Haz click aquí para copiar la URL

Frankenstein (C)

Terror Frankenstein, un joven médico, trata de crear al ser humano perfecto y, sin intención, termina creando un monstruo. Primera versión cinematográfica de la novela de Mary Shelley. (FILMAFFINITY)
1 2 3 >>
Críticas 11
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
13 de agosto de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
262/22(13/08/20) He visto esta cinta por mi espíritu de antropólogo cinematográfico, una película con 110 años desde que se estrenó, producida por Edison Studios, escrito y dirigido por J. Searle Dawley, un cortometraje de apenas 13 minutos que tiene el mérito de ser la primera adaptación cinematográfica de la novela Frankenstein de Mary Shelley de 1818, ello con un elenco no acreditado con Augustus Phillips como el Dr. Frankenstein, Charles Ogle como el monstruo de Frankenstein y Mary Fuller como la prometida del médico. Rodada no para ser exhibida en el cinematógrafo sino en el Kinetoscopio, esa especie de cabina individual, que tenía adosado un visor por encima, invento de Edison, que sería el productor de la película. J. Searle Dawley adapta, libremente la legendaria novela añadiendo un toque místico que llega a emparejarla con la obra de Robert Lewis Stevenson “Dr. Jekyl & Mr. Hyde”, teniendo además la notoria diferencia de que el ‘monstruo’ es creado con especie de pócimas (sin partes de cuerpo de por medio) en un caldero. Con un metraje exiguo que o llega al cuarto de hora, el director hace una gran labor a la hora de sintetizar, ayudado por intertítulos que dan fluidez narrativa a sus continuas elipsis, sin diálogos, solo remarcando lo que pasa, siendo el desarrollo una selección de set pieces importantes del relato literario. El monstruo es interpretado por Charles Ogle, actor desconocido en la actualidad que hizo más de 300 películas en una carrera que duró dieciocho años. El maquillaje es bastante impresionante para una película tan temprana, pero el aspecto más memorable de la película es la creación real del monstruo, el efecto se logró quemando una efigie de un hombre y luego pasando la película hacia atrás para dar la impresión de que se está creando un hombre. La película está deliberadamente desprovista de escenas demasiado impactantes y asesinatos para permitir la distribución más amplia posible. Frankenstein tuvo así un gran éxito popular, fue uno de los mayores éxitos de los estudios Edison. Más que cualquier otro, marca el nacimiento de un género: el cine de terror.

Dawley, trabajaba para Edison Company, rodó en tres o cuatro días en los Edison Studios en el Bronx, Nueva York. La producción fue diseñada deliberadamente para restar importancia a aspectos horribles de la historia y centrarse en elementos místicos y psicológicos de la historia, es por ello que no hay muertes durante el metraje. Se creía que la película se había perdido hasta la década de 1970, cuando se descubrió la impresión original de nitrato en Wisconsin. Una realización deudora de la cuasi-prehistoria del cine, donde la cámara permanece estática quedando un plano general que da sensación de teatro filmado, donde los actores se mueven de modo sobreactuado para intentar emitir lo que no se puede con diálogos, don delos primeros planos son inexistentes y los aspavientos constantes. La película fue reportada en el Cinetograma de Edison con una longitud de 975 pies, dándole un tiempo de ejecución de aproximadamente dieciséis minutos a velocidades de película muda (16 FPS), o más cerca de once minutos a velocidades modernas (24 FPS).

Posee en su minutaje un ritmo trepidante, donde los hechos se desencadenan en elipsis profusas, hasta llegar al momento catárquico de la ‘creación’, donde el Mad Doctor vierte en gran caldero varios líquidos que producen humo, cierra la puerta donde está y Frankenstein observa por una ranura como su creación se forma a modo de varias capas que se van montando, hasta ir apareciendo una figura grotesca, nada que ver con la icónica figura de Boris Karloff, este es más un hombre de cromañón, alto, con una frente grandiosa, unas greñas mugrientas, unas manos con falanges a lo Nosferatu, y con unos andares seguros (nada que ver con alguien que ha nacido): Frankenstein se siente horripilado por la imagen de su creación, no siente alegría en ningún momento a lo ‘It’s Alive!’, desde el primer momento está contrariado por lo hecho, no porque su carácter sea malo, pues aún no sabe de esto, es como si solo contara ser guapo. Entonces mi primer pensamiento es (quizás con un poco de ironía), porque no lo lleva a una esteticien, lo baña, le corta el cabello, le pasa la manicura, y le pone un traje, igual así le gusta más. Pues este desprecio ipso facto es un tanto forzado. Luego entramos en una fase en que Frankenstein pretende olvidarse del ‘Monstruo’, y reanudar su relación con su novia, con la que termina casándose, ello mientras su creación sigue acosándolo, envidiando la vida de su ‘progenitor’ el ‘monstruo’, todo muy inocentón en este tramo, encuentros de pantomima exagerada donde el ‘monstruo’ cual vodevil, se esconde por indicación de Frankenstein tras una cortina. Tan confuso es esto que nunca se sabe que es realmente lo que pretende el ‘monstruo’, no se sabe si quiere lo quiera el doctor, si quiere matarlo, o si quiere a su novia. Pero teniendo un rush final muy apreciable en su cariz cuasi-freudiano, donde se nos hace ver que el Monstruo puede llegar a ser el Mr. Hyde de Frankenstein, o el cuadro de Dorian Grey, otorgando una conclusión profunda inesperada que me hace tener en aprecio este cortometraje.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de mayo de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 11 de marzo de 2018 se cumplieron nada menos que 200 años de la obra literaria de Mary Shelley “Frankenstein o el moderno Prometeo”. Un ejemplo de perdurabilidad cultural a lo largo de distintas épocas y contextos.
Desde esta primera versión cinematográfica de 1910 hasta hoy mismo, se ha forjado un arquetipo rotundo, explícito, pero contemplado y estudiado desde múltiples visiones.
Así, tras las veladas de Shelley en Villa Diodati en Cologny, junto a Byron y otras amistades, donde se fraguó la criatura, hasta el reciente musical El Jovencito Frankenstein, estrenada en 2007 en Estados Unidos y en 2018 en España —adaptación de la película homónima de Mel Brooks de 1974— tenemos a Frankenstein paseándose durante estos más de dos siglos por nuestras pesadillas, ambiciones, pensamientos, expresiones artísticas, escenarios, libros, cómics, películas de todos los géneros (terror, comedia, animación, series B y Z, erótico...), y mucho más.
Así, recordamos al personaje de Herman en la serie La familia Monster, la canción Feed my Frankenstein, del peculiar rockero Alice Cooper, o los proyectos de Fernando Marías “Hijos de Mary Shelley”, entre lo literario y lo escénico, y “Frankenstein resuturado”, ambicioso volumen de 2018 que conjuga una nueva traducción del libro original, nuevos relatos, ilustraciones y música.
Sin duda cuajó la estética y la ambientación de la película de James Whale de 1931 —El Doctor Frankenstein— en el imaginario colectivo y desde entonces hasta hoy nos sirve para horrorizarnos, no tanto por un desdichado monstruo de mirada ausente, cráneo alargado y tornillos en el cuello, sino por la nefasta capacidad creadora del hombre cuando quiere jugar a ser Dios.
En la película pionera de J. Searle Dawley apenas se esbozan los personajes. Casi no da tiempo, en una trama en el que el curioso proceso de creación del monstruo (más alquimia que mecánica o biología) se desarrolla más de lo necesario, haciendo ostentación de los efectos especiales de la época. Pero el mensaje queda más que claro en una precisa narración.
A destacar el uso de espejos para ampliar los planos, crear misterio y suspense.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Shikigami
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2 de marzo de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inicios del cine. No se puede criticar un filme de 1910 con los criterios actuales. En un ejercicio de imaginación, viendo con los ojos de entonces, la fabricación del monstruo impresiona, así como la primera vez que acecha a su creador. En aquellos años debía impresionar. En relación con la novela vemos varias escenas: la creación y arrepentimiento del Doctor, la visita del monstruo a su creador exigiéndole una compañera y la noche de bodas del Doctor; hay una escena más, apócrifa y que corresponde al final del filme y que nada tiene que ver con la historia, un final raro, con un elemento fantástico que no encaja.

Pero el monstruo pre-karloff es tremendamente interesante, ya que ni Shelley lo describió en detalle.
Quinto Sertorio
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
24 de noviembre de 2017
Sé el primero en valorar esta crítica
Es muy curioso ver la primera versión de este gran clásico. Había una anotación en la película cuando se proyectaba, que se había eliminado todas las escenas de la novela que podrían herir susceptibilidades. Aún así tuvo bastante crítica en su día, sobre todo por los más puritanos.

Como he dicho, es muy curiosa ver esta película. El horror se alcanza en su creación, pero luego parecía una especie de Drácula (que aún no había "nacido" con Nosferatu). Luego no daba miedo, porque los mismos actores no tenían pánico. Levantaban muchos los brazos, pero nada más, y eso no transmite terror. Quizás en aquella época que la interpretación era muy diferente a la de ahora sí. No lo sé.... quizás los historiadores en arte lo podrían decir.

Técnicamente lo que más me ha gustado es el juego con el espejo. Hasta la fecha (según las películas que llevo vistas) este juego no se había utilizado antes, y me ha gustado.
edugrn
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2 de noviembre de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera película que podría ser denominada del género terror como fue Frankenstein en el año de 1910 por J. Searle Dawley. Esta cinta de 16 minutos es la primera adaptación a la pantalla de los personajes de la novela de Mary Shelley y fue producida por Thomas Alva Edison. La película fue rodada en cine mudo y cámara fija en plano general durante toda su duración

Se rodó en tres días en los edificios Edison Studios del Bronx en Nueva York, a pesar de que Edison era su productor no tuvo una participación activa en la película, únicamente puso su nombre. Se estrenó el 18 de marzo de ese mismo año y fue una adaptación libre de la novela, por desgracia no se cuenta al menos que se recuerde una versión remasterizada de la misma y las versiones actuales carecen de la nitidez idónea para brindar una opinión acertada sobre las actuaciones.

Se debe ver como netamente un film histórico que nos llevarà mas de 100 años atrás en el tiempo donde un científico juega a ser dios para crear el primer prometeo aunque su experimento no tendrá los resultados deseados y el mismo le dará mas dolores de cabeza que beneficio real
Mitos Revelados
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow