Love, Marilyn

Muy correcto documental sobre la muchas veces subestimada Marilyn Monroe. Se trata de un trabajo serio en el cual distintos actores muy conocidos van interpretando a las personas que estuvieron cerca de la estrella y a la misma Marilyn. Destaco como aspectos logrados de la producción: 1) Un muy serio tratamiento del personaje alejado de todo sensacionalismo; 2) Un montaje muy cuidado y preciso en donde se van intercalando documentales con filmaciones actuales que se complementan a la perfección; 3) La novedad de intercalar permanentemente escritos de la propia actriz en donde va expresando sus distintos estados de ánimo. Considero que fue una persona que sufrió mucho en su infancia. Que para lograr un lugar en el mundo del espectáculo tuvo que rebajarse muchas veces. Que hizo de sí misma un personaje que es el que enamoró a los espectadores pero del cual luego no pudo salirse. Cuando intentó desarrollar más su capacidad actoral, la gente ya quería que siga cumpliendo a pie juntillas el personaje que ella misma había creado. En fin, una muy cuidada producción que bien vale la pena ver.

Un buen documental, de planteamiento original, sobre la controvertida figura de Marilyn Monroe, realizado en el 50 aniversario de su fallecimiento.

La narración nos describe la personalidad de la actriz a través de las notas y reflexiones que escribió, leídas por una buena selección de actrices: Glenn Close, Elizabeth Banks, Jennifer Ehe, Evan Rachel Wood…

De la misma forma, otros actores interpretan las declaraciones de aquellas personas que la conocieron, cuando no se añaden entrevistas de ellos mismos, como Truman Capote, Elia Kazan, Billy Wilder o Arthur Miller.

Aunque no se trata de un verdadero diario, las notas abarcan sus reflexiones a lo largo de toda su carrera. Son muy completas en transmitirnos lo que sentía en cada momento. A veces resultan sobrecogedoras, porque desvelan los problemas psicológicos que arrastraba y que la convirtieron en una figura vulnerable y trágica.

Se agradece que el documental no dedique tiempo a especulaciones o a teorías de la conspiración sin fundamento.

Un documental que no documenta, ese es su principal problema. Pasa por la superficie y se queda ahí, a medio camino entre la hagiografía sentimentaloide y la confusión narrativa derivada de un confuso proyecto que no parece tener claro qué quiere mostrarnos. Marilyn en la Fox, follándose a los peces gordos adecuados para trepar en su carrera, demostrando inteligencia reptiliana, primero, y más mamífera, después, aprovecharse de ellos y ellos explotarla, pues claro, como todos, se llama plusvalía y Marilyn parece que no tenía un abogado cabrón para negociar sus contratos, con los tiburones hay que ir con el arpón o con un contenedor de gas a lo "tiburón" ( sonríe hijo de pu.....booooom). Marilyn rompe con la fox, tenía poder, se casa con el hijo puta y gran dramaturgo Miller ( su maravillosa amiga y esposa del fotógrafo con la que convivió en Nueva York dice: me dijo que se casó con Joe DiMaggio porque era un fenómeno en la cama, cuando Miller informó de que se iba a casar con ella a los periodistas y a los cazadores de brujas para librarse de ellos y que le dieran el pasaporte sin que Marilyn supiera nada, le dije: ¿Pero te vas a casar con ese tipo? Y no me digas que es un gran follador - bueno, no dice eso exactamente- porque no me lo creo"). Marilyn se marcha a Londres y pone las pilas a la diva en el armario y mal actor Laurence Olivier, ! Grande Marilyn!. Vuelve a América para rodar su gran película "Con faldas y a lo loco". Billy Wilder , todo inteligencia, da con la clave con una frase más que todo este desnortado documental: el Actors Studio (sin mencionarlo) la confundió aún más y eso le trajo la amargura y con ella, convertirse en una persona insoportable con la que era imposible trabajar, amén de su más que evidente toxicomanía. Toda esa mierda psicosomática y esos putos "exorcismos de los demonios interiores" hacen mella en cualquiera, independientemente de que el cobarde cabrón y uno de los grandes directores de la historia, Kazan, tuviera unos resultados absolutamente memorables. Anécdota en Rosemary´s baby: Polanski estaba hasta los mismísimos de Cassavetes, cada vez que leía una línea del guión se tocaba la nariz , arqueaba una ceja, parpadeaba de un modo "interesante" .... hacía un micro gesto muy actors studio, hasta que un día le dijo: Write down the line..... y yo hubiera añadido.... fucker. El cerdo de su marido, como ella ya sabía antes de casarse, le prepara un magnífico guión para el gran Huston, ese tipo que parece la encarnación de Henry Miller, ese cabrón bohemio capaz de los más artísticos y depravados excesos, se trata de "The misfits" , una de las más grandes interpretaciones de Marilyn que no se dió cuenta de nada porque parece que ya iba ciega de pastillas. Después, la decadencia y la muerte. Calcada a la de Michael Jackson , rodeada de su psiquiatra camellito al que todos hacen responsable. Jooooo me dieron un caramelo drogado en el cole y por eso me hice drogadicto y maté para conseguir pasta, mire, señor juez, la sociedad es la culpable, aunque saliste ayer del maco y ya estás pensando en pillar jaco (Siniestro Total). Ahí parece estar la "tesis" de la película: Marilyn es una víctima, es una irresponsable, todos la llevaron a la muerte, hagamos a Marilyn inviolable. Convertirse en un drogadicto es un acto de libertad personal que te lleva al límite continuamente y donde la muerte es algo muy real. Eso es todo. Qué desperdicio convertir a Marilyn en una tontita manejada por todos cuando tenía la belleza, inteligencia y talento suficiente como para no ser una vulgar maruja del cine.
Finalmente voy a destacar lo peor de la película porque es imposible pasarlo por alto: los actores que interpretan las cartas diarios de Marilyn. Especialmente plañideros están: la sobrevalorada Glenn Close ( y aún más espantosa estabas en ese engendro llamado "La buena esposa" que parecías más tonta que Abundia), la para mí simpática Marisa Tomei, Uma Thurman (de diva salvaje a llorona coñazo, no me extraña que Quentin te diera boleto), el bluf Adrien Brody (con lo bien que estaba cuando lo cogió Polanski) y David Strathairn en su versión meliflua. Todos están ridículos, pero ridículos de verdad, hasta dar vergüenza ajena. Vuestra "dramatización" me hizo soltar alguna que otra risotada. En fin, menos da una piedra.

Este documental comienza de manera lamentable, con un fallo imperdonable, anunciando desde muy al principio su prematura muerte, la de ella, nuestra diosa tan bonita; ese spoiler tan de buena mañana es intolerable. Invalidado. No saltas al otro lado del espejo. Corrígete pronto o quedarás en silencio, coño.
Partimos de un gran malentendido, ni era rubia ni era tonta; era claramente pelirroja, auténtica, y más lista que los ratones coloraos, bastante inteligente la puñetera, lo cual, evidentemente, tiene sus muchas ventajas, pero en verdad es un gran problema. Se pasó de pilla y así no hay maldita sea la manera.
Es cierto que movió los hilos, y las carnes, obviamente, con habilidad sin par y pertinencia exacta, ubérrima oportunidad para llegar a escalar hasta la cima del mundo, mira, mamá, lo he conseguido; alcanzó el gran sueño, o la enorme pesadilla, tú eliges. Pero no le bastó o se conformó con eso, no quedó tranquila ni en paz; seguía el reconcome, quiso un poco más, todo, montones de dinero, infinita libertad, mucha luz, hasta la grotesca felicidad; y al final se quedó otra vez, para no variar, sola de solemnidad, reflejada en su propio espejo vacío, llena de nada y egoísmo.
Muy mala infancia que te marca, mucha belleza que abre la puerta, niña, y loco talento para alzar el cuello y meter el hocico, sacarle provecho a todo eso; a ese ampuloso caderío y a esas vertiginosas circunferencias de madona sajona, ese contoneo o cadencia sagrada, cuerpo pensante que diría el sesudo y pistonudo libro que ella con tanta ansia leía, seguro.
Al criarse ente extraños malamente, sin padre ni madre, eso parece, se quedó sin referencias, especulemos libremente, sin apenas estructura interior a la que agarrarse como al mástil en la tormenta, sin sentido, sin ese calor que te da el amor en los primeros años y que si hay un poco de suerte y la vida no es demasiado puta contigo quizás te llegue, esa fuerza, ese don, hasta el final de tus días. Y por esa ausencia o carencia, por ese desierto primero se volvió más moldeable, como el acero valyrio, adaptable como ciertos animales, flexible como el junco que se dobla pero no se parte; por lo que podía partir de cero desde dentro, la postura ideal para trepar sin freno en la abominable babilonia californiana, esa sodoma y gomorra moderna asolada siempre por plaga de langosta, tan en el fondo abyecta como fabulosa.
Se lió con todos, a cada cual más deslumbrante y llamativo finalmente, no se conformó con los feos y barrigones productores, de todos los ámbitos, cultural, político y deportivo, pero fue un toma y daca, ellos también se aprovecharon los cabrones, como pirañas hambrientas, de ella, los unos y la otra, y no solo de lo material, también del calor de los focos, del poder que da tanta mentira bien organizada y calenturienta.
Y después se volvió una diva insoportable, llena de inseguridades y problemas; egocéntrica, triste y perdida, tan drogada como confundida. Pobre billy wilder y otra para laurence olivier; sufridos tiburones en ese lodazal del cine, charca llena de bichos sedientos y ciegos, que salieron malparados ante esta barracuda tan bruta a su maravillosa, dulce manera.
jo dimaggio, conservador italiano, estrella mitológica del béisbol norteamericano, arthur miller, más liberal y judío, premio pulitzer y todo el lío, y como remate y de fondo mr. president, allá que voy a cantarle el cumple feliz al gran jefe, que no me pare nadie, a mí, sabino, que los arrollo, para que no falte de nada.
Y los strasberg, parece que la familia al completo viviendo de su sueldo, que no es poco, para aguantarla y sangrarla, se entiende, con esa, con mucho perdón, no volverá a pasar, pamplina ridícula de la memoria sensorial y el hurgue insano en heridas feas psicológicas, (¿para qué sirven la imaginación, la asociación, relación o la comparación de experiencias si hay que fiarlo todo a lo que te pasó en un triste momento?). Y el fotógrafo y su santa esposa. Y el último psiquiatra como más de lo mismo, la necesidad de estar rodeada de personas que la soporten y así poder huir de sí misma. Y si no, recurrimos a la querida pastilla que todo lo arregla, el mejor amigo del hombre, y de la mujer, pardiez.
Más allá de su descarada inteligencia, indudable sensibilidad y gran capacidad camaleónica, su triunfo fue el sexo, no ya el que ofreció generosamente, como si sobrara, el más material (si me introduzco, ahora, rubia, te introduzco, luego, querida), al principio de todo y más adelante, sino sobre todo el más simbólico o prometido, intangible, con el que soñaba su espectador medio, la alucinante posibilidad de poder disfrutarla, estrella distante, tan lejana, imposible pero durante un ratito en la pantalla cierto. Y ella lo supo explotar. Y cuando se quiso poner dramática ya era demasiado tarde, aquello era una tragedia griega sin salida ni respuesta, ninguna posible escapatoria.