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A Very Secret Service (Serie de TV)

Serie de TV. Comedia 2 temporadas, 24 episodios. En 1960, en plena Guerra Fría, André Merlaux se une al servicio secreto francés y se enfrenta a enemigos extranjeros y burocráticos.
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
9 de julio de 2016
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
A VERY SECRET SERVICE, al servicio de la incorrección política
La primera temporada de A Very Secret Service (Au Service de la France), serie francesa emitida por Netflix, nos ha dejado muy buen impresión. Se trata de una comedia ambientada en 1960 que tiene como protagonistas a los miembros de un “servicio secreto”. Al igual que Lilyhammer, podría ser definida como “comedia negra”, pero esto no sería decir mucho sobre el contenido: hay que añadir también que se trata de un viaje a la Francia de 1960 realizado a través del mundo del espionaje. Y vale la pena verla, especialmente, si usted ama el cine francés, las películas de espías y conoce algo de la Francia de aquellos años. Si esta última condición no le acompaña, se perderá algunos de los mejores gags de la serie. Pero, incluso en ese caso, se distraerá, reirá y sonreirá durante toda a lo largo de los doce episodios. Dato importante: la serie es en algunos momentos “políticamente incorrecta”; valor añadido, por tanto.
En 1960, Francia había perdido buena parte de sus colonias. No pasaba un año sin que un país africano o asiático manifestara su deseo de independizarse de la metrópoli. Algunas independencias habían sido traumáticas (Indochina), otras lo estaban siendo (Argelia), la mayoría se realizaron sin pena ni gloria, aun a sabiendas de que aquellos países (subsaharianos) no estaba preparados para sobrevivir.
La película nos muestra a un extraño y burocratizado servicio secreto, provisto de unos agentes en los que la estupidez y la haraganería pura y simple, los sitúan solamente un pelo por encima del celebérrimo Maxwell Smart, el Superagente 86. Allí va a parar un nuevo funcionario en torno al cual gira la trama, el único que parece normal, “Ardré Merlaux” (interpretado por Hugo Becker). Todo en dicho servicio es “secreto”, nadie sabe exactamente lo que está haciendo –es “secreto”- y se limitan a cumplir las órdenes transmitidas mediante formularios. El relleno de formularios constituye una parte esencial en la vida de estos agentes, de la misma forma que el sonido de su oficina está salpicado por el ruido de los tampones de caucho golpeando las mesas.
La narración tiene un deliberado tono surrealista y una lógica absurda que en donde, justamente, reside su atractivo. Las categorías lógicas son abolidas. El absurdo se apropia de las situaciones e impone sus reglas. Y, sin embargo, tanto absurdo no puede hacer olvidar que, en el fondo de la narración, hay un poso de veracidad.
En 1960, hacía solamente 15 años que se había terminado la Segunda Guerra Mundial. No todos habían restañado sus heridas. Algunos franceses seguían odiando al enemigo alemán. Desconfiaban de él y de todo lo que propusiera. El haber pertenecido a “la resistencia” contra los alemanes durante la guerra, era el máximo título de prestigio para cualquier francés, a pesar de que la resistencia fue extremadamente minoritaria y casi imperceptible hasta el desembarco norteamericano en Normandía, cuando la guerra estaba ya ganada. Igualmente, la quintaesencia del deshonor era haber colaborado con el “gobierno de Vichy” que había negociado la rendición de Francia con los alemanes. En esto que estalló la “crisis de Argelia”: los nacionalistas argelinos querían la independencia, pero allí residían un millón de franceses que no estaban dispuestos a dejar de serlo. Aquello se convirtió pronto en una guerra abierta.
Entonces, algunos franceses vieron en De Gaulle al eximio salvador de la patria en junio de 1940, al nuevo mesías que requería la situación. De Gaulle fue sacado de su retiro y convertido en presidente para que resolviera el problema argelino. Había terrorismo de los independentistas argelinos y De Gaulle llegó para garantizar que Argelia seguiría siendo francesa. Tres años después daba la independencia a aquel país: como si un experimentado piloto hubiera realizado un aterrizaje perfecto en el aeropuerto que no era al que querían llegar quienes fletaron en avión. Como podía esperarse, una parte del ejército, apoyada por la población europea de Argelia se sublevó y generó otra organización terrorista, la OAS. Por si esto fuera poco, para derrotar a la OAS, Da Gaulle autorizó la formación de bandas de delincuentes comunes especializadas en el asesinado de miembros de la OAS, los “barbouzes”. Con De Gaulle, de haber solamente un terrorismo, el del FLN argelino, pasó a haber tres: el del FLN, el de la OAS y el de los “barbouzes”.
Es en este contexto anómalo y, ya de por sí, surrealista, en el que hay que insertar la trama de esta serie para poder percibir todas sus calidades humorísticas. Las formidables metidas de pata de la política francesa de aquella época, aparecen en esta serie en forma de gags. Se alude a hechos que realmente ocurrieron y se ironiza sobre una época y sobre la mentalidad de quienes tenían las riendas del poder. No es por casualidad que la figura del General De Gaulle aparezca en la presentación de cada episodio o que el jefe del servicio de inteligencia esté caracterizado casi como sus perfecto sosías.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Amor DiBó
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11 de octubre de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una inteligente y acerada sátira política y costumbrista, que saca petróleo de la idiosincracia francesa y de la convulsa historia de los 60 del siglo pasado en el país vecino.

Hay varios niveles de disfrute en esta serie: como comedia de espías en tonos absurdos se deja ver, es graciosa y dinámica, y con sus personajes grotescos y situaciones surrealistas resulta muy entretenida y divertida de ver.

Pero la serie ofrece mucho más: repasa la complicada historia de Francia en los años 50 y 60 del siglo XX, los dramas de la descolonización de los países de Africa y sobre todo, la tragedia nacional que fue la independencia de Argelia, con el sangriento terrorismo del FLN, la OAS y los Barbouzes, algunos perseguidos y otros instigados por los propios servicios secretos franceses, desde un punto de vista de incorrección política muy remarcable. Todo sucede en aparente broma y trivialidad pero lo que vemos son sucesos y hechos tremendos, como los atentados indiscriminados o las torturas y el terror usados por todas las partes durante el cruento proceso de independencia argelina.


Hay un tercer nivel que es incluso más divertido y sutil, y es el retrato despiadado y a la vez cariñoso que hace del carácter francés, sobre todo en el trabajo: ese espiritu que oscila entre el corporativismo y el compañerismo, ese alma funcionarial que todo francés lleva dentro, la elaborada regulación laboral, a base de primas, formularios y protocolos, el ocultismo, la compleja y estricta etiqueta del lugar de trabajo que rige desde los saludos a las celebraciones, o como retrata el complejo de superioridad de los parisinos. Una gozada.

En fin una serie más que recomendable, llena de humor inteligente y detalles sabrosos, y que te hará apreciar un poco más (o un poco menos) a nuestros queridos vecinos del norte.

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Arponero Sánchez
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5 de mayo de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Grata e inesperada sorpresa esta serie francesa de espías de los años sesenta. El canal ARTE franco-alemán crea un producto magnífico, con un guión muy bien elaborado que, con un tono cómico, enseña los problemas políticos de la Guerra Fría y la Descolonización desde el punto de vista de la Francia gaulista del momento. Actuaciones impecables, música y fotografía muy bien escogidas y escenografía inmaculada. La única pega es que no haya segunda temporada.
juanperio
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10 de julio de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una comedia de espías que empieza muy bien y se va poniendo mejor con cada capítulo. No soy un gran conocedor del humor francés, pero si es este entonces empezaré a mirar mas cine francés... El problema es que solo son dos temporadas. Muy recomendable, muy.
diegoalejandro
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