Redención

También conocida como Resistencia Pacífica, La No Violencia Activa, se refiere a llevar a cabo todas las acciones legales y de oposición que favorezcan un cambio, pero, sin asumir acto alguno que lesione físicamente o comprometa la vida de los opositores. Al hablar de, Activa, se le quita todo carácter de pasividad o sumisión, y se hace un llamado a perseverar y a resistir hasta las últimas consecuencias… o hasta que se haga justicia.

El escritor ruso, Lev Tolstói (Лев Толстой) (1828-1910), quien, junto a Dostoievsky y Gorki, llevara a la cima el realismo literario, fiel a su práctica cristiana, promulgó en algunas de sus obras (“El reino de Dios está en Vosotros”, es quizá la más explícita), la No Violencia Activa como forma de vida y ejercicio espiritual, y cuando tuvo algún intercambio epistolar con Mahatma Gandhi, terminó inspirándolo (o reafirmándolo) en lo que el líder indio llamaría, luego, la Satyagraha (La Fuerza de la Verdad) y Ahiṃsā (La No Violencia).

Aunque publicada póstumamente, la obra “El Cadáver Viviente” (Живой труп) había sido escrita por Tolstói en 1900, y fue estrenada en el Teatro de Arte de Moscú, a finales de 1911. El celebrado Konstantin Stanislavski, hizo en ella las veces de actor y codirector. Seguidamente, la obra fue producida en San Petersburgo, y productores de ciudades como Berlín, París, Londres… y New York, no tardarían en interesarse por adaptarla. En Broadway, fue Jacob Adler quien primero la produjo y protagonizó, y en 1918, producida por Arthur Hopkins e interpretada por John Barrymore, se lanzó con gran pompa y éxito con el título, “Redemption” (Redención), habiendo alcanzado 204 representaciones.

El cine, por supuesto, no iba a ser ajeno a una obra que, con magníficos diálogos y encantadores personajes, daba una trascendental lección sobre los triángulos amorosos, sobre las relaciones humanas en las que pesa la amistad… y hasta sobre la No Violencia Activa, y a partir de 1911 -año de su estreno local e internacional-, comenzaron a hacerse versiones fílmicas que, hasta hoy, sobrepasan la decena.

“REDENCIÓN”, fue el primer filme sonoro que realizara el respetado director, Fred Niblo (“The Mark of Zorro”, “Blood and Sand”, “Ben Hur: A Tale of the Christ”…), pero, su inexperiencia en este terreno lo llevaría a caer en una adaptación con un claro caminado teatral, y para su mayor desgracia, el admirado galán del cine mudo, John Gilbert -en quien había puesto todas sus esperanzas-, resultó tan recitado y sobreactuado que, hasta él mismo, se avergonzó del resultado y rogó al Estudio para que la película no se exhibiera. Pero, aunque se pospuso un año, finalmente se exhibió confiando en que, las muchas admiradoras de Gilbert se contentarían con su sola presencia.

La crítica implacable y poco adepta a la literatura rusa por obtusas razones, hizo la cinta trizas como se esperaba… y no sé si alguien se atrevió a ser tan objetivo que pudiese reconocer los encomiables razonamientos de la historia, las cálidas interpretaciones femeninas, y la acertada composición de planos que posee, “REDENCIÓN”.

“Había una vez tres seres humanos…"