Silencio de amor

Es muy fácil hacer una crítica negativa y muy difícil una positiva. Así que cualquiera que lea mis críticas pensará que a ésta que escribe no le gusta nada el cine, y que no cuenta más que cosas desagradables de las películas que ve. Pero como no es así, y de vez en cuando ponen en las pantallas joyas como ""Silencio de amor", te recomiendo que vayas a verla. Todo es bonito en esta película, todo es agradable, la historia cuadra perfectamente, y sales del cine con la sonrisa en la cara y la sensación de que la vida puede ser maravillosa. Si eres como yo, de los que les gusta el cine que alegra el alma, no te la pierdas.
Y ya puestos, también te recomiendo, de Philippe Claudel, la película “Hace mucho que te quiero”, y como escritor, sus maravillosas novelas “Almas grises” “La nieta del Sr. Linh”.

Como yo, es más que probable que muchos espectadores, movidos por la positiva impronta que les dejó Hace mucho que te quiero, le den una merecida oportunidad al novelista Philippe Claudel con su segunda película, en busca quizá de un filme que se acerque cualitativamente a su ópera prima. Por eso, considero oportuno advertirles que la decepción que se llevarán puede ser considerable, pues ni por asomo Silencio de amor logra despegar de la medianía y la neutralidad.

Es posible también que los paseos en motocicleta del protagonista por las calles de Estrasburgo, recuerden a Caro diario de forma bastante constante, pero nada más asemeja a Silencio de Amor con la película de Nanni Moretti. Quizá necesitado de huir del drama desgarrado de su primer film, Claudel prueba suerte en esta ocasión con la comedia, sin demostrar demasiada pericia en este registro, ya que la comicidad nunca llega a despertar más que una sonrisa ocasional, y cuando ésta aparece lo hace más por el encanto intermitente de sus actores que por los enredos orquestados, del todo arquetípicos y previsibles.

La decepción es doble. Primero, por las expectativas depositadas en el film fallido que nos ocupa. Segundo, por el miedo a que Claudel sea flor de un día, sea otro cineasta malogrado tras dar una brillante campanada que cautivó al público.

Una vez has leído libros como "La nieta del señor Lihn" esperas un drama ante tal película, pero no es así como se presenta: un profesor de música barroca sumido en el recuerdo de su anterior mujer; una hija adolescente con cierta madurez que evidencia el saber de su padre; y el hermano "exiliado político de la italia actual por ser una dictadura" hacen, en definitiva, una grandísima comedia.

Es absolutamente recomendable. Te enamoras de Estrasburgo.

Hasta los soles más brillantes amanecen con sueño. Así me atrevería a definir "Tous les soleils". Una cinta que gira en torno a claroscuros típicos del momento en el cual pasas de los sueños a la realidad.

Alessandro (personaje principal sobre el que gira la trama), es uno de aquellos protagonistas que sabes que han pintado con pincel fino. Sacado de los brazos de las novelas de Philippe Claudel, tiene todos los detalles para que tardes días en olvidarlo. La vida truncada, las extravagancias constantes que se esfuerzan por ajustarse al mundo, la relación de padre viudo e hija adolescente, la lealtad entre hermanos... aderezado con el excelente Stefano Accorsi. Primer amanecer.

Crempano (hermano estrafalario y asocial), coprotagonista, que mantiene él sólo, una parodia aderezada de crítica social hacia su Némesis: Berlusconi. Como dije, la tan personal y particular actuación de Neri Marcorè (uno de los principales azotes de Silvio en Italia), zarandea al dictador Italiano en un pequeño piso de París, atiborrado de Óleos y libros desordenados. La carcajada silenciosa está asegurada. Segundo amanecer.

Ahora sumas rayos de sol que se siguen filtrando hacia tu retina, como la vieja caserona que comparten los amigos de Sandro, las reflexiones de Irina (su hija) siempre agridulce y real, la relación con los enfermos terminales, el descubrimiento de la música Barroca... Tercer amanecer.

Así pues, recomiendo encarecidamente esta cinta si quieres salir con una sonrisa del cine. No solo sus personajes te hacen ver los soles que reza su título, sino la cuidada fotografía y banda sonora de sus escenas, están acordes a las interpretaciones que aderezan.

Tan sólo el ritmo (lento en ocasiones, irritantemente descalabrado en otras) y los tópicos de las comedias románticas que aún no manejan bien los directores franceses, le hacen quedarse lejos de cintas como Amelie o Chocolat.

Pero, sinceramente, dudo que os pueda recomendar una historia más bien cuidada y terminada durante este verano 2011. Disfrutadla.

Amable, es el adjetivo que más se prodiga al referirse a esta comedía dramática en la que poco o nada desentona pero que también poco o nada deja una huella demasiado profunda. Se ve con agrado y supone un bálsamo ante tanto drama cotidiano, tanto telediario siniestro y tantas comedias USA infumables. Sabemos que a esta realidad que nos presenta Claudel le han cortado las uñas, pero apetece acurrucarse en su regazo y soñar, que no deja de ser una de las funciones del cine. Personajes entrañables que adoptamos enseguida y con los que compartimos casi dos horas entretenidas. Si no cura heridas hace que nos escuezan menos con humor, música y buenas intenciones. Déjense engañar.