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Maniaco (Maniac)

Terror. Thriller. Drama Un asesino se mueve por las calles de Nueva York. Mata a mujeres brutalmente, se lleva sus cabelleras y las expone en maniquís en su asqueroso apartamento. Es su único contacto con el mundo fuera hasta que conoce a una guapa fotógrafa. Pero... ¿puede un maníaco formar simple amistad? (FILMAFFINITY)
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Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
8 de septiembre de 2010
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Incómodo slasher, al adoptar el punto de vista del psicópata, lo cual subvierte un poco los mecanismos del género de terror, pero que hace que le quite algo de sensación de amenaza de este tipo de género, sobre todo al comienzo del film, más centrado en la psicología malsana del personaje y su fetichismo, que de todas maneras ya da bastante mal rollo. A los 30 minutos, hay un cambio de punto de vista al de la víctima en una secuencia genial: la persecución en el metro, que por sí sola merece el visionado de la peli. Posteriormente, se intenta indagar en la mente del asesino, aunque cae en los tópicos de siempre: traumas infantiles, madre posesiva, misoginia, etc, que hacen que tenga poco alcance, aunque resulta bastante inquietante, en particular la perturbada mirada de Joe Spinell, autor también del guión. Rodada con pocos medios, algo que se suple con algunos hallazgos de realización, pasa por ser una peli de culto de este tipo de género, aunque para mí, está algo sobrevalorada. Como curiosidad, aparte de ser el responsable del maquillaje y los FX, aparece Tom Savini en un pequeño papel. Con el tiempo, el maestro del gore llegaría a renegar de esta película, a la vista de la cual, se puede decir que realmente le hizo perder la cabeza...
Orson Güeles
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22 de julio de 2011
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Argumento (por decir algo): Nueva York en pleno año 1980, un zumbado solitario, barrigudo y grasiento, se dedica a cargarse mujeres a las que posteriormente arranca cuidadosamente el pelo para colocarlo en unos maniquíes que tiene colocados, a tal efecto, en su cochambrosa vivienda.

Pero, ¿por qué estará tan mal de la olla, el amigo? "Es que las mujeres no me hacen caso", podría decir. Pues mira, ya no: el tipo conoce a una chavala fotógrafa (de bastante buen ver por cierto) y ahora tendrá la oportunidad de enmendarse un poco, que ya está bien de comportarse como un tarado. Total, que van a un restaurante a cenar y vemos que el hombre ha hecho un esfuerzo por quedar bien, se ha peinado un poco y lleva un traje, que parece limpio, para causar buena impresión. Aquí el que no liga es porque no quiere, oiga.

Caspa, sudor, chicas que tal como salen tienen los minutos contados y un demencial tipejo obsesionado con la muerte de su madre (estrangulada por él mismo se supone) que se dedica a la misoginia en sus ratos libres. Aunque lo mejor es la interpretación que realiza Joe Spinell, el psicópata encargado de aterrorizar a cuantos se pongan por delante. El personaje está al mismo nivel que el de HENRY RETRATO DE UN ASESINO, de hecho la estética y tratamiento argumental de la peli son parecidos. ¿Y qué decir del protagonista? Pues, para ser sinceros, la clase de tipo con el que no te irías de copas (y mucho menos para presentarle a tu hermana).

En 2012 perpetraron un lamentable remake con Elijah Wood de protagonista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cirilo
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30 de octubre de 2010
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desquiciado retrato de la crisis urbana de los 70 en la que nos adentramos en el sucio ambiente de una Nueva York repleta de pobredumbre y decadencia. Sin duda se benefició de su estilo con aires documentales, fruto de la utilización de cámaras Super 16, y la macabra inventiva de Tom Savini, quien experimenta con sus propias creaciones en una escena muy cafre. Lo cierto es que se echa de menos cierta sutilidad y una mayor apuesta hacia el suspense, como en el "set-piece" del metro, probablemente la mejor secuencia de toda la película. Por otra parte, resulta novedosa la narración desde el punto de vista del asesino, tomando como precedentes las muy superiores "El estrangulador de Boston" o "Deranged". Joe Spinell resulta creíble y la imponente Caroline Munro ("Starlette" de la Hammer y chica Bond en "La espía que me amó") se pasea insinuante y felina. Su look enfermizo y "underground" no la hace apta para todos los paladares, pese a todo bien merece un visionado.
Sirope
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13 de mayo de 2014
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maniac (Maníaco, 1980), es la opera prima que dirigió en plena efervescencia del cine slasher el director norteamericano William Lustig. No podemos sin embargo menospreciar el trabajo de Joe Spinell, quien además de interpretar el protagonista principal de la película, escribió junto C.A Rosenberg el guión de Maníaco.

Es cierto que la película está realizada aprovechando la ola Slasher que inauguraron películas como Halloween (La Noche de Halloween, 1978), sin embargo, encontramos en ella algunas características muy singulares (así como también muchos clichés). Para empezar, la película sigue en gran medida la estela de las películas de Richard Fleischer, como The Boston Strangler (El estrangulador de Boston, 1968) y la posterior 10 Rillington Place (El estrangulador de Rillington Place, 1971), porque el punto de vista está centrado principalmente en nuestro protagonista homicida, que interpreta magníficamente Joe Spinell.

Spinell hace el papel de un extraño pintor, que vive de manera totalmente desordenada en su apartamento. La primera secuencia, típicamente del cine slasher (con plano subjetivo incluido), nos muestra un asesinato (dando de primeras algo de carnaza al público) para comprobar que el asesino es nuestro protagonista, que de alguna manera colecciona las cabelleras de las víctimas, intentando así captar su esencia de manera eterna. Las primeras imágenes de la película nos muestran una constante en el cine de Lustig, como es el tratamiento oscuro y decadente que otorga el cineasta al ámbito urbano donde se desarrollan sus películas. Sí en Maníaco observamos la cara más oscura y amarga de Nueva York (con escenas de prostitución incluidas), una cara poco amable que no es la habitual dentro del mundo del cine, el propio William Lustig retomaría años más tarde esta imagen de esta misma urbe degradada para rodar otra película muy cercana argumentalmente a Maníaco, como fue Maniac Cop (1988).

Como decía anteriormente, Maníaco no es un slasher al uso. En su momento la crítica recibió en algunos casos con benevolencia al film, seguramente porque la película no desarrolla un argumento convencional donde se nos cuenta de manera exclusiva unos asesinatos. Maníaco es una radiografía ( o intenta serlo; como las que realizaba Fleischer) del asesino psicópata, adaptada a los nuevos tiempos del terror. Por este motivo el personaje de Joe Spinell es el personaje más importante de la función, y la historia principal consiste en contarnos sus andanzas criminales. Es por este motivo que observamos, casi de manera atónita, los diálogos de absoluto alucinado que el protagonista principal tiene consigo mismo, así como las secuencias que tienen lugar en su apartamento, donde el protagonista ha creado un microclima inquietante en el que puede desarrollar sus manías sin que nadie lo descubra.

Por otra parte, la película tiene unos toques violentos mucho más acentuados que otras películas del género. El realizador de los efectos especiales fue ni más ni menos que Tom Savini, uno de los maquilladores más consagrados con el paso del tiempo. Savini tiene un gran peso en la película, creando algunas secuencias terribles. Una de las más famosas se produce cuando el protagonista dispara a bocajarro sobre una de las víctimas que se encuentra dentro de un coche. Estos toques de violencia desmedida podían hacer que la película pudiera lograr una clasificación X (la misma que los films pornográficos), con lo que finalmente no fue enviada a la MPAA, estrategia que realizaron los distribuidores con tal de que pasara inadvertida. Ciertamente Maníaco es una película muy difícil de digerir, y que exige en ocasiones demasiado del espectador (en parte porque no encontramos una línea argumental coherente, sino que únicamente observamos las tropelías del protagonista). En este sentido, a la película le falta la grandeza de las obras de Fleischer, que lograban mostrar el perfil psiquiátrico del asesino y se queda a mitad entre el film de entretenimiento puro y el experimental (pese a que se trata de contarnos reiteradamente-pero sin éxito- que los traumas infantiles son los culpables de los delirios del protagonista).

A ello se le une una sucia atmósfera, que sin duda es lo mejor de la película (con permiso de la interpretación de Joe Spinell, que es sencillamente magistral). Desde las degradantes calles de la urbe, pasando por el siniestro apartamento del protagonista, todo en la película traduce una sensación de inestabilidad. La película rehúye en gran medida de utilizar una banda sonora convencional, y en los momentos de máxima tensión, la película utiliza sonidos casi ambientales, o incluso algunas notas de música electrónica que con su forzad brusquedad tratan de emular la desordena ruptura mental del protagonista.

http://neokunst.wordpress.com/2014/05/13/maniaco-maniac-1980/
Kyrios
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26 de mayo de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo no ser el único al que las películas norteamericanas de los años 80, les gustan solo por pertenecer a esa época, y en mi caso más si estas pertenecen tanto al thriller como a terror.
Esta película es una mezcla entre thriller psicológico, slasher, un poco de gore, y algún otro subgénero que me estoy olvidando.
Lo que más atrae de la misma es su falta de presupuesto lo cuál su director sabe usar para impregnarle más sordidez a las situaciones, la falta de iluminación en las escenas nocturnas, o la cantidad de exteriores, e interiores que se nota son casas reales y no decorados, probablemente porque deben haber filmado en casas prestadas ya que no tenían dinero para hacerlo en un foro.
Después sobre lo que cuenta, pues es un asesino serial, esquizofrénico, que asesina mujeres, les corta el cuero cabelludo y la ropa, luego se los coloca a diferentes maniquíes, hasta que se aburre de ellos y busca una nueva victima.
Lo más interesante son los soliloquios y la estética que buscada o involuntaria es un elemento más, se podría decir que casi imprescindible, ya que ayuda a embargarnos y creernos la misma.
Decir que empieza muy bien, me gusta la escena con la prostituta.
Después va cayendo, y al final se vuelve ridícula a más no poder.
Manuel
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