Haz click aquí para copiar la URL

Sombras en una batalla

Drama En el pueblo donde trabaja como veterinaria, Ana conoce a un portugués con quien comparte un secreto. (FILMAFFINITY)
1 2 >>
Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
9 de septiembre de 2010
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son incontables las ocasiones en las que, en el marco de la ficción, obras literarias y cinematográficas abordan el peso que el pasado (por lo general trágico y traumático) ejerce sobre las personas. Y es que uno puede intentar huir de si mismo, enterrar sus recuerdos en lo más profundo de la memoria, pero el pasado tiene la mala costumbre de regresar, confundiéndose peligrosamente con el presente.

Este es el planteamiento general de esta película de Camus, que nos presenta la vida rutinaria y voluntariamente solitaria de una veterinaria rural (Carmen Maura); su mundo se reduce a unas pocas personas, como su hija y su compañero de trabajo (Fernando valverde), un amante de los pájaros por el que se siente atraída, sin que tal sentimiento (que es además mutuo) llegue nunca a concretarse. Pero el pasado, caprichoso y cruel, va a retornar con toda su crudeza a la vida de la protagonista, con motivo de la relación que casualmente entabla con un portugués (Joaquim de Almeida). Este hombre arrastra también sus propios demonios, y para desgracia de la veterinaria, son los mismos que los suyos, y una vez se hacen presentes, sólo cabe reemprender la huída o combatirlos.

La principal virtud del filme, aparte de las correctas interpretaciones, es el modo en que Camus materializa en imágenes el retorno de ese pasado trágico y ominoso; la aparición de un coche misterioso, el amenazador interrogatorio de una pareja de hombres, el reencuentro súbito con un viejo amigo (y algo más) que fue después temido, etc. El pasado retorna como si de una pesadilla se tratara, y obliga a la protagonista a volver a ser aquella persona a la que creía haber renunciado; una pequeña excavación en el jardín aledaño a su casa simboliza a la perfección esta verdad.

En conjunto la película es más que correcta, estando bien realizada, si bien uno no puede dejar de pensar que la historia hubiese podido dar más de sí, tener más nervio, a lo que hubiera ayudado, sin duda, un mejor guión. Lo cierto es que esa misma sensación es la que, con la única excepción de "Los Santos inocentes", me producen las películas que he visto de Camus, un director que aborda muchos temas interesantes, pero que rara vez logra sacarles el máximo partido.
Quatermain80
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
15 de septiembre de 2009
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Camus vuelve por su mejor territorio en esta historia intimista que aborda el difícil ámbito de los sentimientos, las relaciones humanas, los discursos del silencio y las sugerencias veladas. Personajes aislados, inmersos en los fantasmas de su interior, que a ratos se tocan, acarician y turban para volver seguidamente a su caparazón.

Retrato vivo de una España aldeana, en contacto con la naturaleza, donde se refugia una militante arrepentida, escapada del infierno. Un film así se basa en el dominio de los actores, cuyas representaciones rayan aquí a alturas muy superiores a las habituales. Los errores de guion, que convierten el final en una aventura rocambolesca, disminuyen la calidad final de la obra.
drelles
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2 de febrero de 2018
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Todo puede ser spoiler)
Silencios, elipsis, misterio. Casi una hora de película con la intriga, la tensión, los sobreentendidos y la larga espera.
El conocimiento llegará más tarde. Quizás demasiado. Cuando el espectador boquea, se atusa la densa cabellera.
ETA. GAL. Siglas que no se pueden nombrar. Horrores cercanos y muy españoles que aquí quedan velados.
Dramatizados pobre, ortopédicamente, a través de historias amoroso folletinescas, sentimental solemnes que sirven como muletas o formas de escape ante una realidad tan tozuda y mostrenca.
Dos lacayos del poder, de diferentes poderes. Piezas de ajedrez en un juego nefando que se encuentran por casualidad (ay esas continuas casualidades imposibles, esos encuentros fortuitos tan benditos) y se atraen/repelen. El esbirro del estado ama a la esbirra de otro estado más pequeño, reproducción en miniatura del mayor, hermano pequeño que pide más en el reparto a fuerza de violencia bruta, manchándose las manos de sangre (ajena, a ser muy posible). Grupos mafiosos financiados/ayudados/protegidos por los poderes públicos más o menos disimulados o travestidos.
El discurso de Camus es impecable e intachable. Matar es malo y el hombre moderno es el infierno. Nada hay por encima del individuo, ninguna idea abstracta y majadera justifica el derramamiento de sangre.
De acuerdo, completamente. Pero eso es tan obvio y verdadero que acaba siendo mentira, ya que elude la mayor parte de la información, el contexto, las estructuras de las que forman parte estos insignificantes ciudadanos, lo que mueve a esas organizaciones, el funcionamiento del mundo, la raíz, el meollo.
Evade esa mirada para sustituirla por amores imposibles, lealtades infinitas y actos morales grandilocuentes. Una especie de épica de western americano aplicada a un asunto terriblemente esperpéntico, sórdido y siniestro, poco dado a esos énfasis ascéticos y operísticos (más bien sería bufa la ópera). Es una observación pacata, temerosa, bondadosa, escondida sobre unos hechos abigarrados, atorrantes, brutales, cafres y grotescos.
Si Maura y Almeida son los peones de engranajes perversos, sicarios en el pasado que tomaron conciencia y escaparon (o no, o inconscientes seres arrojados por la marea al desguace de la historia), Valverde, en cambio, es el bien, la pureza, la bondad, la persona que huye de la civilización y del mundanal ruido y se esconde entre los árboles y los pájaros, como San Francisco de Asís.
Hay, por lo tanto, una contraposición entre la civilización, que supone barbarie, idiocia y muerte, y la naturaleza, que es el bien, la paz y la tranquilidad.
Una recuperación del "locus amoenus" (lugar ameno), el "aurea mediocritas" (dorada mediocridad) o el mito del buen salvaje Rousseauniano.
Se parte de un ideal de pureza y aislamiento y de una premisa cuestionable, del hecho de que el hombre es bueno por naturaleza, que es la civilización la que le corrompe.
Y tal vez eso no sea tan así.
De hecho, toda la historia de la humanidad se podría reducir, o resumir, a la lucha desesperada del hombre por escapar del implacable origen animal para así abrazar una nueva condición, menos cruel y despiadada, más cómoda y relajada, más proteccionista y cuidada.
Los pájaros a los que aquí se alude, igual que el resto de animales, no son seres angélicos que viven en un paraíso, más bien lo contrario, son criaturas arrojadas a un mundo salvaje en el que poco más cabe aparte de la pura supervivencia, nada que escape al intento reproductivo o alimenticio. Una existencia acogotada por mil peligros, sufrimientos y horrores, por infinitas amenazas y rivalidades.
Y el hombre nace, sin necesidad de influencia ninguna, con todo tipo de instintos depredadores, destructivos, posesivos y asesinos. No es la inocencia abstracta ni una tabula rasa, es un proyecto de troglodita al que se trata de limar. De ahí que cualquier anhelo reaccionario (vuelta atrás), por muy saludable que sea en ciertos aspectos, la sencillez y la esencia despojadas de artificios repugnantes, por ejemplo, nunca puede ser un ideal absoluto o una solución definitiva.
Lo mismo que su reverso, el progreso ciego tiene su enorme precio, la construcción en serie de humanos tecnologizados, despersonalizados, aborregados, seres masa que repiten códigos y fórmulas como si estuviesen drogados, que bailan a un ritmo feroz impuesto por entidades que ni alcanzan a comprender o siquiera visualizar y a las que, en el colmo de la sugestión condicionada, obedecen con inercia férrea, llena de mantras oficiales repetidos por loros amaestrados y asustados.
Ella es una Yoyes. Cuestionó la organización y la mataron (a la pareja en este caso).
Él es un simple mercenario que pasaba por ahí. Un hombre perdido, sin amparos ni asideros, que es capaz de caer en cualquier abismo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8 de julio de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Mario Camus bueno. Gracias a un guión ejemplar y a actuaciones memorables como la de la siempre creíble Carmen Maura (salvo cuando le hacen hacer tonterías) y de un excelente Tito Valverde.
La historia camina paso a paso hasta un interesante final, todo resultado de unas historias antiguas que, eso sí, no se acaban de explicar del todo.
La afición por los pájaros del que interpreta Valverde nos permite ver grullas, todo tipo de ánades, un halcón...A quienes nos gusta eso es un aliciente más.
En la variada filmografía de Camus esta es una que queda.
yoparam
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de octubre de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El guión es de locos. No entiendes nada. Maniqueísmo y falseamiento de la realidad. Los actores penosos. Sueltan sus parrafadas sin ton ni son. La caracterización de colegio de primaria. Pero como alguien puede pensar que eso es el terrorismo. Señores los terroristas LEEN. Tienen pensamientos. Buscan un ideal de liberación y unos cambios sociales y culturales. Intentan cambiar la realidad. No voy a discutir con nadie sobre la legitimación de la violencia terrorista pero es obvio que existe y se ejerce. Y por parte del Estado también se ejerce la violencia y además con un discurso de legitimación cuando no de amnesia y olvido.
Aquí no pasa na! Romerales. Esta Yoyes se nos ha rebelao un poco.
Por cierto no sé muy bien donde transcurre la historia porque mezcla exteriores de Zamora con exteriores de Teruel (Laguna de Gallocanta). Casi na. Dando por hecho que es el mismo lugar. Creo yo que es así porque el guión no lo deja claro.
Eso si los exteriores del pueblo de Zamora, Bermillo de Sayago están muy bien rodados. A la caída de la tarde y el comienzo de la noche. Es lo mejor.
brezhnev
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow