Three

Del director alemán Tom Tykwer todos recordamos la entretenida y novedosa 'Lola rennt' ('Corre, Lola, corre') de finales de los noventa. Muchos pensábamos entonces que estábamos ante un director con un talento equiparable al de Tarantino. Visionarios de pacotilla.

Lo cierto es que la filmografía de Tykwer se ha ido llenando con el paso de los años de títulos bastante irregulares. Sus aciertos pueden contarse con la mitad de los dedos de una mano. Después su pobre debut en Hollywood con 'The International', Tykwer vuelve a su país natal para contar la historia de tres vidas que cuelgan pendientes de las casualidades y la numerología.

Las formas de'DREI (3)'abrazan al "gafapastismo" profundo y militante. Que se gusta a sí misma es algo que destila cada plano. Sin embargo el fondo de la cuestión está tratado con la sensibilidad justa y necesaria. El lado más oscuro, turbio, crudo y egoísta de las relaciones de pareja queda retratado durante el primer y sobre todo el perfecto segundo acto.

El filme realiza un ejercicio preciso acerca de las conexiones entre la mentira, el sexo y la confianza en el entorno social más próximo y común al ser humano. Lo que más se agradece de 'Drei (3)' es que sea tan retorcida y estridente como la vida misma. Los problemas aparecen cuando se dispone a trivializar sobre los asuntos más duros e importantes. Ahí flaquea bastante.

En ciertos aspectos el tono de la película deambula sobre la delgada línea que separa la estupidez de la ternura, pese a que ambas emociones vayan en tantísimas ocasiones de la mano. La admiración y el rechazo (des)varían a lo largo del metraje y al gusto del consumidor.

Cabe destacar sobre todo el buen giro que abre la puerta del tercer acto. Todos esperamos expectantes el triple encuentro de los protagonistas y cuando llega es brutal, enorme y escandaloso gracias al acierto del director (y guionista) de llevar la casuística hasta su extremo. Las casualidades de la vida son aún más jodidas cuando las ves funcionando en la gran pantalla, maldita sea.

Una vez alcanzado el clímax del triple encuentro la trama queda envuelta en una burbuja pomposa e insoportable. Iba camino del notable alto, pero su manía de cebarse en algunos recursos visuales y un tercer acto de lo más artificioso dejan a la película rozando la patraña y al espectador con el culo apretado.

Cuando conocí al Tom Tykwer de "corre Lola corre", era un alemán con ganas de demostrar potencial, de impresionarnos, y que menos que decir que lo consiguió, con una propuesta arriesgada, entretenida y ante todo original. Con su llegada a EE.UU sentó las bases de la mediocridad, no quedaba nada de aquel personaje inicial, si acaso mencionar su aportación a "París Je t'aime" donde destacaba con nota.
En "Three" parece querernos sorprender de nuevo, pero esta vez, de una manera más intelectual y menos formal.
La película se desenvuelve en un "gafapastismo" desmesurado, hasta el punto de resultar pedante en muchas ocasiones, conversaciones vacías, situaciones forzadas...sin embargo la naturalidad con la que actúan ,por lo general, estos personajes te hace meterte en la historia. Las actuaciones están logradas, consiguiendo una mezcla de sensaciones y sentimientos. La historia de una pareja donde se introduce a un tercero en discordia esta muy vista, pero aquí toma matices nuevos, actuando éste como un catalizador de la vida personal, profesional y sentimental de los otros dos. Si a esto le añadimos unas reflexiones acerca de la vida y de la muerte, unas conversaciones un tanto complicadas acerca del ser humano, sus elecciones, la libertad del individuo... nos topamos con algo más profundo.
Y es precisamente esa necesidad de sentar cátedra del director lo que genera un cierto rechazo por el espectador, tanto "moderneo" en la película resulta excesivo, sin embargo bajo una atenta mirada, nos damos cuenta que bajo tanta palabrería se esconde un pequeño corazoncito.

Una película con un comienzo interesante y muy original que va perdiendo interés por momentos y muy repetitiva. Aunque tiene algunos diálogos interesantes tiene mucha escena de completo relleno con un metraje excesivamente largo de dos horas para contar una historia que perféctamente se podía contar con 30 minutos menos de una forma más amena. Contarnos una historia en que se necesita un aliciente en la vida para que no caigamos en una aburrida rutina de pareja por un lado, y por otro lado, tenemos una persona que aunque no tiene una rutina establecida, que lo tiene todo, lo hace todo, desde navegar, nadar, judo, ser un buen cientifico, que se acuesta con hombres y mujeres, etc, también se convierte en una rutina y se sienten solos a su manera. La moraleja que puedo extraer de ésta película, es que si juntamos a una pareja feliz pero aburrida por la rutina con un solitario divorciado infeliz sin rutina alguna, obtenemos la pareja perfecta, en éste caso, una pareja de tres.
Respecto a los aspectos técnicos no hay nada que mencionar ya que está realizada de libro con nada que destacar ni en iluminación, decorados y ni siquiera dirección.
Es interesante el paralelismo que utiliza éste director utilizando la famosa canción de David Bowie Space Oditty para aplicarlo a un aspecto sexual.

Tom Tykwer dirige esta película que data del 2010 pero llega recién ahora a nuestros cines, quizás porque la ambiciosa Cloud Atlas (película que co-dirige junto a los Wachowski) nos acaba de llegar.

El director de "Corre, Lola, Corre" y "El Perfume" nos ofrece un drama ligero que empieza reflexionando sobre la vida y la muerte. Pero rápidamente éste se convierte en un drama sobre un triángulo amoroso en el que una pareja que lleva ya largos años juntos se ve envuelto cuando ambos se enamoran sin saberlo del mismo hombre.

Simon y Hannah están juntos desde hace 20 años. Viven juntos pero todavía no están casados ni tienen hijos. Hannah conoce a Adam y si bien su primer idea es escaparse por la ventana del baño, termina sucumbiendo ante sus encantos y comienza un discreto amorío con el rubio. Simon, tras sufrir la muerte de su madre por cáncer, descubre que tiene un tumor y es operado siendo uno de sus testículos extirpado. El tener un testículo menos lo hace sentirse más débil, menos capaz, hasta que, gracias a Adam, descubre no sólo que todo funciona como debería funcionar, sino algo que hasta el momento estaba oculto y ni sabía que podría existir en él. La pareja que componen Simon y Hannah nunca parece quebrarse, ellos están tan bien juntos como lo están con su amante, un hombre que tiene un hijo al que ve cada dos semanas, y le gusta irse a navegar en su bote.

El director alemán apela a diferentes recursos visuales, como el blanco y negro en ciertas "fantasías", o la pantalla divida para revelar bastante información en pocos minutos. También en el soundtrack, en el que incluso suena "Space Oddity" de David Bowie. Aún así, el relato que puede tornarse por momentos frío y distante, también sabe generar sus momentos de ligera comedia de enredos.

El cuentito de que el amor es algo simple ya no se lo compramos nadie, por eso no es difícil entender cómo uno de ellos de repente siente que está enamorado de dos personas. "Creo que ya no sé lo que quiero". "Creo que sabes exactamente qué es lo que quieres". ¿Pero aquello que uno quiere es posible?

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No es una mala película, lo que se hace un poco lenta. En ocasiones deseas que la película avance y acabe lo antes posible (Sobretodo durante la primera mitad de la película) , en otros momentos, por el contrario deseas que ese segundo que estás mirando, se detenga y se haga lo más largo posible. Después de media película mejora teniendo aquí el punto de inflexión que la hace una buena película. Es una película diferente, un poco fría en cuanto a los personajes, no nos dejan intimar mucho en ellos, se tiene una percepción de ellos muy por encima, sin poder adentrarnos mucho en sus sentimientos y pensamientos. Le falta intensidad.