La Lola se va a los puertos

Resulta curioso que hasta la fecha no haya una sola reseña sobre esta película, pero en cambio, esta injustamente valorada, en mi opinión, pues me hubiera gustado leer a alguien argumentando por qué está tan devaluada en esta web. Será que no interesa porque es folclórica, será porque el peso del film recae en una estrella de la copla, será porque hay flamenco y caciques, o más bien es denostada por prejuicios subjetivos inconfesables, yo prefiero este tipo de cine popular y de calidad, producido con dinero privado (quiero decir que no cuesta un euro al contribuyente), que muchos engendros modernos subvencionados para hacer películas infumables, sectáreas, maniqueas y monotemáticas a favor de una determinada ideología. Antes de Almodovar, Amenábar y los “progres de la ceja”, ya se hacía un buen cine, y muy digno según estamos viendo en ese ciclo que se emite en la 2 sobre cine Español.

“La Lola se va a los puertos” es una libre adaptación de Josefina Molina que traslada la obra decimonónica a finales de los años 20 del siglo pasado, en una Sevilla alegre y colorista, con inquietudes del pueblo andaluz, plasmando las diferencias sociales, pensadores y poetas que reclaman políticamente reformas estructurales para liberar a los trabajadores del campo a librarse del yugo y la explotación de los caciques latifundistas. Una versión moderna que respeta el espíritu de los autores de la obra original, los hermanos Machado. Añadiéndole al personaje de Lola, una mujer mucho más madura que la versión de Juan de Orduña, una profunda dignidad moral y feminista, que supera a la anterior en profundidad psicológica y reflexión artística. Gracias a una portentosa Rocío Jurado en su papel soñado que nos deleita con un puñado de canciones, en su plena madurez que le otorga al personaje multitud de aristas y matices, de una mujer indomable y de principios que no se amilana ante el poderoso.

Magníficamente ambientada, una fotografía espléndida que resalta unos paisajes de la Andalucía más verde e idílica, una película romántica y a la vez realista. Su personajes tienen entidad psicológica y están perfectamente definidos. Los diálogos escritos por la cineasta Molina, son certeros y medidos, para ilustrar el amor, y también el desprecio. La aparición puntual de personajes como Blás Infante o García Lorca, le sirve a Molina para recrear el contexto social donde está situada la trama. El argumento es sobradamente conocido: Lola es una famosa cantaora que se gana la vida junto a su guitarrista y amigo Heredia (José Sancho), un hombre que la ama y la respeta sin esperanza de ser correspondido. Ambos son invitados para actuar en la fiesta que Don Diego (Paco Rabal) ha organizado en su mansión para celebrar el enlace de prometida entre su hijo y la joven Rosario de la alta sociedad. Ambos anfitriones, padre e Hijo se sienten atraídos por Lola, que intentan conquistar de forma muy distinta.

Se trata de un arrebatador melodrama, lleno de sensualidad femenina, en el que el amor imposible, los celos y la pasión se intercalan. Impecables cuadros flamencos, elegante y brillante en su puesta en escena a cargo de Josefina Molina que aceptó el encargo del productor Luis Mendez. Una película con una soberbia banda sonora, llena de humanidad que reivindica la historia de Andalucía, una tierra repartida injustamente, subdesarrollada, pobre y esquilmada por unos puñado de señoritos que solamente han cambiado de cara e ideología, pues antes eran caciques explotadores de derechas y ahora lleva gobernando el mismo partido desde la muerte del dictador, engatusando al pueblo con subvenciones míseras clientelares y creando todo un tejido social afín a los intereses de estos parásitos que se enriquecen con todo tipo chanchullos, cursos de formación y los eres, con miles de millones que deberían ser invertidos en la creación de un tejido industrial, una muestra de corrupción institucionalizada.

Estamos frente al remake de la película homónima española de 1947 dirigida por Juan de Orduña y protagonizada por Juanita Reina. En esta ocasión Josefina Molina nos presenta un filme 100% comercial sin mucha complejidad que aborda la ya clásica fórmula del triángulo amoroso y el romance entre una mujer madura y un hombre joven.

El drama romántico que retrata la historia no es nada pretencioso, el elenco es bueno y la dirección adecuada; Josefina Molina toca temas como el empoderamiento femenino, el amor propio, la dignidad y la libertad. Además la trama se ameniza con algunos números musicales interpretados por la gran Rocío Jurado...en conclusión es una cinta entretenida y palomera.