las cosas, son seres humanos con valores y debilidades, con aciertos y desaciertos, con suerte y desgracia, los que aparecerán en sus novelas. Por supuesto, no hay lugar para fantasiosos heroísmos y la realidad no lucirá pintada de “colores” mágicos que nunca haya tenido. En las novelas de Frazee, el lejano oeste podrá verse tal como era... y claro, ¡esto no será del gusto de todos!

Habiendo vivido muchos años en las montañas de Colorado, el escritor tuvo un innato interés sociológico que le permitió conocer con lujo de detalles la idiosincrasia de sus coterráneos, y cuando decidió que contar historias y publicarlas era lo suyo, su olfato se agudizó pudiendo recopilar aventuras que darían cuenta de un importante momento histórico, y donde queda objetivamente plasmada la violencia, la trapacería, el arribismo… y otras vergüenzas que hacían bien difícil la convivencia, pero también, la perseverancia, la solidaridad, la unión familiar y entre vecinos… que haría posible la pujante sociedad que, aún sigue siendo, Estados Unidos de Norteamérica.

“Si queremos algo tenemos que luchar por ello… ¡y el doble para mantenerlo!”, es un lema que se repetirá en, <<LEGADO SALVAJE>>, y lo que vamos a ver es la travesía que asumen dos familias de pioneros (los Breslin y los Bascomb), quienes parten en busca de una nueva tierra donde vivir en paz. El camino va a estar bordado de rosas y espinas… y serán los jóvenes los que habrán de tomar la rienda para comenzar a forjar un cambio en la historia y un prometedor futuro.

Para, Charles F. Haas, este filme es como un puente entre el director de westerns que fuera hasta entonces, y el realizador de dramas juveniles de los que se ocuparía desde este mismo momento. Como el escritor, Haas fue también un hombre comprometido con la verdad, y sin reserva alguna, hace su película con chicos, y chicas, del común, figurando solo, Maureen O’Sullivan y Will Rogers Jr., como estrellas reconocidas. Sin embargo, siento que fueron los jóvenes actores, Rod McKuen (Dirk), Judi Meredith (Callie), Gigi Perreau (“Missouri”) y George Winslow (Talbot), quienes imponen el mayor vigor y atractivo a esta historia familiar, que se asemeja un poco al estilo de la inolvidable serie, “The Little House on the Prairie”.

<<LEGADO SALVAJE>>, es la clase de película para ver, muy juntitos en casa, una fría mañana de domingo.

Poco brillante western sobre una familia de pioneros y novatos ganaderos que se enfrenta, tras una serie algo inconexa de acontecimientos domésticos y ligeramente sentimentales con miembros de otra familia de incipientes agricultores, en un duelo final, a dos asesinos y ladrones de ganado.

Una historia muy poco intensa, con personajes --los actores resultan aquí mediocres-- apenas definidos, filmada con un ritmo plano y tratada de manera superficial. Y los escenarios naturales, supuestamente salvajes y bellos, resultan apagados y de lo más comunes, sin ninguna trascendencia en la trama argumental ni implicación alguna en el comportamiento psicológico, prácticamente inexistente, de los protagonistas.

Un film, únicamente --y no es asunto desdeñable--, para pasar el rato.