Marchlands (Miniserie de TV)

Serie que planta en la desilusión del espectador, ya que espera ver algo más sobrenatural y se encuentra con una historia dramática a tres bandas.

Trata sobre la muerte de una niña, y sobre tres familias en diferentes épocas, y como les afecta el hecho de que el espíritu de la niña siga presente en la casa.

El guión sobre el papel parece interesante, ya que se intuye que va a girar más por el tema sobrenatural, pero una vez que empiezas a visualizar la serie te das cuenta, que la historia tiene su misticismo, pero en cuentagotas, y lo que sobresale es el dramatismo, 3 historias con connotaciones muy diferentes, con algún que otro elemento enlazante, pero mínimo, y todo para llegar a un desenlace pésimo, por lo tanto acaba llevándote a la decepción.

Actuaciones de segunda categoría, de telenovela, dramatizan en demasía o se auto-ridiculizan interpretando papeles que no comprenden y que por lo tanto no saben transmitirlos.

Lo mejor, el nexo, la casa y lo que la rodea, el trabajo técnico, exteriores, vestuario, maquillaje, música y demás, excelente, en la representación y las caracterizaciones, y es lo que salvan a esta serie de caer en el pozo de la mediocridad.

En fin, no esperéis gran cosa, así la decepción y el desencanto no se apoderará una vez que terminéis de verla.

Marchlands da comienzo con la muerte de la pequeña Alice Bowen en extrañas circunstancias. Este comienzo podría decirse que se ha visto mil veces, la diferencia es que nos muestran la misma casa en la que vivía Alice en épocas diferentes (1968, 1987 y 2010) y con diferentes inquilinos. El nexo común entre las tres épocas son la casa y Alice que parece no querer abandonar su antiguo hogar.

La serie tiene un sólido reparto (la pequeña que interpreta a Amy está espectacular), una historia que te atrapa y la mezcla entre las diferentes épocas está muy conseguida. Además es maravilloso que se trate de una miniserie de tan solo 5 capítulos, sabes que no van a alargar la trama innecesariamente.

La parte negativa es que el peso entre las diferentes épocas está un poco descompensado. La pareja que vive en la actualidad me resulta un poco aburrida en comparación al resto. En cambio, la parte de los padres de Alice o la familia de la pequeña Amy están estupendos.

Recomiendo esta serie a quien le gusten los dramas familiares y la intriga pero no se la recomiendo a quien solo le atraiga por el misterio de la muerte de Alice porque Marchlands se centra más en los sentimientos que en la intriga.

Serie británica de cinco episodios con el único propósito de que cuando la acabes de ver te quedes absolutamente igual que al principio, con cara de congrio garrapiñado ya que la espera de la sorpresa final, trata de que no hay sorpresa.

La historia, bien entrelazada, se centra en la vida de tres familias que ocupaban la misma casa en diferentes décadas pero con el elemento común de la presencia espectral de una niña ahogada y experta en fontanería ya que no deja de abrir y cerrar grifos en toda la serie.

Este espectro intenta dar señales a las familias que habitan la casa para que hallen pistas sobre el porqué de su desgraciada muerte, ahí el intrínguli.

Pero es una serie muy lenta, de darle paciencia, le cuesta arrancar, hasta el cuarto capítulo no lo hace (por dar ánimos), la presencia de la niña fantasmagórica no aporta esos típicos sustos que tanto a nosotros nos gusta y cuando esperas el final con ansia, ese cambio de guión impresionante; te dan ganas de ahogarte con la niña en el río.

Por cierto, una charca, que me cuesta mucho creer que se pueda ahogar la niña o morir congelada sin llegar a agarrarse a algo ya que se supone que la niña cae al río dando un paso en falso, justo en el borde sin corrientes ni animales prehistóricos, por eso pienso que es el LLobregat como reza mi título, el único río que gracias a su contaminación tiene poder de succión.

Aún así, está bien montada referente a la ambientación de la época donde sitúe la acción, la historia tiene coherencia, los personajes están bien interpretados pero carece de entretenimiento y emoción.

Uno de los grandes éxitos de la televisión británica del 2011 ha sido la producción de la ITV “Marchlands”.

La virtud de este éxito es jugar a contar una historia desde el punto de vista de tres familias en tres épocas diferentes que viven en el mismo lugar, Marchlands, y las tres comparten componentes para descubrir un misterio ocurrido con uno de sus habitantes.

Siendo más destacables las historias que se desarrollan en los 60 y 80 que la actual, va hilando fino para intentar descubrir que es lo que en realidad le paso a Alice.

No es brillante pero sí muy por encima de la media. Con una perfecta ambientación de las tres épocas y unas actuaciones muy correctas, y, tal y como se ha comentado alguna vez con las series británicas, con la duración justa (solo cinco episodios) para disfrutarla y no perder el interés en complicados entresijos que lo único que hacen es alargar la historia y aburrir al espectador.

“Marchlands” es una miniserie que se deja ver, sin más. Y ojo que no quiero decir con esto que sea mala o aburrida ni nada por el estilo. Lo que pasa es que tampoco es un producto que te emocione o te cale muy hondo. Simplemente es una miniserie que sólo entretiene y ya dependerá de cada uno si eso justifica o no su visionado.

¿Qué te espera en “Marchlands”? Pues podría decirse que te espera la típica historia de corte sobrenatural de siempre. Hay niña fantasma, hay grifos que se abren y cierran solos, hay columpio meciéndose solo en el jardín, hay bombillas que parpadean, hay ruidos extraños, etc. Lo único que resulta novedoso aquí es la forma de contar la historia, ya que lo hace a través de tres diferentes familias en tres épocas distintas (1968, 1987 y la actualidad). El nexo de unión entre ellos sería la presencia de un ente sobrenatural, el fantasma de Alice Bowen, en la casa donde habitan.

La historia está bien hilvanada en su conjunto y, a pesar de los numerosos saltos temporales que se producen durante la narración, nunca le pierdes el hilo conductor ni tampoco te equivocas de época (en mi opinión esto es todo un acierto). Lo malo es que la historia la rematan de la forma más insípida imaginable. De verdad, es una verdadera lástima que no le hayan buscado otro desenlace con más miga a la historia (a poco que lo hubieran hecho estoy seguro de que la miniserie ganaría muchos enteros).

Las actuaciones son correctas en líneas generales. Quizás destacaría un poco por encima del resto a Sydney Wade (la niña que entra en contacto con el espíritu de Alice Bowen en 1987). El aspecto técnico no está mal para tratarse de un producto para la televisión: las diferentes épocas están decentemente ambientadas, la fotografía no está maleja, los pocos efectos especiales que tiene no cantan demasiado… en fin, que supera el corte del campo metafóricamente hablando. Y otra cosa que quiero alabar es que la miniserie no la alargan innecesariamente en ningún momento.

Y poco más voy a añadir. La serie la recomiendo a aquellos cinéfilos que devoren productos de corte sobrenatural. No obstante, quiero advertir a quien busque un producto de esos que proporcionan el “sustito” a base de subir el volumen, y con escenas que den yuyu, que aquí esas cuestiones prácticamente brillan por su ausencia. Esto más que nada es un drama sobrenatural con una pizca de intriga (vamos que no hay terror por ningún lado).