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Charlot, héroe del patín (C)

Comedia. Romance Charlot trabaja como camarero en un restaurante y sufre un percance con Mr. Stout, un cliente testarudo y gordinflón. Tras acabar su jornada se dirige hacia un local de patinaje donde casualmente se encuentra con Stout, y ambos competirán por la atención de una guapa joven que también ha ido a patinar. (FILMAFFINITY)
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
19 de febrero de 2018
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un corto muy divertido, de lo mejor que hizo Chaplin en aquella época para la Mutual. Combinaba los desastres de un torpe camarero en un restaurante, con los incidentes que tenían lugar en una sala de patinaje. En media hora había tiempo para todo: pollos saltarines, un gato vivo servido en bandeja, jefes amenazadores, broncas en la cocina, una chica en disputa (la encantadora Edna Purviance), un malo (maquillado como tal), que no paraba de recibir, infidelidades por duplicado, un actor disfrazado de mujer "poco agraciada", que también recibía lo suyo, y unas peleas en patines, que no me canso de ver. Chaplin todavía no había hecho sus obras mayores, pero ya daba muestras de su talento para la comedia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Feng Lanzhí
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26 de abril de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Charlot trabaja de mozo en un restaurant elegante. Pero sus torpezas son proverbiales, como por ejemplo, cuando para sentar a una senora excedida en kilos rompe los 2 brazos de un asiento convirtiéndolo en una silla con sólo el respaldo. Tiene varios problemas e incidentes también en el sector de la cocina y también, como lo indica el epígrafe, cuando patina en un salón contiguo del local. Sobre esa base muy simple se hilvana el film que, sin ser deslumbrante, ni igual de cómico en todo momento, logra despertar el humor en varias oportunidades. Las actuaciones, a tono. Algo más de siete.
elneon
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6 de marzo de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Charlot trabaja para hacerse una pista de patinaje que es su gran pasión. Una pasión de un gran patinador. Para pagarse su pasión lo mejor es trabajar por horas en un restaurante de lujo. El lujo es tener un camarero patoso y genial que todo lo hace bien para el espectador. Patinando da clases de maestro a cualquiera que se ponga en su camino. Luego habrá tiempo para flirtear con la maravillosa Edna Purviance. Poca gente se habrá dado cuenta que Henry Bergman está igual de señora que de señor, no os preocupéis por eso ya que yo he tenido que consultar un libro para acordarme de su nombre. Charlot, héroe del patín es algo más que un 10.
LAURADURMIENTE
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13 de marzo de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cortometraje conocido como Charlot, Héroe del patín (en su título original the Rink) de 23 minutos de duración está considerado como uno de los mejores de Charlot, y se trata del octavo film que realizaba Chaplin para la productora Mutual Films.

El cortometraje empieza en un pequeño restaurante donde Charlot trabaja como camarero. Ahí empiezan los diversos gags cómicos que tendrán a nuestro actor británico como protagonista, y donde cometerá mil y una tropelías contra los clientes, enfadando además a un personaje alto y gordinflón, físicamente todo lo contrario que nuestro Charlot, conocido como Mr. Stout e interpretado por Eric Campbell. Pero lo mejor de la obra viene después de este encontronazo en el restaurante, cuando ambos protagonistas coinciden en una pista de hielo. Con razón, mucha gente, como el crítico de cine Manuel Villegas López (autor que realizó una biografía sobre Charles Chaplin) ha hablado de la película diciendo que “The Rink es el más loco, rápido, y más bello ballet cómico que se ha hecho jamás en el cine”. El cortometraje combina dos de las facetas que mejor dominaba Chaplin, como era su vena cómica y su gran aptitud para el patinaje de hielo. Las dos vertientes se unen para formar un bello ballet en el que la risa resulta inevitable, más cuando tenemos una unión de contrarios como los que representan magníficamente Chaplin y Campbell en la película.
Kyrios
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7 de abril de 2023
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59/03(03/03/23) Divertido corto silente del genio del Séptimo Arte Charles Chaplin, no es de sus mejores, pero es que hablamos del Tótem por antonomasia, y si es de los que te saca varias carcajadas. Con más de un siglo desde sui estreno es capaz de mantener su frescura y poder de transmitir humor de forma vigorosa, en medio de su multitud gags en modo slapstick. Dirigido, escrito y protagonizado por el Icono del bigotito (anterior al otro que lo inmortalizó de infausto alemán recuerdo), fue la octava cinta que realizó (de las doce que tenía por contrato) con la Mutual, estando de secundarios sus clásicos fetiches como Edna Purviance como el anhelo amoroso, Eric Campbell como el mítico villano gordinflón, y Henry Bergman, aquí travestido. Chaplin aquí está alejado de su legendario vagabundo, aquí es un camarero travieso que en los ratos libres visita la pista de patinaje., donde el actor despliega sus habilidades con los patines, que ya había plasmado sobre los escenarios de vodevil en giras antes del cine con la compañía de pantomima de Fred Karno. También Chaplin aún solo quiere divertir sin más, con historias ligeras, solo desea provocar risas blancas, aun no ha introducido en sus argumentos los componentes dramáticos que lo elevarían aún más.

Aunque se llame “The Rink” originalmente, o el título en España sobre el patinaje, la primera mitad del minutaje acontece en un restaurante. Allí Chaplin nos deleita con su alegría de vivir, con sus acrobacias, sus coreografías fabulosas, inunda el escaso metraje de apenas 25 minutos con un sinfín de números de comedia, con un tropel de enfrentamientos, con caídas, golpes, peleas, confusiones de comidas, un gato de manjar, un cobro desternillante, una ‘curiosa’ forma de sentar a una (oronda) mujer (en realidad Henry Bergman) en una silla (adaptándosela a sus medidas), un delirante manejo de puertas batientes, preparación de coctel ingenioso, lanzamiento de comida cual bola de baseball, y todo ello mientras se granjea una rivalidad, y como no traba algo más que amistad con la bella Edna Purviance. Todo esto nos llevará al clímax en la pista de patinaje durante una fiesta, donde los tropezones serán constantes, en una sinfonía excelentemente manejada, siendo la tensión cuando se cruzan los antagonistas, siendo para recordar el momento en que Chaplin intenta levantarse del suelo y se mantiene (con algún tipo de truco visual) a medio caer) una y otra vez por los empujones de Campbell. Y todo acabando de forma nada acomodaticia, con ¡mucha picardía y valentía.

Spoiler:

Me refiero a que no es acomodaticio el final, porque Chaplin no se queda con la chica, si n o que huye de la policía en patines de la policía que no pueden seguirle, este además se engancha con su famoso bastó a un auto y mientras se desliza hacia el horizonte se burla de sus perseguidores.

No estando en la terna de los mejores, si que pasas un ratito placentero disfrutando de la vitalidad y ganas de vivir que transmite Chaplin. Gloria Ucrania!!!
TOM REGAN
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